Armengol impone la dictadura del catalán en Baleares

La última demostración de estulticia de la presidenta socialista del Govern balear, Francina Armengol, es de nota: ha exigido a los ciudadanos baleares catalanoparlantes que hagan gestos o ignoren al interlocutor antes que hablar en español, tal y como se recoge en la controvertida y enésima campaña de fomento del catalán lanzada esta semana por el Ejecutivo de coalición de PSOE, independentistas de Més y Podemos. La estupidez cotiza al alza en el gobierno barullo de Baleares, una amalgama indigesta de formaciones, capitaneada por el PSOE, que une a lo más infecto de la izquierda, desde el comunismo al separatismo.

El Gobierno de Armengol da lecciones prácticas de antiespañolismo al asegurar que «cada vez que un catalanohablante se dirige a ti en español, te está excluyendo», toda una lección de estúpido victimismo al más puro estilo del nacionalismo catalán. Hay que ser muy sectario para defender que «hablar en catalán te convierte en un ser especial», pero los argumentos para defender esa teoría son surrealistas: «Si adoptas el catalán como lengua habitual, podrás acceder a más oportunidades sociales y profesionales, tendrás acceso a más cultura, te hace protagonista de su futuro, decidir sobre tu vida y si has nacido fuera, la gente te verá como una persona más de aquí», concluye esta burda guía de consejos.

En el fondo, no nos engañemos, lo que subyace es una estrategia para erradicar el castellano, algo que ya se ha consumado  en la educación pública y concertada, donde se ha impuesto el modelo de monolingüismo catalán, cuyos certificados y titulaciones son requisito obligatorio desde 2015 para acceder a un empleo público. Que el socialismo pilote esta ofensiva contra el español es la demostración más palmaria de la deriva de un partido que ha decidido unir su destino político al de separatismo catalán y los etarras de Bildu. Toda una demostración del desafecto galopante hacia España y lo  español que caracteriza a un partido que en su día presumió -manda narices- de ser el gran vertebrador de la unidad nacional.