Inteligencia artificial y big data, herramientas para sortear el cambio climático en la agricultura
La crisis climática afectará a 8 de cada 10 pequeños agricultores y reducirá la tierra cultivable
La digitalización del campo ayuda a los pequeños agricultores a afrontar el cambio climático, pero tan sólo el 19% de la agricultura española hace uso de herramientas digitales con inteligencia artificial o big data para el control hídrico de sus explotaciones.
Inteligencia artificial y big data se convierten así en herramientas fundamentales para sortear el cambio climático en la agricultura, construyendo una estrategia que puede ser de gran ayuda para el sector agrícola a la hora de afrontar el reto de que propone el cambio climático.
Parte de los grandes retos que la agricultura actual debe afrontar son la falta de precipitaciones, el aumento de las temperaturas, el aumento de los costes de producción y un aumento en la intensidad y frecuencia de las plagas.
Reducción de cultivos
Los efectos del cambio climático se hacen notar en la producción de materias primas, una crisis que, según un estudio elaborado por McKinsey, afectará a 8 de cada 10 pequeños agricultores y contribuirá a reducir la tierra cultivable.
Un dato relevante, especialmente si tenemos en cuenta que la demanda de este tipo de modestas explotaciones aumenten en un 60% de cara al 2050 según las previsiones.
Para mitigar los efectos de estos cambios en la actividad productiva y económica del sector agrícola, expertos como el Hub de Innovación Digital DATAlife recomiendan una apuesta firme por la tecnología, algo que «puede ser la palanca que ayude al campo a mejorar sus credenciales medioambientales sin perder competitividad».
Resiliencia
Estos nuevos escenarios que afectan sin duda ya al campo han impulsado a profesionales de la agricultura, la ganadería o la pesca a dar una oportunidad a la tecnología como recurso no sólo para plantar cara a estos retos, sino también para lograr un sistema resiliente.
Según la encuesta Observatorio para la Digitalización del Sector Agroalimentario, el 19% de las personas dedicadas a la agricultura en España hace uso de herramientas digitales para el control hídrico de sus explotaciones.
Además, un reducido 8% recurre a este tipo de herramientas para alertar de la presencia de plagas y enfermedades y un 7,7% para la determinación de un plan de fertilización.
Potencia ecológica
Lucía Castro, gerente de DATAlife, hace énfasis en «la necesidad de apoyarse en una producción y gestión de bio-recursos y materias primas más sostenibles, a partir de una estrategia basada en datos».
Desde el Hub de Innovación Digital para las Ciencias de la Vida de Galicia remarcan que «la agricultura española es potente: los datos sitúan a España como uno de los países de Europa con mayor superficie de producción ecológica. Según Statista, en 2021 España ocupaba el segundo puesto con 2,6 millones de hectáreas».
Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer para mejorar la resiliencia de los sistemas agrícolas, según destacan desde esta plataforma. Según especifican desde el hub en su informe Evolución de las necesidades y oferta formativa existente, «el nivel de digitalización del sector es todavía reducido, especialmente en lo relacionado con tecnologías avanzadas».
Beneficios de la tecnología
Se trata de recursos como el internet de las cosas, el big data o la inteligencia artificial. Pero, ¿cómo puede la tecnología basada en datos mejorar la producción y hacer frente a las consecuencias del cambio climático? Te dejamos los beneficios que pueden implementar desde la digitalización de las explotaciones agrarias aportados porel hub.
- Permite reducir el impacto medioambiental: una estrategia de datos firme puede ser un soporte clave para productores y productoras a la hora de calcular qué recursos hídricos son los realmente necesarios y evitar así caer en el desperdicio de agua. Además, también es útil para optimizar el uso de pesticidas y fertilizantes, adaptándolo a las necesidades reales del cultivo con mucha mayor precisión.
- Contribuye a la seguridad alimentaria: en un contexto en el que ciertos fenómenos vinculados al cambio climático pueden afectar a la calidad de los alimentos, la IA y el Big Data entran para jugar un papel crucial, ya que permiten un análisis profundo de la trazabilidad de los productos, identificando posibles problemas durante toda las fases y anticipándose a futuros errores de plantación, cosecha o recolección.
- Reduce la carga de trabajo de las pequeñas explotaciones, que tienen dificultades para encontrar mano de obra. La robotización o la sensorización que permite un control remoto de cultivos o ganaderías hace además que el mundo rural se convierta en una vida más atractiva para las personas jóvenes.
Ahorro y mejora
A estas ventajas se suman otras como el ahorro de costes económicos. Según explica Lucía Castro, «en un contexto en el que el producto nacional compite con el de otras regiones, optar por una mejora de la producción local es fundamental para dotar la agricultura, la pesca y la ganadería nacional de un nivel competitivo».
Para hacer frente a esta digitalización, hubs como DATAlife actúan como una ventanilla única de acceso a servicios especializados de carácter tecnológico, formativo y de desarrollo de negocio.
Su papel es el de facilitar esta transición ecológica y tecnológica en sectores como el agrícola y brindar a las empresas los recursos necesarios para hacer frente a las consecuencias del cambio climático.
Biorregión
Aplicar la inteligencia artificial y big data en PYMES de los sectores primario, biotecnológico y salud es el principal cometido del Hub de Innovación Digital DATAlife DIH.
Su actuación se circunscribe a una ventanilla única de acceso a servicios especializados de carácter tecnológico, formativo y de desarrollo de negocio, así como a tecnologías e infraestructuras de última generación de uso compartido a disposición del ecosistema.
El hub, que nació con la visión de convertir Galicia en Biorregión de referencia en Europa mediante la creación de sinergias, ofrece también actividades de coordinación y orquestación del ecosistema de innovación alrededor de las tecnologías digitales.