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Armengol

Armengol

Francina Armengol, la presidenta del Congreso –lo que supera en gravedad la presidencia de una comunidad autónoma- hasta la fecha no ha sido capaz de aclarar, tras una rueda de prensa esperpéntica en la que sólo in dubio pro reo se puede abogar por su inocencia, con quién habló, de quién recibió el consejo o más aún, si existió una orden de concertar la compra de 1,4 millones de mascarillas a una empresa desconocida a cambio de 3,7 millones y mediante una adjudicación que la Guardia Civil consideró ilegal y preconcebida.

Y miren por dónde, aunque luego las mascarillas resultaron inservibles, el Govern emitió un certificado de calidad y, sólo, ¡sólo!, reclamó su devolución el ultimo día de su penosa andadura cuando iba a desalojar el poder. A ver, Negueruela, átame estas moscas por el rabo. Ahora, en base a este certificado de calidad que emitió don Antonio Mascaró Crespí, digamos que un mandado, ya que resulta difícil suponer que lo hiciera por su cuenta y riesgo, se ha impedido la devolución de este dinero. Y si la titular del Congreso no está ahora a los pies de los caballos, a fe que debiera estarlo, pero no caiga nadie en hacerse ilusiones.

En primer lugar, dinamitada su elevada dignidad, la susodicha no dimitirá. En segundo, por indignidad constatada de quien debiera hacerlo, tampoco le enseñará la puerta. Así las cosas, aquí lo único que permanece por encima de todo es el sectarismo y la obediencia ciega e irracional a unas siglas que, suceda lo que suceda, siempre es preciso defender. Aunque con ello perezcan todos los supuestos valores necesarios para una correcta función política. Un correlato final. ¿Por qué Sánchez nombró a Armengol presidenta del Congreso? O hubo una auténtica razón y sus ideas son inescrutables o fue un error. Claro que después de haber nombrado a Puente

MARTES: CUIDADO CON EL BALUARD. Resulta difícil pensar, si es que el Ayuntamiento de Palma ha dado luz verde a las obras para la reforma de la zona del restaurante del Museo es Baluard, si bien la aprobación definitiva dependerá de un informe de los servicios jurídicos de la Gerencia de Urbanismo, que no son precisamente quienes deben velar por la corrección de esta cuestión. Lo que observa quien tenga a bien visitar las obras de la terraza del Baluard, es un auténtico abuso de ocupación de un espacio de interés público y catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).

Dicen ahora en Cort que van a preservar la visibilidad de la zona y que la instalación no afectará al campo visual para contemplar «la belleza paisajística» del conjunto arquitectónico. Pero, cuidado. No se puede reservar un espacio como el mirador del Baluard solo para ocuparlo un bar restaurante. La sensibilidad estética y arquitectónica del actual alcalde no debería permitirlo. Y de ahí abajo, nadie más.

MIÉRCOLES: NO, ASÍ NO. Hoy, casi nueve de cada diez militantes de lo que fue, salvando las distancias y diferencias, el antiguo PSM, pasando por el Bloc y acabando finalmente en Més, han apoyado la salida de Sumar. Una muestra de que los ecosoberanistas parecen haber han entrado en razón y han decidido no repetir la coalición con la que, bien es cierto, lograron, un escaño para Vicenç Vidal, que nunca se vio en tal maravilla. Pero, sic transit gloria mundi, probablemente esto no volverá a repetirse, ya que desde su nacimiento para acá, lo que hoy se hace llamar Més no ha logrado nunca superar, cuando las vacas eran más gordas, un porcentaje que demuestre el entusiasmo del electorado de Sumar hacia ideas independentistas, ni menos aún su supuesta integración en el nacionalismo catalanista de los llamados Països Catalans –la nostra nació-.

Més concurrirá ahora a los comicios al Parlamento Europeo integrado en la candidatura de ERC, EH Bildu y BNG bajo la marca Ara Repúbliques que lidera Oriol Junqueras. Esta opción es la que quiere, por tanto, un partido identificado con el movimiento nacionalista y el republicanismo. Pero este es un regalo que tiene trampa. En Ara Repúbliques se integra Bildu y, salvo que la gente de Més, aunque sea por praxis política, quiera juntarse con la parte de la escoria vasca que no ha dejado de arrepentirse de los crímenes de ETA y continúan homenajeando a asesinos, no casa mucho con quienes aspiran a construir entre totes i tots una Mallorca justa, sobirana, verda, sostenible i feminista. No, así no.

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