Advertir por un simple email del vertido de una presa es una negligencia mortal
Resulta absolutamente inaceptable, todo un atentado contra el sentido común, que la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del ministerio de Teresa Ribera, se justifique diciendo que advirtió a través de un simple correo electrónico de que por el alivio (desagüe) de la la presa de Forata ante riesgo de rotura se iban a verter caudales de agua superiores a «1.000 metros cúbicos en el río Magro». En se correo se citaban algunas de las poblaciones que podían verse gravemente afectadas, y entre las localidades citadas en un frío mensaje estaba Algemesí, donde varias personas murieron a causa de las inundaciones. El alcalde de esta localidad insiste en algo que es pura lógica: que nadie le advirtió y que no recibió siquiera una llamada avisando de lo que se les venía encima. José Javier Sanchís, alcalde de Algemesí, pone el dedo en la llaga: «Nadie me avisó que se iba a liberar agua del pantano de Forata. Nadie me llamó, no recibimos nada ni yo ni la central de Policía local».
La Confederación Hidrográfica del Júcar se excusa en que envió un correo electrónico a las 16:55 de ese 29 de octubre, pero la pregunta que cabe a hacerle a Teresa Ribera es si le parece normal que en una situación como esa, con caudales superiores a 1.000 metros cúbicos en el río Magro que presagiaban una terrible tragedia, se pueda despachar el aviso a través de un escueto y gélido mensaje sin que nadie se molestara en descolgar un teléfono para advertir a los alcaldes de la zona que estaban en peligro mortal. A eso, por supuesto, Ribera no quiere responder. Para entendernos: se abren las compuertas de una presa y se vierte un caudal potencialmente mortal de agua sobre las poblaciones de la zona y la Confederación de Júcar se limita a advertir de lo que viene a través de un email. A eso se le llama negligencia mortal, Teresa Ribera.