Ansu Fati tira la puerta
Ansu Fati llama a la puerta de Luis Enrique. Mejor dicho, la tira. El joven delantero del Barcelona superó con nota la prueba e hizo trizas a la débil defensa de Jordania. Formó una sociedad ilimitada con Marco Asensio y fue la mejor noticia de una España que se tomó el partido como lo que era: un entrenamiento con público. Gavi y Nico Williams rubricaron la victoria, cómoda e insípida, de la selección española en su primer y único amistoso antes del Mundial de Qatar. Jordania hizo el gol del honor en el descuento.
Era la primera prueba de Luis Enrique antes del Mundial. Y la última. Digo prueba por decir algo. Ni la entidad del rival ni la cercanía del torneo iban a permitir ni al seleccionador ni a nadie sacar conclusiones sumarias porque lo que veremos a partir del miércoles será otra película. Otra España. Y otros rivales. Por eso había advertido Luis Enrique de que iban a jugar los que llegaban más cortos de minutos empezando por Ansu Fati, el eterno convaleciente.
Cumplió el seleccionador y dispuso una alineación que se parecerá a la que debutará en el Mundial ante Costa Rica como un huevo a una castaña. Era un once raro, excéntrico e inesperado como ver a Irene Montero en misa de 12. Del portero al delantero toda la alineación resultaba extraña. Robert Sánchez defendía la portería española, con una línea de cuatro integrada por Carvajal en la derecha, Eric García y Pau Torres en el centro y Laporte como improvisado lateral zurdo. Por delante Koke era el mediocentro escoltado por Gavi y Carlos Soler. Arriba Ansu Fati y Sarabia flanqueaban a Marco Asensio, que jugaba de falso nueve. Lo dicho: pruebas.
El plan de este sucedáneo o simulacro de partido era previsible. Jordania replegada en torno a su área como si protegiera el santo grial y España en busca del arca perdida en forma de fisura entre la poblada defensa jordana. Así nos dieron los primeros diez minutos sin que nada ocurriera. El ritmo del juego de la selección era lento y previsible como una balada de Álex Ubago. Y así fue hasta que apareció Ansu Fati.
El joven jugador del Barça, aun lejos de sus mejores días, es el futbolista con más gol de la selección y tardó poco en demostrarlo. En el minuto 13 Asensio se descolgó a la mediapunta y condujo la pelota hasta que encontró a Ansu Fati a su izquierda. Se la puso y Ansu controló mal, pero se sacó un disparo raso y seco que se comió el meta jordano como Arconada se zampó aquel disparo de Platini.
Ansu saca su fusil
España, sin comerlo ni beberlo, se puso por delante en el marcador. El césped no era tal, era el parking del aeropuerto: duro, irregular, seco. No había quien controlara una pelota y menos aún a uno o dos toques. Lo intentó Sarabia en el 17 con una conexión con Carlos Soler en la que el disparo del jugador del PSG se marchó al cielo de Ammán.
Hemos de decir, a fuer de ser sinceros, que el partido carecía de interés. Se trataba de ver cuántos goles marcaría España a la débil selección de Jordania y, sobre todo, de esquivar el fantasma de una lesión a una semana del debut mundialista. No era un día ni para conclusiones ni para florituras. Había momentos de frontón más que de fútbol.
Resumen de la primera media hora: aburrimiento y Ansu Fati. El delantero español rondó el doblete con un disparo en la frontal en el 32 que se marchó por muy poco por encima del larguero de Al-Fakhouri. Era la gran noticia de este bodrio y el único debate que tiene Luis Enrique abierto antes del Mundial. Ansu Fati, tocado y hasta cojo, es mejor que todos los delanteros de la selección.
En el 38 fue Marco Asensio el que tuvo en sus botas la ocasión del 2-0 después de una buena maniobra dentro del área. Su disparo lo repelió con apuros el meta jordano. El delantero del Real Madrid, opacado por el brillo de Ansu Fati, también lucía. Ha llegado bien a la cita mundialista y se ha ganado un puesto, igual que Ansu Fati, en la alineación de Luis Enrique.
El protagonismo del Equipo A (Ansu y Asensio) para España era evidente: en el 41 el madridista asistió al azulgrana, cuyo disparo lo sacó casi bajo palos un defensor de Jordania. Sin partido que llevarnos a la boca la duda era cuántos goles más marcaría España. Y si el equipo local conseguiría hacer alguno.
Sentencia Gavi
Con el partido resuelto y sin historia nos fuimos al descanso. Del que volvimos con algún cambio aislado de Luis Enrique, que se convertirían en carrusel a lo largo de la segunda parte. España se despistó y compareció dormida en la reanudación. Apretó Jordania y apareció en pantalla David Raya, que había suplido bajo palos a Robert Sánchez. Gavi cortó de raíz el suspense con una jugada ratonera en el área que terminó con un disparo seco y oportunista. Pues 2-0 y fin del apretón.
Llegó entonces la legión de cambios de Luis Enrique, que derivó en una selección atrevida, sin corsé ni red de contención. Jordania, perdido el gas inicial tras el descanso, bajó los brazos. La sangre fresca reavivó un poco a España, que manejaba el simulacro de partido a su antojo. Ansu Fati, algo desaparecido en la segunda mitad, asistió a Ferran Torres para el tercero, pero su compañero estrelló el disparo contra el lateral de la red.
España se recreaba al paso sin necesidad siquiera de ir al trote. Los cambios tampoco contribuyeron a que esta suerte de amistoso de mentirijillas cogiera algo de ritmo. Los nuestros manoseaban la pelota y los jordanos hacían lo que podían: mantenerse juntos y rezar para no encajar el tercero. Los minutos corrían a su favor y ya habíamos superado el 75. Quizá esa era la mejor noticia para todos, incluidos los españoles.
La entrada de Nico Williams agitó algo un duelo que se había vuelto mustio y mortecino como el futuro de Grande-Marlaska en el Gobierno. No había historia hasta que el pequeño de los Williams, asistido por Yeremi Pino, se marcó un control orientado en la frontal que habría dibujado Dalí, se colocó la pelota a huevo y se sacó un disparo cruzado y seco que se convirtió en el tercer gol de España. Lo celebraba Luis Enrique, consciente de que Nico Williams está no ya para ser el jugador número doce de España, sino para ser titular.
Con el gol de Nico Williams España iba la goleada ante una Jordania tan voluntariosa como débil. Pero los locales aún no habían dicho su última palabra. Y lo hicieron con un gol postrero que sólo sirvió para maquillar el marcador final, que acabó en 1-3. Luis Enrique hizo las pruebas que quería y se planta en Qatar con la sensación de que ha encontrado una estrella inesperada que llega justo a tiempo: Ansu Fati.