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Calentador motor diésel: qué es, función y qué precio tiene

Descubre qué es un calentador del motor diésel y sus funciones

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Los coches utilizan una gran cantidad de elementos y piezas para lograr un correcto funcionamiento durante su ejecución. Por ello, en las próximas líneas nos centraremos en uno muy importante y básico sobre todo para los coches diésel. Hablaremos nada más y nada menos del calentador diésel, un dispositivo esencial y que ayudará en todo momento al motor para lograr la acción de arrancar ante cualquier situación comprometida o condición climatológica adversa.

Qué es el calentador del motor diésel

Tal y como hemos recalcado líneas atrás, el calentador del motor diésel es un elemento que facilitará en todo momento el arranque del motor cuando está frío y en climas sobre todo de bajas temperaturas. Gracias a este sistema, el motor logra un arranque mucho más suave, reduce las emisiones de humo blanco y mejora la eficiencia del mismo durante los primeros segundos/minutos de funcionamiento. Por ello, se considera algo transcendental y óptimo para conseguir una comodidad plena al volante.

Para qué sirve y cuál es su función

La función principal del calentador del motor diésel es elevar la temperatura del aire o de la cámaras de combustión justo antes de que se inyecte el combustible o carburante, permitiendo que el motor se encienda con mayor facilidad, seguridad y lejos de sufrir cualquier tipo de avería comprometida. Además de lograr un arranque mucho más suave y eficaz, nos ayudará a lograr esta acción en condiciones de baja temperatura, es decir, a temperaturas bajas o muy bajas, características en los meses de invierno. Por otro lado, mejorará la combustión inicial del diésel durante el arranque, reducirá la emisión de humo blanco al encender el mismo y, por último, contribuye a un funcionamiento mucho más estable, eficiente y seguro en los primeros segundos de marcha.

Tal y como ocurre con otras piezas, el precio del calentador dependerá del tipo, el número de piezas que haya que cambiar en su interior y la marca del vehículo que tengamos. Si nos centramos principalmente en una sustitución completa del mismo, en un coche diésel la reparación oscilarán entre 100 y 300 euros, según tal modelo, la mano de obra, que suele ser más cara en las grandes ciudades, y el número de cilindros/bujías implicadas en la ecuación. Por ello, podría variar tanto -o aumentar- pues debemos de tener en cuenta el número de elementos ‘vecinos’ rotos que hay que sustituir para lograr un funcionamiento óptimo.

Síntomas de un calentador del motor diésel roto

A continuación, os explicaremos seis posibles escenarios donde nos dará pistas de un calentador roto o próximo a romperse. En primer lugar, este elemento tendrá dificultad para arrancar en frío cuando no funciona de forma correcta y va a requerir varios intentos cuando la temperatura exterior es baja. En segundo lugar, también echará por el tubo de escape como una especie de humo blanco en el momento de arranque, pues la combustión incompleta del diésel producirá un humo blanco visible durante los primeros segundos.

Por otro lado, también se podría producir un funcionamiento irregular al encender, es decir, el motor puede vibrar más de la cuenta o sonar de forma inestable hasta que alcanza la temperatura de trabajo. El testigo podría también encenderse o parpadear indicándonos que algo no va bien en nuestro vehículo. Asimismo, tendrá una pérdida de potencia de forma momentánea y un mayor consumo de combustible en el momento de arranque, pues el sistema compensará el mal encendido con un inyectado más ‘agresivo’ de diésel.

Qué ocurre si conducimos con un calentador roto

Si conducimos con el calentador del motor diésel roto o en mal estado, a priori, no suele causar un daño de forma inmediata, pero sí lo puede generar a medio o largo plazo. Si no funciona correctamente, se producirán combustiones incompletas durante los primeros segundos y a la vez provocará vibraciones, humo blanco y aumento del combustible en esta acción, por lo que a la larga podrían dañar otros componentes del coche, como, por ejemplo, el catalizador o los inyectores, entre otros.