¿Por qué no juega mi gato?
¿Qué le ocurre a nuestra mascota, por qué no juega mi gato? Es frecuente que los propietarios de gatos se preocupen por esta situación. Toma nota de estos consejos.
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No juega mi gato, ¿por qué ocurre esto? Para quienes conviven con estos pequeños felinos, cuando esto ocurre aparecen las preocupaciones. Y es que además de cariñosas, estas mascotas disfrutan enormemente jugar, correr y saltar. Por supuesto que no todos los ejemplares son iguales, cada uno tiene sus propias características y rasgos de personalidad. Pero en mayor o menor medida, la mayoría juega en casa.
Para encontrar una respuesta hay que tomar en consideración varios aspectos. Además del temperamento, la edad es otro aspecto a evaluar. Es natural que cuanto más cachorros, los momentos de diversión sean mayores. Porque es precisamente mediante juegos como las madres enseñan los conocimientos básicos de supervivencia.
Del mismo modo, a medida que se van haciendo mayores, es común que los gatos se muestren más ‘maduros’ o reservados. Para cuando alcanzan la tercera edad, (a los 10 años), ya no disponen de la misma energía. Son frecuentes los dolores corporales, lo que combinado con la fatiga orillará a estos ‘ancianos’ a pasar casi la totalidad del tiempo en reposo.
Antes sí, pero ahora no juega mi gato
Hay otros factores que pueden desencadenar esta actitud y las malas experiencias con su dueño son uno de ellos. En ocasiones, quienes interactúan con estas mascotas pueden lastimarlos de manera accidental y sin que lleguen a enterarse de lo acontecido
También puede ocurrir que el felino haya recibido un susto muy grande a raíz de un regaño. Los refuerzos negativos, o lo que es igual, violencia verbal o física, no conducen a nada bueno. Serán experiencias que marcarán de mala manera al animal, muchas veces de manera irreversible.
Para confirmar que este es el escenario, solo basta observar con atención el comportamiento del minino. Si continúa jugando con otras personas o mascotas, queda confirmada la hipótesis anterior. En cambio, si su apatía es generalizada, hay que rastrear la causa en otra parte.
Cuidado con la frustración
Para los gatos jugar tiene un objetivo: capturar una presa. Muchas personas pasan por alto este detalle y no permiten al animal alcanzar su meta. Por lo que la frustración y el estrés se apoderarán del pequeño minino. Una de las eventuales respuestas ante estas sensaciones es evitar los juegos.
Cuándo acudir con el veterinario
Si durante toda su vida el animal fue intranquilo y curioso, pero de forma intempestiva ya no juega mi gato y todavía está lejos de la tercera edad, hay que considerarlo una señal de alarma. Además, si pasa la mayor parte del tiempo escondido en rincones de difícil acceso y muestra otras señales, como falta de apetito, definitivamente una visita al veterinario es imperativa. Muy probablemente algo le duele y pronto se debe descubrir qué es.
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