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Los psicólogos lanzan un importante aviso a las personas que duermen en la misma cama que su mascota

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

¿Compartes la cama con tu perro o gato? Aunque para muchas personas es un gesto de cariño, los psicólogos han comenzado a estudiar esta costumbre con más atención.

Dormir con una mascota influye en tu forma de descansar y puede estar relacionado con ciertos rasgos de tu personalidad. Sin dudas, esta práctica dice más de ti de lo que crees.

¿Dormir con tu mascota afecta positiva o negativamente al descanso?

Un estudio del Canisius College de Buffalo en Estados Unidos, analizó la calidad del sueño de casi 1.000 mujeres que comparten cama con mascotas. Contra todo pronóstico, dormir con un perro tuvo mejores resultados que hacerlo con otra persona o incluso con un gato.

Las participantes afirmaron sentir mayor seguridad y confort con su perro, lo que contribuyó a un sueño más reparador. El resultado sugiere que, lejos de ser un obstáculo, la presencia de ciertos animales puede convertirse en un apoyo emocional durante la noche.

¿Qué dice tu personalidad si duermes con tu mascota? Estos son los rasgos más comunes

Desde Modena Volta Pagina señalan varios patrones de personalidad comunes entre aquellas personas que eligen compartir este espacio íntimo con sus mascotas. Estos son los más destacados:

1. Tienen una alta empatía y una mente abierta

Permitir que una mascota ocupe un lugar tan privado como la cama refleja un alto grado de empatía. Estas personas suelen preocuparse activamente por el bienestar ajeno, y no sólo por el animal.

Según los resultados de un estudio publicado en Frontiers in Psychology, esta cercanía con los animales fortalece la sensibilidad emocional, una cualidad que también se manifiesta en sus relaciones con otras personas.

2. Están cómodas con la cercanía física

Dormir con una mascota implica aceptar su presencia incondicional, incluso cuando interrumpe el descanso. Esta tolerancia indica una relación saludable con la vulnerabilidad.

Las personas que comparten cama con su mascota suelen mostrarse más abiertas, auténticas y receptivas ante la intimidad, tanto física como emocional.

3. Valoran los vínculos afectivos

Acoger a una mascota durante la noche no es exclusivamente una cuestión de comodidad. Se trata también de una demostración de afecto. Quienes lo hacen suelen valorar profundamente los vínculos emocionales.

Son personas que reconocen y aprecian el cariño sin condiciones. En líneas generales, lo suelen devolver de igual forma a quienes los rodean.

4. Son tranquilas y tienen una gran capacidad de adaptación

La rutina nocturna junto a una mascota exige ajustes: moverse, compartir espacio y tolerar ruidos. Esta flexibilidad  revela una gran capacidad de adaptación.

Además, el contacto con el animal, su respiración o su ronroneo, puede inducir una sensación de calma, algo habitual en personas que manejan bien el estrés y se adaptan con serenidad a los imprevistos.

Los hallazgos psicológicos coinciden en que quienes comparten cama con sus mascotas muestran rasgos positivos como la empatía, la generosidad y la sensibilidad emocional.

Este hábito no es aceptado por todos, pero quienes lo adoptan tienden a formar lazos afectivos sólidos y a mostrar una relación saludable con la intimidad y los vínculos. Y tú, ¿dejas que tu mascota duerma a tu lado?