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Economía
Viviendas

Alerta propietarios: el giro de 180º que afecta a todas las viviendas a partir de este día

El mercado inmobiliario en España es quizás uno de los temas que más nos preocupan. El precio de las viviendas tanto de alquiler como de compra parece que no deja de subir, sumado a una oferta cada vez más escasa. Pero no sólo eso, sino que además se avecina un cambio que afecta de pleno a los propietarios, ya que a partir de 2030, se van a tener que adaptar a una normativa europea que pone el foco en la eficiencia energética de los hogares. Y se trata además de algo que va a ser un requisito imprescindible en el caso de querer vender o alquilar una vivienda.

La medida llega en un momento cuanto menos delicado, si tenemos en cuenta, que más de la mitad de las casas de nuestro país superan los 40 años de antigüedad y muchas se edificaron cuando ni tan siquiera se pensaba en normas de ahorro energético. Nos encontramos así con ejemplos que se alejan de cualquier eficiencia energética. Desde muros sin aislamiento, a ventanas que no están reforzadas, calderas antiguas que consumen más de lo que rinden, etc… Pero llega esta nueva normativa y vamos a tener que adaptarnos porque además, el objetivo de Bruselas es doble: reducir el consumo energético de los hogares y, al mismo tiempo, rebajar la contaminación. Así, el mensaje es claro para los propietarios: quien no adapte su vivienda, en pocos años se quedará sin margen para moverla en el mercado.

Alerta propietarios: el giro que afecta a todas las viviendas

La normativa lo deja claro. Cualquier vivienda con calificación F o G tendrán que alcanzar, como mínimo, la clase E en 2030. Y tres años más tarde, en 2033, deberán estar ya en la D. Esto afecta sobre todo a los edificios construidos antes de 1980, cuando no se hablaba de aislamiento ni de ahorro energético en la obra nueva.

En la práctica, hablamos de pisos por ejemplo que tienen ventanas de cristal sencillo, con electrodomésticos antiguos, con calderas que llevan años sin renovarse y paredes que prácticamente no aíslan. Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, sólo un 20 % de los hogares españoles superan hoy la letra E. Es decir, ocho de cada diez tendrán que ponerse al día.

Qué reformas se tienen que hacer

Con este anuncio podemos pensar que cambiando la caldera o la instalación eléctrica y las ventanas es suficiente, pero lo cierto es que Europa reformas que en muchos casos van a tener que ser integrales. Hablamos de reforzar fachadas con aislamiento, cambiar ventanas antiguas por dobles o triples, renovar sistemas de climatización y, en muchos casos, instalar soluciones de energía renovable.

Un ejemplo: una vivienda con ventanas viejas tendrá que invertir en carpintería moderna para evitar fugas de calor. Una casa con caldera de gasoil necesitará sustituirla por una de condensación o por bombas de calor más eficientes. Todo esto supone un desembolso importante, pero también un ahorro a medio plazo. La diferencia puede notarse en la factura de la luz, en la comodidad dentro de la vivienda y en el precio que tendrá en el mercado cuando llegue el momento de vender.

Impacto en la compraventa y el alquiler

La exigencia europea va a cambiar las reglas del juego en el mercado inmobiliario. A partir de 2030, ningún propietario podrá vender ni alquilar sin presentar el certificado de eficiencia energética actualizado. Será un requisito legal, igual que lo es hoy la escritura o el pago de impuestos.

Esto influirá directamente en los precios. Una vivienda que cumpla con la nueva normativa ganará valor y se venderá con más facilidad. Las que se queden atrás perderán atractivo y, en muchos casos, bajarán de precio. Imagina dos pisos idénticos en el mismo barrio: uno con clasificación D y otro con G. El primero será más caro al principio, pero ofrecerá facturas más bajas y más confort; el segundo resultará un gasto constante.

Ayudas para afrontar las reformas

El Gobierno sabe que la inversión no es pequeña y por eso parece que se va a poner en marcha distintas líneas de ayudas, financiadas en parte con fondos europeos. Cubren un porcentaje de las obras, aunque no siempre la totalidad, y es clave pedirlas a tiempo para no quedarse fuera.

Entre 2021 y 2023 ya se rehabilitaron unas 100.000 viviendas, una cifra que parece alta pero que palidece frente al objetivo: 1,2 millones antes de 2030. Eso obliga a multiplicar por diez el ritmo de reformas en los próximos cinco años. Quien espere al último momento se arriesga a encontrarse con menos subvenciones, más costes y empresas de construcción saturadas.

Europa al completo bajo esta medida

La normativa con respecto a la vivienda se aplicará en todos los países de la Unión Europea, que van a tener que lograr una tasa de renovación energética del 3 % anual en su parque de viviendas. Eso significa que millones de hogares en todo el continente tendrán que reformarse en los próximos años, lo que abrirá un enorme mercado para las constructoras, los fabricantes de materiales aislantes y las empresas de climatización.