¿Cómo son las focas de Groenlandia?
Existen muchos animales en el mundo llenos de curiosidades. Las focas de Groenlandia son uno de los ejemplos más interesantes. Aquí te contamos un poco más sobre ellas.
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En la zona nororiental de América del Norte, entre los océanos Atlántico y Glacial Ártico, está la segunda isla más extensa del mundo. Allí, desde hace más de 1.200 años habitan bajo un 84% de capas de hielo las focas de Groenlandia. Un asombroso mundo marino con criaturas interesantes y únicas, entre las que se encuentra esta magnífica especie. Catalogada dentro de la familia Phoca, está clasificada dentro del género Pagophilus.
Aunque etimológicamente Groenlandia significa tierra verde, este color solo se aprecia en verano. El resto del año su superficie está cubierta de espesos y blanquecinos mantos de hielo. Es allí donde las focas de Groenlandia habitan la mayor parte de su vida. Ellas sirven de alimento a la población, que supera los 60 mil groenlandeses, que en su mayoría habitan en las costas.
Destino turístico para 2020
Entre los meses de febrero y principio de marzo, la isla de Groenlandia se convierte en uno de los mejores destinos turísticos para el 2020. El mayor criadero de las focas de Groenlandia está en el golfo de San Lorenzo, en la costa de las islas de la Magdalena, Québec.
Las focas se multiplican entre los cinco y los siete años, cuando los machos empiezan el cortejo en los témpanos. Después se reproducen en el agua. Esta es la época cuando los cachorros de foca nacen sobre el hielo, maman durante 12 a 15 días antes de partir solas.
¿Cómo son las focas de Groenlandia?
Las focas adultas embarazadas buscan espacios para el parto sobre hielo adecuado para dar a luz. Migran al golfo desde el Ártico, donde puedan hallar una banquisa segura para su alumbramiento donde sobrevivan las crías.
Estos bebés mamíferos nacen con unos enormes y brillantes ojos y nariz color negro como el carbón. Su cuerpo suele estar cubierto de una pelusa suave y blanca, y conforme van creciendo la capa blanca va desapareciendo. En muy pocos días llegan a pesar doce kilos, puesto que su madre los alimenta con leche grasa. Al desaparecer la capa blanca ya pueden empezar a vivir en el agua.
El llanto de las crías suele ser otro espectáculo que envuelve el silencioso ártico, sumergidos en una especie de cueva de nieve moldeada por el calor corporal y el movimiento de su madre. Allí se protegen del viento y amamantan a las pequeñas focas. Luego pasan unas seis semanas sin comer antes de aprenden a nadar en las heladas aguas, para empezar a cazar solas.
Los peligros que las acechan
Las focas de Groenlandia están listas para defenderse y librarse de los peligros que las acechan. Además del frágil hielo que se hace impredecible ante los inexorables cambios climáticos, su mayor amenaza es el ser humano.
Así son las focas de Groenlandia. Tendrás una experiencia inolvidable al verlas de cerca y conocer cómo son. ¡No te la pierdas!