¿Cómo acercarte a algunos animales en el zoo?

El antiguo modelo de zoológico se está muriendo a medida que nuestra sociedad evoluciona. Animales enjaulados en condiciones precarias jamás debería habernos parecido un espectáculo o una atracción turística. Los zoos se reconvierten en parques ecológicos y muchos ofrecen posibilidades de interacción con especies de mayor sociabilidad. Igualmente, es importante que sepas cómo acercarte a algunos animales en el zoo para evitar accidentes y disfrutar de la experiencia.

Consideraciones sobre las interacciones con animales del zoo

Como parte de una propuesta educativa, muchos parques ecológicos ofrecen a los visitantes la posibilidad de interactuar con algunos animales. Se trata de una experiencia planificada en un espacio controlado, con las condiciones óptimas para que este contacto se produzca de forma segura.

Para ello, se seleccionan especies domesticadas o de mayor sociabilidad, que ya están habituadas y reaccionan positivamente a la presencia humana. Por ejemplo, el Zoo Aquarium de Madrid suele ofrecer visitas guiadas a la granja, donde los visitantes pueden interactuar con teneros, corderitos y aves. También es posible conocer más de cerca a los delfines y bebés elefantes.

Aunque puedas acercarte a algunos animales en el zoo, no debes intentar interactuar con todas las especies. Ni mucho menos aproximarte por tu propia cuenta sin previa autorización. Cualquier intento de contacto sin la debida orientación y acompañamiento de profesionales capacitados puede resultar peligrosa. Tanto para el visitante, como para el animal.

Algunas especies salvajes poseen un fuerte instinto territorial y pueden reaccionar negativamente al interpretar que un extraño invade su entorno y pone en riesgo su integridad. Aunque algunos establecimientos sigan promocionando “interacciones con fieras”, ellos suelen estar involucrados en polémicas debido a los métodos empleados en el control de estas especies.

Consejos para acercarte a algunos animales en el zoo

Para una experiencia positiva y agradable, el primer requisito es la legítima voluntad del visitante. O sea, que la persona que visita el zoo realmente tenga ganas de interactuar con determinado animal. Es perfectamente normal que algunos se sientan más cómodos simplemente contemplando a las especies, y no estableciendo un contacto directo.

Todo esto es especialmente relevante si hablamos de llevar los niños al zoo. Jamás debemos imponer o proyectar nuestras voluntades sobre los más pequeños. El deseo de interactuar con los animales debe nacer libremente de cada niño, y no de sus padres, acompañantes o compañeros.

A continuación, lo más importante será poner atención en las instrucciones de los profesionales capacitados del zoo. Ellos poseen los conocimientos apropiados para orientar el acercamiento a los animales y cabe a nosotros oírlos y respetarlos.

Durante la interacción, evita realizar movimientos rápidos o bruscos para no asustar a los animales. Por esta misma razón, es importante poner los celulares en el modo silencioso y no hacer ruidos fuertes. Respeta los tiempos de cada animal, espera a que se acerque voluntariamente y jamás provea alimentos sin previa autorización.

Conclusión

Con la reconversión a parques ecológicos, muchos zoos han repensado su estructura y las actividades que ofrecen al público. Abrazando el propósito de concienciar, algunos de estos establecimientos dan la oportunidad de acercarte a algunos animales para conocerlos mejor y promover empatía. No obstante, es esencial que todo visitante respete las condiciones y los espacios recomendados por los profesionales para garantizar interacciones positivas y seguras. Recuerda jamás intentar aproximarte o tocar a las especies sin la debida orientación.