Así es el nuevo macrohospital de Toledo que Page no ha abierto pese a la saturación de la sanidad

Con una superficie construida de 247.000 metros cuadrados, el nuevo Hospital Universitario de Toledo será, cuando se inaugure en junio, el más grande de España. Hace semanas que la obra está finalizada, a la espera de algunos detalles, pero pese a la saturación de la sanidad por culpa del coronavirus, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, no lo ha abierto.

Tras las críticas de la oposición, cuando en Madrid se estaba construyendo ya el hospital de campaña de IFEMA, el socialista Page dijo que lo ponía «a disposición» por «si era necesario». Pero entre sus planes no estaba su apertura. El anuncio, obligado tras revelar varios medios que lo mantenía cerrado, lo hizo con la boca pequeña y sin la más mínima intención de proceder a su apertura antes de la inauguración oficial.

Situado en el barrio de Santa María de Benquerencia de Toledo, a menos de una hora de Madrid, las 1.142 camas de hospitalización podrían haber dado servicio a los miles de infectados por coronavirus de Castilla-La Mancha y Madrid. Las instalaciones, más adecuadas que un pabellón firal, habrían garantizado una mejor atención y confortabilidad a todas las personas infectadas. A diferencia de Ifema, donde se tuvo que hacer una obra para soterrar las canalizaciones de oxigeno, en el hospital de Toledo la instalación ya estaba acabada.

Hace un año, en julio de 2019, cuando el gobierno regional recibió las llaves del centro hospitalario, el Ejecutivo de García-Page anunció su apertura a lo largo del primer trimestre de 2020. Finalmente, por eso, se ha optado por retrasar su inauguración hasta junio. Ese acto es el que ha llevado al gobierno autonómico socialista a no ponerlo en marcha durante la crisis del coronavirus pese a la saturación de la sanidad castellanomanchega y madrileña durante la pandemia.

En la construcción de este centro sanitario Castilla-La Mancha ha invertido más de 204 millones de euros. Hace años que se iniciaron las obras de un proyecto que se había bautizado como «el interminable».