El precioso pueblo de la Sierra de Madrid que tuvo antes un nombre horrible: perfecto para ir en el día

Miraflores de la Sierra es uno de los pueblos más bonitos de la Comunidad de Madrid. Situado a las faldas de la Najarra y rodeado de frondosos bosques de robles, pinos y fresnos, este pueblo se ha convertido en un auténtico refugio para quienes buscan aire puro, tranquilidad y paisajes que cambian con cada estación en la Sierra de Madrid.
Su entorno privilegiado, junto con un clima fresco y agradable, ha sido desde finales del siglo XIX un reclamo para los madrileños, dando origen a la conocida colonia de villas y hoteles de veraneo. Además de su belleza natural, Miraflores de la Sierra destaca por un patrimonio cultural muy arraigado.
El pueblo más bonito de la Sierra de Madrid
@agendaconpeques ✨ Escapada familiar a 50 km de Madrid 🏔️ Es Miraflores de la Sierra, uno de los Pueblos Mágicos de España. ¡Es ideal para un paseo el finde! 🏘️ Disfruta de su encanto serrano, sus rutas naturales y sus acogedoras plazas. 🚗 Cómo llegar: En coche, toma la M-607 y luego la M-609. En bus, la línea 725 desde Plaza de Castilla te lleva directo. ❄️ Además en invierno puedes disfrutar de la nieve porque muuuyyy cerca está el Puerto de la Morcuera (estuvimos a finales de marzo así que apúntalo para el próximo año‼️). ¿Has estado por allí? @aytomiraflores @pueblosmagicosespana #AgendaConPeques #EscapadasConNiños #MirafloresDeLaSierra #PueblosMágicos #planesenfamilia👪 ♬ sonido original – agendaconpeques
Miraflores de la Sierra, conocida originalmente como Porquerizas, tiene un origen que se remonta al periodo de la Reconquista, cuando la zona fue ocupada por pastores segovianos tras la recuperación de Madrid. Para evitar disputas entre Madrid y Segovia por estas tierras, Alfonso X El Sabio decidió unificar diversos asentamientos bajo el nombre de El Real de Manzanares, aunque el territorio pasó por distintas manos hasta que, en 1446, llegó a la familia Mendoza.
En 1523, Carlos I concedió a Porquerizas el rango de Villa, reconociendo su distancia administrativa respecto a Manzanares. Su economía se basaba entonces en la agricultura y la ganadería, con cultivos de huertas, viñas y prados, y con actividad complementaria como la caza, la pesca y oficios tradicionales. En el Catastro de Ensenada de 1752, la población ascendía a 286 habitantes dedicados en su mayoría al campo.
Lugares de interés
«A lo largo de las carreteras que conducen a Rascafría y Canencia se encuentra el núcleo de «La Colonia» en torno al cual se fueron edificando, desde el último cuarto del S.XIX, los afamados «hoteles o villas de veraneo». Son casas de descanso estival con diferentes tipologías constructivas, pertenecientes a la alta burguesía madrileña que buscó en Miraflores los «aires de montaña» que tan en boga estaban por aquellos tiempos, gracias a la corriente higienista y el impulso del guadarramismo. Se trata de verdaderos palacetes de los que existen espectaculares ejemplos en Miraflores de la Sierra», detalla la web de la Sierra de Guadarrama.
En pleno corazón del pueblo, en la Plaza de España, se encuentra el Ayuntamiento, un edificio porticado sostenido por ocho columnas y rematado con una estrecha torre donde se ubica un reloj. Asimismo, la localidad conserva numerosas fuentes históricas, entre las que destacan la Fuente de los Borricos, construida en 1800 y utilizada antiguamente como abrevadero para los burros que los vecinos llevaban al monte, y la Fuente Nueva, construida en 1791 en sustitución de una anterior del siglo XV.
Otro lugar destacado es la Gruta de Nuestra Señora de Begoña, fundada en 1952 por Julián Reyzábal Delgado, devoto tanto de la Virgen como de Miraflores. En 2002, con motivo del cincuentenario, el Cardenal-Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, otorgó la licencia para establecer allí un oratorio y reservarlo para la oración y la Eucaristía.
El municipio también alberga el Humilladero de San Blas, construido en el lugar donde se levantaba la antigua ermita homónima. Por su parte, la Iglesia de Miraflores, ubicada en el casco antiguo y orientada al Este, muestra una sucesión de elementos añadidos a lo largo de los siglos, como capillas laterales, pórticos y ampliaciones del crucero. En su interior se puede observar una pila bautismal del año 1492.
Finalmente, la Parada del Rey es un lugar que merece la pena visitar. Allí, según la tradición, se detuvo Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV, durante un viaje hacia el monasterio del Paular. Al contemplar el paisaje y fijarse en unas flores, exclamó «¡Mira, flores!», expresión que habría dado origen al actual nombre del municipio.
Gastronomía
La gastronomía de este pueblo de la Sierra de Madrid es un reflejo directo de su entorno natural y de su tradición serrana. La cocina local se basa en productos de proximidad. Así, no es extraño encontrar en sus restaurantes platos elaborados con carnes de la mejor calidad, especialmente de vacuno y cordero, que suelen prepararse a la brasa, en guisos tradicionales o asados al estilo serrano. También destacan las recetas elaboradas con productos de la huerta, como judías, patatas y hortalizas de temporada.