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Las cuatro historias detrás de los cuatro fallecidos en la explosión de la calle Toledo

El pasado miércoles un fuerte estruendo se hizo sentir en Madrid, un edificio de la calle Toledo quedó totalmente destruido

Las cuatro historias detrás de los cuatro fallecidos en la explosión de la calle Toledo
Varios agentes vigilan la zona donde se produjo una explosión en la calle Toledo. Foto: EP

El pasado miércoles un fuerte estruendo se hizo sentir en Madrid, un edificio de la calle Toledo quedó totalmente destruido por una explosión de gas. La onda expansiva se llevó por delante a 4 vidas y dejó a 10 personas hospitalizadas con heridas de distinta gravedad. Detrás de esos fallecidos hay 4 familias que han quedado totalmente rotas, el destino hizo que estuvieran en el peor sitio posible. Estos son los nombres y familias que dejan atrás los fallecidos en la explosión de la calle Toledo.

Los cuatro fallecidos en la explosión de la calle Toledo de Madrid

Stefko Ivanov era un albañil búlgaro de 46 años que se encontraba en las inmediaciones. Los motivos por los que se encontraba allí se desconocen. Por el momento, en las cercanías  del inmueble en la calle Toledo se encontró su cuerpo sin vida.

Rubén Pérez Ayala, de tan sólo 36 años, había sido ordenado sacerdote hace 7 meses. En 2011 había ingresado en el seminario Redemptoris Mater de Madrid, perteneciente al Camino Neocatecumenal, itinerario de iniciación cristiana. En esa misma parroquia se había formado y pasado por infinidad de momentos felices, el miércoles fue uno de los que salió peor parado de la explosión del edificio. Inicialmente fue rescatado con vida, pero muy grave, unas horas después falleció en el hospital de La Paz.

David Santos es el electricista y padre de familia numerosa (4 hijos). De 35 años, trabajador del Metro de Madrid. Su estrecha amistad con el sacerdote Pérez Ayala provenía a través del Camino Neocatecumenal donde ambos compartían la misma forma de vida. Por desgracia, el destino les uniría en un fatal desenlace. David y Rubén se encontraban en el peor sitio posible cuando se produjo la explosión. Moriría al momento, nada se podría hacer por él a la llegada de los servicios de emergencia que rescataron su cuerpo ya sin vida.

Javier Gandía es el albañil de Toledo que paseaba por la calle cuando parte del edificio se le vino encima. La vida de Javier quedaría truncada por una fatal coincidencia, un paseo por un lugar que acabaría siendo epicentro de una explosión de gas. Era uno de los que pasaban por la Calle Toledo cuando se produjo la deflagración que hizo volar por los aires parte de la fachada del edificio. Tenía 45 años y dos hijos. Todo el pueblo de La Puebla de Almoradiel de donde era originario está consternado con su muerte.

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