Villarejo a Cospedal en 2017: «Iglesias quiere conocerme pero no estoy por la labor»
Pablo Iglesias presionó durante 2017 al entorno de José Villarejo para que el comisario se reuniera con él en secreto, mientras en público -en mítines y entrevistas- lo llamaba «cloaca de Estado». El interés del líder de Podemos era doble: obtener información que afectara al PP y que erosionara la presencia de Mariano Rajoy en La Moncloa y sondear de qué información disponía Villarejo sobre las irregularidades financieras de Podemos. Así lo prueba la grabación a la que OKDIARIO ha tenido acceso en exclusiva en la que Villarejo le dijo a Cospedal en 2017: «Iglesias quiere conocerme pero no estoy por la labor».
Ese doble juego, le sirvió a Iglesias para frenar la caída electoral durante la campaña de las elecciones generales del 10-N de 2019. Entonces, el líder podemita utilizó como salvavidas para frenar su batacazo temas tan recurrentes como Villarejo y las ‘cloacas del Estado’, el caso de la tarjeta telefónica de su ex asistenta Dina Bousselham o la comisión Kitchen sobre el espionaje al ex tesorero del PP, Luis Bárcenas. Y el plan le salió bien: mientras las encuestas y el sondeo a pie de urna le daban poco más de 30 diputados, finalmente obtuvo 39, aunque por debajo de Vox.
OKDIARIO ha conseguido una cinta en la que el comisario Villarejo asegura a su interlocutora, María Dolores de Cospedal -entonces, ministra de Defensa del presidente Rajoy- que Iglesias le había pedido un encuentro con él de manera insistente. Villarejo grabó de manera subrepticia su encuentro con Cospedal en el despacho del Ministerio de Defensa, en el Paseo de la Castellana, el 12 de septiembre de 2017. Era una de sus últimas grabaciones, ya que dos meses después fue detenido por los agentes de la Unidad de Asuntos Internos y recluido en prisión.
El comisario se quejaba ante la ministra del acoso que estaba sufriendo por parte del general Félix Sanz Roldán y del Sepblac, la unidad de inteligencia financiera ligada al Banco de España, que se dedica a la prevención de blanqueo de dinero. En un momento de la conversación Villarejo se refiere al ex magistrado Baltasar Garzón y le confiesa a Cospedal una de sus recomendaciones:
Villarejo: “Sería Bueno que Pablo…”
María Dolores de Cospedal le interrumpe: “¿Pablo? ¿El Coletas?”.
Y Villarejo le responde: “Sí, El Coletas. Él -Garzón- tiene mucha confianza. Pero me está dando caña -Iglesias-… El otro día que hablé con Garzón le dije: ‘Oye, tronco, quiere conocerme y a cuento de qué me vuelve a mencionar otra vez’. Como ya viste: ‘Villarejo no sé qué…’. Y me dice: ‘Mientras no hable contigo te va a dar caña. Sabe que tú eres un tío nuclear en toda esta historia (el tema Cataluña)’. Mira, no estoy por la labor y tal…”.
Villarejo expone a la ministra sus reticencias a verse con el líder de Podemos porque intuye que va a utilizarlo para sus maquinaciones políticas. No era la primera vez que le habían transmitido el mensaje de Iglesias, como se refleja en las anotaciones de Villarejo, que figuran en el sumario. Primero, fueron dirigentes de Izquierda Unidas que mantenían una relación de años con el comisario y, más tarde, el propio fundador de Podemos, Monedero.
La estrategia de Iglesias y Podemos
En aquellas fechas de septiembre de 2017, Iglesias seguía con su estrategia de acosar a Rajoy utilizando como argumento las “cloacas del Estado”, la “policía patriótica” y la supuesta “operación Cataluña”. Al líder de la formación morada no le importaba llegar a un acuerdo con quien calificaba de escoria policial siempre que le facilitara munición política contra el Gobierno de Rajoy y, al mismo tiempo, silenciara las miserias de Podemos.
Tan sólo había transcurrido un par de meses desde que Iglesias y sus 44 diputados vieran frustrada la moción de censura presentada en el Congreso contra Rajoy con el apoyo de independentistas y filoetarras. En las elecciones de junio de 2016 el PP había obtenido 137 diputados frente a los 85 del PSOE y 45 de los morados. Sánchez había abandonado su escaño después, en octubre de 2016, tras el golpe de timón que le había dado la cúpula socialista de Ferraz. Sin embargo, el 22 de mayo de 2017, renació de sus cenizas y le ganó las primarias a Susana Díaz, haciéndose con el control del PSOE.
Durante la moción de censura de Podemos de 2017, perdida por Iglesias, la portavoz del grupo parlamentario, su pareja Irene Montero, afirmaba ante sus señorías: “El comisario offshore Villarejo se habría encargado de desplegar todos los métodos a su alcance, señorías, legales e ilegales, incluida la asunción de identidades falsas, para conseguir información y elaborar informes que desprestigiarían a los políticos catalanes”.
E insistía, atribuyéndose la defensora del CNI y de la Monarquía: “Y esas mismas cloacas policiales estarían también vinculadas a graves filtraciones que perjudicarían a instituciones del Estado, como el Centro Nacional de Inteligencia o la Casa Real. Según uno de los periodistas relacionados con la cloaca policial, el CNI habría declarado ante estos hechos: ‘O el Estado somete a Villarejo o Villarejo someterá al Estado’”.
Sin embargo, esos argumentos no tenían el mismo valor cuando el interesado en contactar con Villarejo era su pareja sentimental.