Real Federación Española de Fútbol

El tío y ex jefe de Gabinete de Rubiales es el topo de la campaña de la Liga para echarle de la Presidencia

Luis Rubiales junto a Javier Tebas, Juan Rubiales y Gerardo González Otero.
Luis Rubiales junto a Javier Tebas, Juan Rubiales y Gerardo González Otero.

A Luis Rubiales se le vino a la mente la expresión latina cui prodest cuando con cierto sentido retórico el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se preguntaba a quién beneficiaban las informaciones aparecidas relacionadas con la Supercopa de España tras el hackeo de su teléfono móvil y su cuenta de correo electrónico. Rubiales aseguró que tenía «claro» quién estaba «detrás de todo esto» pero no lo podía decir.

OKDIARIO ha podido saber tras una larga investigación quiénes son las personas que estaban interesadas en desacreditarle, pero de las que no podía dar sus nombres. Nombres muy cercanos a Javier Tebas que dejan al presidente de La Liga en una situación muy delicada. Según confirman a OKDIARIO, Tebas utilizó varios de sus satélites para hacer fuerza común contra Luis Rubiales y desalojarlo de la Federación.

Para alcanzar ese objetivo necesitaba información sensible con la que poder construir un relato que lo desacreditara ante la opinión pública y así presionar para conseguir su inhabilitación. Para ello contó con la ayuda de colaboradores de La Liga e instrumentalizó a varios empleados de la RFEF descontentos con el presidente para sacar documentación confidencial que ayudara a dar verosimilitud a una trama.

El tío Juan

Los enemigos de Rubiales no tardaron en captar al tío del presidente, Juan Rubiales, que había sido su jefe de Gabinete hasta agosto de 2020. El tío Juan era una pieza clave porque poseía información confidencial que podría hacer mucho daño a sobrino. Aficionado a grabar reuniones y conversaciones privadas, solía advertir de que esos documentos le servirían para ilustrar el libro que quería escribir para “no perder los detalles”, según explican a OKDIARIO.

Los problemas de Rubiales con su tío, periodista de investigación que había trabajado durante décadas en Antena 3, aumentaron porque, aseguran fuentes consultadas, «nunca fue capaz de abandonar esa condición dentro de la institución». La relación fue deteriorándose poco a poco hasta que la tensión entre ambos se hizo inaguantable.

Los últimos desencuentros con su sobrino llegaron a raíz de varias grabaciones comprometidas a sus espaldas. El carácter ambicioso e invasivo de Juan Rubiales acabó como se esperaba en el seno federativo: choque total con la fuerte personalidad de Luis Rubiales. «La pérdida de confianza de Rubiales en su tío le obligó a relegarlo a un tercer plano dentro del organigrama de la Federación», dicen a OKDIARIO. «La actitud de Juan Rubiales acabó con la pérdida total de confianza del presidente que lo ubicó en otro cargo directivo sin poder de decisión», explican a OKDIARIO. De ser un hombre que había aglutinado mucho poder, acabó aparcado en el Museo de la RFEF aunque, eso sí, con el mismo salario. Arrumbado como un viejo trasto, el tío juró venganza.

El tío se pasa al bando enemigo

Ese descontento, aireado de forma común por su tío en múltiples foros, captó la atención de los enemigos del presidente. Según explican fuentes federativas, Juan Rubiales organizó con colaboradores y satélites de La Liga una selección de información privada y confidencial que guardaba de su etapa como jefe de Gabinete de Presidencia y «que pudiera ser presentada de tal forma que colocara contra las cuerdas a su sobrino y le pudiera obligar a dimitir». La última vía sería presionar a las instituciones con diferentes denuncias para tratar de elevarlas al TAD e inhabilitar al presidente.

El papel de Gerardo González Otero

El que fuera secretario general de la RFEF y posteriormente candidato contra Ángel María Villar, Gerardo González Otero, es una pieza clave en todas las maniobras. Al frente de la empresa G20 Publisport, colaboradora y proveedora de La Liga, asumió la canalización de las operaciones para ‘captar’ a Juan Rubiales. La mujer de Otero, empleada de la RFEF, fue secretaria del Gabinete de Presidencia cuando Juan Rubiales estaba al mando y degradada tras su salida al departamento de Operaciones.

Para ello, contó con la ayuda de colaboradores de La Liga e instrumentalizó a varios empleados de la RFEF descontentos con el presidente para sacar documentación confidencial que ayudara a dar verosimilitud a una trama.
Juan Rubiales y Gerardo González Otero reunidos (III).

Otero mantuvo diversas reuniones presenciales con Juan Rubiales en diferentes puntos de Madrid y lo conectó con otros peones de la trama interesados en que cayera el presidente de la RFEF con el fin de asesorarlo jurídicamente. Intercambiaron información y diseñaron la estrategia para acabar con el asalto final a la federación. Para ello, llevaron a cabo varias reuniones con periodistas con el fin de entregar una documentación exclusiva a cambio respetar el relato y perjudicar a Rubiales. «Las reuniones se produjeron principalmente en el comedor de un hotel próximo a la sede de La Liga», explican a OKDIARIO.

Atendiendo a las recomendaciones de los asesores, días antes del inicio de la segunda oleada de informaciones contra el presidente, Juan Rubiales se dio de baja laboral y presentó una denuncia por acoso del presidente. La suerte estaba echada.

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