EL JUEZ LA CONSIDERÓ DE MAL GUSTO PERO "INOCUA"

Pedraz archivó una querella por una fiesta en Alsasua que comparaba a la Guardia Civil con los nazis

Montaje con tres de los momentos que representaron los abertzalez en los que equiparaban a la Guardia Civi, al Rey y alas Fuerzas Armadas con nazis.
Montaje con tres de los momentos que representaron los abertzalez en los que equiparaban a la Guardia Civi, al Rey y alas Fuerzas Armadas con nazis.

El final de la actividad de ETA no ha significado el cese del hostigamiento abertzale hacia la Guardia Civil en Alsasua. En 2011, con permiso de su alcaldesa y de la justicia, hubo una manifestación de los cachorros proetarras que disfrazados de agentes portaban símbolos nazis.

La Audiencia Nacional archivó una denuncia de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) contra unos actos en los que se hizo mofa del Rey y de las Fuerzas de Seguridad. La manifestación fue descrita del siguiente modo en la denuncia:

Gazte Asamblada (Asamblea Juvenil), organización vinculada a la izquierda abertzale realizó en Alsasua un «desfile o parada militar presidido por un individuo, todavía sin identificar, el cual aparecía disfrazado de su majestad el Rey de España y en el que participaron un número indefinido de personas, también sin identificar, que vestidos con los uniformes de nuestras fuerzas de seguridad del Estado (Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Foral) desfilaron por las calles del pueblo. Dichas personas con los uniformes antedichos portaban simbología nazi y simbología preconstitucional, portando personas vestidas con el traje de legionario una muñeca hinchable».

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El amparo de la entonces alcaldesa, la abertzale Garazi Urrestarazu fue total: «Una vez finalizado dicho desfile, el individuo disfrazado de su majestad el Rey con el uniforme de gala, que había presenciado todos los hechos, subió al balcón del ayuntamiento con la aquiescencia de la alcaldesa [Urrestarazu], y desde dicho balcón de la institución pública realizó una alocución en la que se burlaba del Rey y donde de manera irónica se felicitaba a las fuerzas de seguridad por su labor en el pueblo terminando la alocución al grito de «¡Viva España!, ¡Viva el Rey!, ¡Viva el Orden y la ley! ¡Viva España, una grande y libre [sic]».

Montaje con tres de los momentos que representaron los abertzalez en los que equiparaban a la Guardia Civi, al Rey y alas Fuerzas Armadas con nazis.
Montaje con tres de los momentos que representaron los abertzales en los que equiparaban a la Guardia Civi, al Rey y alas Fuerzas Armadas con nazis.

La entonces alcaldesa, según informes de la Guardia Civil, llegó a proferir insultos contra la Benemérita: «Hijos de Puta, me cago en vuestra calavera».

El resultado de aquella denuncia supuso un mazazo para la AVT y la propia Guardia Civil que vieron como el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, archivaba la causa contra la alcaldesa abertzale al considerar que pudo ser de «mal gusto» pero «inocua».

Pedraz aseguró en su auto que el sobreseimiento de la causa, a instancias de la Fiscalía, se debió a que no quedó «debidamente justificada la perpetración de los delitos» que denunció la AVT. «El hecho de presentar al monarca en el ejercicio de una de sus funciones más representativas como Jefe del Estado y Capitán General de los Ejércitos, esto es, pasando revista a las tropas, en sí mismo es inocuo», aseguró el magistrado.

La situación empeora

Cinco años más tarde, una horda abertzale ha agredido a un teniente y a un sargento junto con sus parejas en un bar de Alsasua. Según fuentes del entorno de las víctimas, los agentes fueron reconocidos por dos abertzales en la taberna: les tiraron dos chupitos, vaso incluido, a la esquina donde estaban los funcionarios. Los guardias dejaron pasar la provocación.

Pero los radicales se crecieron. Se acercaron a los agentes. Uno de ellos les increpó. «Iros de aquí txakurras [perros en euskera]». El teniente dijo que por favor les dejaran en paz, que estaban tomando una copa con sus novias, que no querían problemas. Pero uno de los dos provocadores, lejos de apaciguarse, empujó al teniente y de un puñetazo le rompió el labio, que ha precisado tres puntos de sutura.

Tras este pistoletazo, todos los radicales presentes en el bar empezaron a darles puñetazos  y patadas a los agentes y a sus novias. Los guardias y sus parejas intentaron salir del bar pero una horda abertzale, 20 radicales más, les esperaba fuera. El linchamiento ya fue total. Cayeron al suelo bajo el ataque colectivo. Les siguieron pateando una vez habían caído al piso. El teniente presenta fractura de tobillo y una de las novias debe portar collarín tras la razzia abertzale.

El alcalde, de Geroa Bai, Javier Ollo, aunque condena «los hechos violentos», duda del ataque masivo. Pero debe su cargo a los proetarras de EH-Bildu, una de cuyas estrellas, Martín Garitano ha mostrado su verdadero sentir por este linchamiento: «Las versiones de la Guardia Civil son tan increíbles como su propio nombre. Porque guardias serán, pero civiles, no. Ahora nos cuentan el cuento de la buena pipa en Altsasu (Alsasua). Una horda de cincuenta abertzales emboscan a las cinco de la madrugada a dos ‘picoletos’ de buena voluntad, los atacan con la fiereza que se les supone y un teniente acaba lesionado en un tobillo. Y el otro, de rositas. A otro perro con ese hueso».

El sentir de una madre

La madre del teniente linchado, en una valiente carta, no se ha arredrado frente al doble linchamiento moral y físico: «Fueron brutalmente agredidos mientras tomaban unas cervezas en un bar de la localidad. Una panda de cobardes energúmenos que sólo actúan en grupo, que su miserable inteligencia no les da para ver más allá de su ombligo, levantar la mirada y darse cuenta de que el mundo funciona a otro ritmo y ellos se quedaron en las cuevas. Gracias a la buena gente de ese pueblo por su apoyo y decirles que no se dejen amedrentar por unos cuantos ignorantes con el conocimiento justo para pasar el día».

Esta brava madre, por encima de la templanza política, lanza el mensaje más nítido de condena: «Esta ignorancia cavernícola que les lleva a estar llenos de odio y podredumbre y que ni saben actuar. Sé que su corta capacidad no les deja entender que no han conseguido nada en estos años y que no lo van a conseguir. Esto sólo sirve para afianzarnos en nuestro propósito de querer convivir en paz».

 

 

 

 

 

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