La banca suiza cifró en 20 millones el patrimonio de la mano derecha de Sepúlveda

Jesús Sepúlveda-Leopoldo Gómez-Pozuelo
El ex alcalde de Pozuelo Jesús Sepúlveda. (Foto: EFE)

El ingeniero municipal de Pozuelo Leopoldo Gómez Gutiérrez tenía un segundo banco en Suiza al margen del Credit Suisse, donde llegó a mover 2,3 millones en valores, para sepultar sus ingresos opacos españoles. Abrió en 2004 una cuenta en la sucursal de Rothschild en Ginebra. El banco le evaluó entonces su patrimonio en 20 millones de euros, cinco años antes de saltar el caso Gürtel.

Ahora, gracias a su carta manuscrita difundida por este diario donde en 2009 evaluaba en diez millones las comisiones pagadas por el constructor Alfonso García Pozuelo, este ingeniero es conocido en toda España. Pero en 2004 sólo era un discreto ex político, diputado en la Asamblea madrileña por AP entre 1983 y 1987, y un menos discreto ingeniero municipal de Pozuelo, puesto que ha ejercido durante 25 años.

La prensa destapó en 2000 que el Ayuntamiento de Madrid, bajo control del PP, le había dado numerosas asistencias técnicas a dedo como empresario privado a este funcionario municipal de Pozuelo y político afín.

El PSOE veía ilegal que pudiera tener empresas y actuar como privado para otros ayuntamientos cuando cobraba como funcionario. Para entonces, años antes de reventar públicamente Gürtel, ya era sospechoso de haber favorecido a un contratista de Pozuelo, Mariano Tello, del que era socio.

Ninguno de estos escándalos habían llegado a la Banca Rothschild cuando Leopoldo Gómez se presentó en Zúrich en 2004 para abrir una cuenta. El banco le abrió una ficha donde constaba su confusión de empleos públicos y negocios privados: “Es ingeniero de caminos, canales y puertos. Es propietario de un despacho de ingeniería. Es ingeniero jefe del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón. Es igualmente propietario de un restaurante en Madrid (Aldaba)”.

También se detallaba que poseía una empresa, Elmursa, con apenas seis empleados, la misma sociedad que había originado la polémica cuatro años antes en España por contratar como privado con ayuntamientos del PP.

Pero más allá de la compatibilización de un despacho privado con su puesto de jefe de Obras en Pozuelo, el informe mostraba un dato mucho más sorprendente: “Situación patrimonial estimada, 20 millones de euros”. El banco suizo conocía lo que toda España ignoraba: que un modesto funcionario de pueblo era millonario.

La ficha bancaria de Rothschild contenía un epígrafe donde se exigía al cliente explicar la forma en que adquirió sus fondos. El ingeniero municipal se explayó así: “Proviene de España de su actividad a la cabeza de su despacho, de operaciones inmobiliarias vinculadas a su trabajo y sus proyectos. Ha acumulado un patrimonio importante financiero en inversiones en Bolsa”.

En suma, desgranó ante el banco una serie de vías de ingresos, todas relacionadas con una actividad empresarial o financiera privada para justificar sus fondos, pero olvidó o despreció una, la que debía ser su fuente única o principal de ingresos: su salario municipal.

Leopoldo Gómez explicó sin complejos al banco por qué necesitaba una cuenta en Ginebra en la banca Rothschild: “Para gestionar mi fortuna”.

 

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