Así seducía el marido de Oltra a la niña abusada, según el informe psicológico: «Luis me daba chuches»
Un informe psicológico realizado a petición de la Consejería de Igualdad valenciana de Mónica Oltra consistente en tres entrevistas entre una psicóloga del Instituto Espill con la menor abusada por el entonces marido de la consejera recoge en sus 21 páginas varias afirmaciones de la menor, a las que la Consejería no consideró creíbles, pero sí la Audiencia Provincial de Valencia que sentenció a Luis Ramírez Icardi, marido de Oltra, a cinco años de prisión por los abusos sexuales sobre una menor que le contó a la psicóloga el modus operandi del educador que se convirtió en su abusador:»Luis me daba chuches».
El documento fue remitido desde el Instituto Espill a una funcionaria de la Consejería de Igualdad de Oltra, que fue quien encargó el estudio fechado el 7 de noviembre de 2017. Pero ¿por qué se encargó fuera de la Consejería teniendo en cuenta que ya existía una exploración por parte de otra psicóloga de Igualdad y Políticas Inclusivas y el centro donde estaba internada la menor tenía otra psicóloga?
Ambas ya declararon en esta nueva causa que se sigue en el Juzgado de Instrucción 15 de Valencia, una causa que llegó el pasado viernes hasta el Tribunal Superior de Justicia de Valencia (TSJV), que ahora deberá dilucidar si la líder de Compromís debe declarar como imputada o no. De momento, ya han pasado como investigados por la sala del Juzgado número 15 hasta 13 personas, entre altos cargos, psicólogos, educadores y profesores a sueldo de la Consejería. La psicóloga de Espill explicó en su declaración que ella era una experta en tratar este tipo de abusos a menores, especialista que al parecer no existe ocupando un puesto de funcionaria en la Consejería.
Todos los imputados se han escudado de una manera u otra en la existencia de este informe elaborado por la psicóloga Isabel Añón que realizó tres entrevistas a la menor y en el que Añón no dice nunca que el testimonio de la menor no sea creíble, aunque en las conclusiones sí dice que es «poco creíble» pero lo matiza porque tuvo muchos problemas a la hora de obtener información supuestamente por la «falta de colaboración» de Mayte, aunque acudió hasta en tres ocasiones al Instituto Espill y cómo declaró ante el juez «poco creíble no significa no creíble ni que no sea probable».
El trabajo de la psicóloga consistía en «valorar la credibilidad del testimonio de la joven» a petición de la Dirección Territorial de Valencia de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat valenciana. Este dato es importante porque cuando se adjuntó este informe a otro «informativo» realizado por la Consejeria de Oltra y enviado a Fiscalía de Menores desde este órgano ya se habían iniciado diligencias tuteladas judicialmente para esclarecer los hechos, lo que provocó que en la sentencia condenatoria al ya ex marido de Mónica Oltra este informe recibiese el calificativo por parte de los magistrados de «parajudicial» y se abriesen las actuales diligencias.
Valorar la credibilidad
En esa valoración Isabel Añón, la psicóloga de Espill, usó el Análisis de la Validez de las Declaraciones (SVA) «para lo cual se realizan entrevistas propiciando el relato libre de la adolescente». Para ello hizo varias entrevistas, la primera con la trabajadora social del Centro de Menores La Salle, donde Mayte había sido trasladada para alejarla de su abusador, ya que esta trabajadora era la persona que acompañaba a la menor a los encuentros con la psicóloga y dice la trabajadora que «la información al respecto (los abusos) la conoce de manos de la propia joven, que según le cuenta un educador (…) ha abusado de ella». Luego se entrevistó con la directora del centro de menores donde tuvieron lugar los abusos y finalmente con la propia Mayte hasta en tres ocasiones.
A juicio de la psicóloga que elaboró el informe citado, en estas entrevistas las respuestas de una niña de 14 años siempre parecían estar englobadas en un mismo entorno «desafiante, distante y malhumorada, siendo poco colaboradora principalmente cuando se abordan los hechos objeto de valoración». Durante la primera entrevista Mayte dice que «ya lo ha contado en todos los sitios, Fiscalía, Consellería y que la mandan de aquí para allá y que no quiere hablar ya de ello».
Pero cuando la psicóloga le argumenta que es muy importante que relate lo sucedido, la niña accede y explica que la táctica del educador consistía en que «una noche que creía que ella estaba durmiendo le empezó a hacer masajes por la espalda». La menor también dice en algún momento de las entrevistas que «el único educador con el que se llevaba bien era con Luis, que les daba caramelos y chucherías» y él (Luis Ramírez) «le decía que se tenía que portar bien». En la tercera y última entrevista vuelve a hacer una afirmación similar: «preguntada qué tal se llevaba con Luis dice que le caía bien porque el daba chuches» y «porque antes me leía cuentos».
La psicóloga explica en su informe que «considerando la poca colaboración y los escasos detalles que ofrece sobre los episodios de abusos se le realizan preguntas directas aclaratorias para intentar concretar lo ocurrido, aunque este tipo de preguntas no son propias de la metodología empleada en la valoración de estos casos».
Todo ello a pesar de que la niña da pelos y señales de cómo se producen los abusos, dónde, las horas a las que ocurren, «sobre las 00.30 horas y las 01.00 horas entraba en su habitación». La menor incluso accede a explicar cómo duerme, cómo iban ambos vestidos cuando ocurrieron los hechos y si hacía frío o calor. Es cierto que no sabe precisar días exactos y es reticente a dar largas explicaciones, pero cuando fue entrevistada tenía 14 años.