El modelo laboral del golpista Cuixart: un 50,4% de contratos basura y sólo un 18% de empleo femenino

Jordi Cuixart
Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, a su llegada a la Audiencia Nacional. (Foto: EFE)

Podemos y los independentistas califican de «preso político» al presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que permanece en prisión preventiva desde el lunes por encabezar el acoso a la Guardia Civil y a la comisión judicial que había acudido a realizar un registro en la sede de la Conselleria de Economía de la Generalitat.

Imputado por un delito de sedición, Cuixart también deberá responder ante la Justicia por el papel que ha jugado su asociación al coordinar a los voluntarios que ocultaron las urnas y ocuparon los colegios electorales para que se pudiera celebrar el referéndum ilegal de independencia del 1-O.

Una buena forma de conocer el «modelo de país» que Cuixart tiene en la cabeza para una hipotética Cataluña independiente es examinar cómo gestiona su propia empresa, Aranow Packaging Machinery SL, de la que ha sido administrador único desde su fundación en 2003.

La compañía radicada en el municipio de Senmanat (Barcelona) se dedica al diseño y fabricación de equipos para envasar alimentos y productos farmacéuticos. Declara unas ventas anuales de 7,2 millones de euros, de los cuales el 95% corresponde a exportaciones.

Desaparece del consejo de administración

Según sus últimas cuentas depositadas ante el Registro Mercantil, Aranow tenía en 2015 una plantilla de 45 trabajadores. De ellos, sólo el 49,5% tenía un contrato fijo, mientras que el 50,5% corresponde a empleos eventuales. Y otro dato significativo: de los 45 trabajadores en plantilla sólo 10 eran mujeres, el 18% del total.

Con estos datos, hay pocas dudas de que el héroe del independentismo, Jordi Cuixart, apuesta por el empleo precario (más del 50% de sus trabajadores no tienen contrato fijo) y no cree demasiado en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. En la actualidad, el 75% de los contratos dados de alta ante la Seguridad Social en el conjunto de España son fijos. No ocurre así, precisamente, en la empresa del presidente de Òmnium.

Jordi Cuixart figura como accionista único de Aranow Packaging Machinery SL. También ha sido su administrador único hasta hace seis meses: en abril renunció a todos los cargos que ocupaba en la dirección de la empresa y colocó en su lugar a  dos administradores solidarios: Jan Molina Guardia (quien hasta ese momento era director comercial) y Carles Obradors Guerrero (quien según las fuentes consultadas por este diario es funcionario del Ayuntamiento de Mataró).

Aparentemente, Cuixart habría intentado así blindarse, para evitar que las consecuencias penales que ha asumido como uno de los líderes de la rebelión independentista afecten al patrimonio de su empresa.

Piden el boicot a la banca

Las asociación que preside, Òmnium Cultural, está llamando ahora al boicot contra las dos principales financieras que han abandonado Cataluña para preservar los intereses de sus clientes y accionistas: CaixaBank y Banco de Sabadell. A través de su empresa, Jordi Cuixart debe 400.000 euros a CaixaBank y 788.000 euros al Banco Sabadell.

Òmnium Cultural maneja un presupuesto de más de 6,6 millones de euros al año de los que, teóricamente, 2,7 millones de euros corresponden a las cuotas que pagan sus 50.000 socios. La asociación también declara un millón de euros en «donaciones» y cerca de de 300.000 euros en subvenciones otorgadas por las Administraciones públicas que gobiernan PDeCAT, ERC, la CUP y el PSC.

Aunque teóricamente estas subvenciones están destinadas a promocionar el uso de la lengua catalana, en realidad Òmnium destina la práctica totalidad de su presupuesto a acciones de propaganda y a impulsar el proceso independentista. La Guardia Civil ya ha pedido a la juez Carmen Lamela que bloquee todas las cuentas bancarias de Òmnium y de la ANC (cuyo presidente, Jordi Sánchez, también cumple prisión preventina en la cárcel de Soto del Real) para evitar que siga destinando sus recursos a fines ilegales.

Òmnium tiene registradas numerosas marcas como «Crida per la democracia», «Escoles en Xarxa» y «SomEscola». También gestiona varias webs como unpaisnormal.es, en la que intenta vender al público castellano parlante las bondades de su proyecto independentista.

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