Elecciones Venezuela 2018

El vídeo que demuestra el pucherazo de Nicolás Maduro: saluda emocionado… a una plaza vacía

Ver vídeo
Nicolás Maduro saluda emocionado... a nadie al salir del colegio donde votó en las elecciones presidenciales de Venezuela.

La oposición democrática, machacada por su tiranía, llamó a boicotear las falsas elecciones presidenciales de este domingo en Venezuela. Y ni siquiera la maquinaria chavista logró movilizar a nadie… ni para vitorear al dictador, Nicolás Maduro. La prueba palpable de que el mensaje de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) había calado en un pueblo hastiado, hambriento y enfermo es este vídeo en el que Maduro gesticula emocionado, saluda y anima… a nadie a su salida del colegio de Caracas en el que votó para refrendar su propio régimen.

Maduro votó a primera hora del día en su centro electoral, en el oeste de la capital, Caracas, escenario de masivas movilizaciones de cientos de miles de ciudadanos el año pasado en protesta por su tiranía fracasada. Las cifras oficiales reconocen un 52% de abstención, pero este vídeo demuestra que en realidad debió de ser mucho mayor. Porque nadie, ni siquiera los más fieles y paniaguados del régimen, aquéllos que atendieron a la llamada de «una bolsa de alimentos básicos» a quienes se acreditaran como votantes con el llamado carnet de la patria —la cartilla de racionamiento—, fueron a aplaudir al sátrapa.

Tras heredar el poder en 2013 a la muerte del fundador del llamado socialismo del siglo XXI, Hugo Chávez, el antiguo autobusero sindicalista —y ex ministro de Exteriores con el «padre de la patria», como gusta en llamar a Chávez— ha ido hundiendo la economía ya maltrecha y clientelista del país más rico en recursos naturales de Latinoamérica.

Al tiempo, fue persiguiendo con saña a la oposición, encarcelando a sus líderes —como Leopoldo López, Antonio Ledezma…—, inhabilitando partidos, expropiando y ahogando a los medios de comunicación privados críticos con su labor, desconociendo la Constitución y reprimiendo a los ciudadanos. Más de 160 personas fueron asesinadas por sus fuerzas —policiales e irregulares, los llamados colectivos— en cuatro meses de movilizaciones diarias y masivas entre abril y julio de 2017.

Con toda la comunidad internacional en contra, sometidos a sanciones de EEUU y la UE los más altos dirigentes de su régimen y ahogado por una inflación del 13.000%, el dictador ha elevado nominalmente el salario mínimo y las pensiones en al menos cuatro ocasiones, fomentando una carrera sin fin hacia el abismo financiero.

La petrolera estatal, PDVSA, fuente de las divisas y única industria que pervivía bajo su bota, se ha hundido y malvendido a pedazos entre los países acreedores —esencialmente, China y Rusia—. Sus esbirros han extraído sacas de miles de millones de dólares del país para asegurarse un futuro cuando tengan que huir de un país que ya no los quiere.

El hombre fuerte del régimen, Diosdado Cabello, está acusado formalmente en EEUU de ser el capo del Cartel de los Soles, organización mafiosa y narcotraficante que colabora con las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la narcoguerrilla que sometió al terror durante 50 años a la vecina Colombia y hoy pretende lavar su imagen como partido político reinsertado, gracias a unos acuerdos con el Gobierno saliente de Juan Manuel Santos.

Y en esta deriva sin fin, tras usurpar el poder legislativo de la Asamblea Nacional —único órgano constitucional que no lograba dominar, con una mayoría opositora—, después de convocar una falsa Constituyente en una especie de elecciones amañadas, y con toda la comunidad internacional advirtiendo que no iba a «reconocer los resultados de unas falsas elecciones», el pueblo venezolano ha creído en el mensaje de boicot y en que, como dice María Corina Machado —otra de las líderes democráticas— «no hay manera de sacar al dictador por la vía de las urnas, hay que luchar por derribarlo».

Nadie fue a aplaudir al tirano, aunque él hizo como que sí. Pero mientras una cámara lo grababa de frente, otra indiscreta lo inmortalizaba de espaldas saludando los vítores de nadie.

Lo último en Internacional

Últimas noticias