Detienen a un tercer terrorista por el intento de atentado frustrado en el concierto de Taylor Swift en Viena

Las fuerzas de seguridad de Austria han detenido a un tercer sospechoso de planear el atentado suicida que habría desatado la tragedia en los conciertos de Taylor Swift previstos para esta semana en Viena (entre el 8 y el 10 de agosto). Las actuaciones de la cantante estadounidense se cancelaron por motivos de seguridad. Se trata de un joven iraquí de 18 años radicalizado que juró lealtad al grupo terrorista Estado Islámico. Así lo ha comunicado este viernes el ministro de Interior austríaco, Gerhard Karner.

La Fiscalía ha pedido que los otros dos sospechosos, arrestados previamente, permanezcan detenidos a la espera de juicio. De momento, la Justicia no se ha pronunciado al respecto, aunque se prevé que dé una respuesta de manera inminente.

Tal y como ha indicado el ministro de Interior, el perfil de todos los arrestados es similar. Los tres -de 19, 17 y 18 años- están siendo investigados por la relación que podrían tener con organizaciones criminales o terroristas, y en ese sentido han sido acusados de mantener vínculos con el Estado Islámico.

Además, uno de ellos reconoció en un interrogatorio este jueves que tenían la intención de inmolarse para «matar a un gran número de personas». El plan era llevar a cabo el atentado suicida con artefactos explosivos caseros y armas blancas junto al estadio Erns Happel, mientras se celebrara alguno de los conciertos de Taylor Swift.

El primero de los detenidos es un austríaco originario de Macedonia del Norte, mientras que el segundo de ellos es también austríaco, de origen turco-croata. En este caso, era un empleado de una subcontrata que prestaba servicio en el estadio de cara a los conciertos, en la construcción de andamios. Lo habían contratado hace sólo unos días. A estos dos les unía una relación de amistad.

«Un baño de sangre»

Terceros países tuvieron conocimiento de los planes de los presuntos terroristas a través de sus servicios de Inteligencia y se pusieron en contacto con Austria para informar del riesgo hace dos semanas aproximadamente. Según las declaraciones del canciller austriaco Karl Nehammer, se logró evitar «un baño de sangre». Estaba prevista la asistencia de más de 170.000 fans de la estrella estadounidense a sus conciertos, con un impacto económico cercano a los 100 millones de euros.

Asimismo, las autoridades austríacas han confirmado que también se ha interrogado en el marco de la investigación a un adolescente de 15 años.