El presidente de Kosovo asegura que quiere «corregir» la frontera con Serbia
Un nuevo trazo de la frontera para introducir partes de Serbia con una población de mayoría albanesa en Kosovo podría terminar con las persistentes tensiones entre Belgrado y Pristina y permitir a ambas naciones avanzar para ser miembros de la Unión Europea, según ha informado este martes el presidente de Kosovo, Hashim Thaci.
Thaci ha afirmado que presentaría su plan al presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, cuando se reúnan en septiembre en Bruselas como parte de un diálogo patrocinado por la Unión Europea.
La normalización de las relaciones bilaterales es una condición clave para que tanto Serbia como Kosovo avancen hacia su objetivo final de convertirse en miembros de la Unión Europea. Los países vecinos de los Balcanes acordaron en 2013 resolver todos los asuntos pendientes, pero hasta ahora han avanzado poco.
«Definitivamente ahora es el momento de corregir la frontera entre Kosovo y Serbia que tiene alrededor de 400 kilómetros de largo», ha señalado Thaci. «Esto ayudaría a evitar problemas interétnicos y crearía cualquier tipo de región autónoma como la República Serbia», ha aseverado.
El presidente no ha detallado qué podría recibir Serbia a cambio de abandonar ese territorio, en el que viven alrededor de 55.000 personas de etnia albanesa y ha rechazado cualquier participación de Kosovo por motivos étnicos.
«Corregir las fronteras definitivamente evitará la participación de Kosovo, el intercambio de territorios, más crisis o problemas o incluso una posible guerra», ha añadido.
Kosovo, cuya población de 1,8 millones es principalmente de etnia albanesa, declaró su independencia de Belgrado en 2008, una década después de que la OTAN bombardeara Yugoslavia para poner fin al asesinato de civiles albaneses por fuerzas serbias durante una insurgencia de dos años.
Ahora es reconocido por más de 100 países, pero no por Serbia, Rusia y cinco estados de la Unión Europea. Belgrado y Moscú han impedido que Kosovo se una a la ONU.
Algunos medios y políticos serbios han sugerido volver a trazar la frontera para dar a Serbia una parte del norte de Kosovo poblada principalmente por serbios y, a cambio, dar a Kosovo partes del sur de Serbia con una mayoría albanesa.
Alrededor de 100.000 serbios viven en Kosovo, la mitad de ellos al norte del río Ibar en las ciudades donde forman la mayoría. El resto vive al sur del río en zonas con una mayoría albanesa.
La mayoría de los serbios que viven en Kosovo no reconocen las instituciones de ese país y aún consideran a Belgrado como su capital.
Vucic sugirió la semana pasada que estaba dispuesto a llegar a un acuerdo sobre la definición de las fronteras de Serbia con Kosovo, aunque los observadores señalan que las dos partes permanecen alejadas. La mayoría de los serbios ven Kosovo comola cuna de su nación y la fe cristiana ortodoxa.
Los países occidentales también están inquietos por el posible rediseño de las fronteras en los balcanes. La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó este lunes que la integridad territorial de los estados de los Balcanes Occidentales era «sacrosanta».
La Embajada británica en Pristina señaó que «los llamados a volver a dibujar las fronteras nacionales podrían estar desestabilizando».
Sin embargo, Thaci aseguró que confía en que los países occidentales respaldarán cualquier acuerdo firmado con Vucic, que cree que se puede alcanzar en febrero de 2019.
«Si las partes acuerdan el proceso del diálogo y llegan a un acuerdo, la Unión Europea y Estados Unidos apoyarán cualquier acuerdo sobre la corrección de la frontera», aseveró Thaci. «Estamos siguiendo un proceso pacífico y esto evitaría problemas, evitará crisis y abrirá una perspectiva de la Unión Europea para ambos países», añadió.
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