El presidente de Filipinas promete matar a su hijo si es declarado culpable de narcotráfico
Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, no tiene medida a la hora de derrotar al narcotráfico, contra el que aplica la violencia sin tapujos hasta el extremo de escandalizar a la comunidad internacional… salvo a Donald Trump, que recientemente le felicitó por su ‘efectividad’ en esta materia.
Tal es su fijación que ha declarado que no le temblará el pulso si tiene que ordenar la ejecución de su propio hijo, Paolo Duterte, quien habría tratado de introducir en el país un cargamento de metanfetamina procedente de China valorado en más de 100 millones de euros.
Duterte se comprometió a dimitir si algún familiar se veía implicado en algún caso de este tipo y garantiza que lo mantiene. Además, dará inmunidad al policía que dispare, si así ocurre finalmente.
Sería una más de las 7.000 personas asesinadas desde su llegada al poder en 2016, cuando prometió «mano dura». Las calles se llenan de manifestantes cada semana para llamar al resto de naciones a intervenir en la sangría.