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José Daniel Ferrer: «Los presos políticos cubanos comen perros, gatos y hasta ratas para sobrevivir»

"El Vaticano y Biden se dejaron burlar por el régimen cubano"

"Me esposaban pies y manos y me dejaban horas al sol hasta que estaba al borde de la deshidratación"

José Daniel Ferrer
Luis Balcarce

El destacado disidente cubano José Daniel Ferrer, quien ha pasado más de doce años en las prisiones del régimen castrista, denuncia en conversación telefónica con OKDIARIO, las condiciones infrahumanas en los centros penitenciarios de la isla, donde los reclusos se ven obligados a cazar y comer perros, gatos y hasta ratas para sobrevivir. «Con un cordel tipo pesca y anzuelo improvisado con alambre, cazan ratones utilizando como carnada un pedacito del pequeño pan que reciben», relata Ferrer, describiendo cómo los presos sin apoyo familiar deben recurrir a estas medidas desesperadas para no morir de hambre en las mazmorras cubanas de Malverde y Boniato.

Ferrer, quien recientemente fue liberado tras pasar encerrado tres años y medio, revela que las prisiones cubanas «cada vez más se parecen a campos de concentración de la Alemania nazi». El líder de la Unión Patriótica de Cuba describe un panorama desolador donde los reclusos desnutridos «son piel y hueso», y donde la violencia es endémica. «Se apuñalan y hasta matan por un pedazo de pollo», afirma, señalando que la ración mensual de carne es cada vez más escasa y puede pasar hasta tres meses sin ser distribuida.

«Prefiero morir antes que irme de Cuba»

Ferrer ha transitado por cinco centros penitenciarios diferentes, incluyendo la prisión de máxima seguridad de Camwei y la prisión de Aguadores en Santiago de Cuba. Su primera condena fue de 25 años, de los cuales cumplió ocho, pasando seis de ellos en régimen de aislamiento.

En 2019-2020, Ferrer enfrentó un nuevo período de seis meses en la prisión de Aguadores, donde las condiciones fueron aún más severas. «Fui víctima de golpizas, de tortura física y psicológica», relata. «Me arrastraban por un piso irregular que me dejaba corriaciones en toda la espalda, los glúteos y partes de las piernas. Me esposaban pies y manos y me dejaban horas al sol hasta que estaba al borde de la deshidratación».

Según el disidente, estas torturas tenían un objetivo claro: forzar su exilio. «Todas estas situaciones extremas siempre son con la intención de luego aparecerse y decirme que todo eso termina si decido abandonar Cuba», explica Ferrer, quien se ha negado sistemáticamente a dejar el país.

Su última detención se produjo durante las protestas del 11 de julio de 2021, cuando intentaba unirse a las manifestaciones pacíficas. Esta vez cumplió tres años y medio en condiciones que describe como «las peores», señalando que las prisiones cubanas actuales «cada vez más se parecen a campos de concentración».

La brutalidad del sistema penitenciario cubano se refleja en el trato que recibió durante sus múltiples encarcelamientos. Ferrer destaca que la cantidad de presos desnutridos, «que son piel y hueso nada más», hace que estas prisiones «parezcan un museo de tiempos del holocausto».

La dictadura ha intentado silenciar su activismo político y social mediante diversos métodos, incluyendo la fabricación de delitos falsos y la imposición de restricciones durante períodos de arresto domiciliario. Sin embargo, Ferrer ha mantenido su postura de resistencia: «Les dejé claro que no iba a aceptar prisión domiciliaria porque iba a seguir con mi activismo, tanto político como social. Si la intención era tenerme preso en mi casa y silenciado por miedo a que me regresasen a la prisión, perdían el tiempo».

«Lo de Biden y el Vaticano es una vergüenza»

El disidente critica duramente el reciente acuerdo entre el Vaticano, la administración Biden y el régimen cubano para la liberación de más de 500 presos políticos, calificándolo de «vergonzoso». Según Ferrer, el régimen se burló de ambas instituciones al presentar las liberaciones como un «gesto de buena voluntad» independiente de las concesiones estadounidenses, permitiéndoles mantener una narrativa de fortaleza y legitimidad.

En su crítica a la postura internacional frente al régimen cubano, Ferrer arremete especialmente contra los líderes socialistas españoles. Califica de «lamentable» la actitud de José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez, quienes mantienen una postura «complaciente» con la dictadura. «Es penoso que Zapatero, quien también le ha hecho muchos favores a la dictadura venezolana, tenga ese tipo de comportamiento y que Pedro Sánchez lo siga también», señala el disidente, criticando que el gobierno español actual ni siquiera se atreva a llamar dictadura al régimen cubano.

«Cuando se hace ese tipo de negociación sin forzar al régimen, sin presionarle para que no reincida nuevamente, el único que se beneficia es la dictadura», argumenta Ferrer. Como prueba, señala que cuatro miembros de su organización han muerto en prisión en los últimos años, incluyendo a Manuel de Jesús Guillín, quien falleció a golpes a finales de 2024.

Cauteloso optimismo

La situación dentro de Cuba se deteriora rápidamente. Ferrer describe un aumento alarmante de la violencia callejera y los asaltos. «Una de las arterias principales de la ciudad, que se llama calle 4, le han bautizado como ‘la última llamada’ porque la persona que saque un teléfono móvil para llamar le golpean de inmediato, le arrebatan el teléfono y salen corriendo», explica.

A pesar del sombrío panorama, Ferrer mantiene un cauteloso optimismo sobre el futuro de Cuba. Señala que incluso dentro del aparato represivo hay signos de agotamiento: «Más del 30% de los guardias en la prisión de Marverde quieren la baja del Ministerio del Interior. Muchos policías están pidiendo la baja y se la niegan».

El disidente critica la falta de apoyo efectivo de Occidente a la causa democrática cubana. «Si Occidente fuese tan solidario con los disidentes cubanos como sí son de solidarios unos con otros los regímenes como el de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, China, Corea del Norte, Irán, otra cosa fuera», lamenta. Particularmente señala que la representación de la Unión Europea en La Habana no se ha puesto en contacto con ninguno de los presos políticos liberados recientemente.

Ferrer, quien se niega a abandonar Cuba a pesar de las presiones del régimen, sostiene que las condiciones para el cambio están dadas. «O pasamos ya al proceso de transición y reconciliación necesario para resolver nuestro problema, o Cuba va a colapsar, va a terminar siendo de verdad un estado fallido», advierte el disidente, quien ha dedicado su vida a la lucha no violenta por la democratización de su país.

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