Irak continúa sin gobierno tras la renuncia de Allaui

HRW
Campo de refugiados en Irak. (Foto: AFP)

Irak sigue sin poder formar gobierno. Este domingo, el candidato Mohamed Tawfiq Allaui afrontaba su segunda sesión de investidura en una semana ante el Consejo de Representantes. También esta vez la tentativa ha fracasado por falta de quórum. A Allaui ya le ha expirado el plazo para configurar un gabinete y el presidente Barham Saleh debe buscar otro candidato.

Allaui, que era contemplado como un dirigente ajeno al aparato de poder, ha acusado a los partidos tradicionales de “negociar con intereses estrechos” y de ser obstruccioinstas. “Intenté todo lo posible para salvar al país de deslizarse hacia lo desconocido y resolver la actual crisis”, ha sentenciado el ya excandidato.

Por el momento, sigue estando a cargo del Gobierno en funciones Adel Abdul Mahdi, cuya dimisión fue forzada por las protestas sociales de los ciudadanos a finales del pasado año. Tras la retirada de Allaui, el presidente Saleh esperará quince días para encontrar a otro candidato dispuesto a asumir la complicada misión de ganarse los apoyos del fragmentado Consejo de Representantes.

Mientras Irak se abona a una interinidad permanente, las manifestaciones en las calles de las principales ciudades del país no se han detenido. Miles de personas se reunieron en la jornada del domingo en las plazas más grandes de Bagdad. Los manifestantes piden la convocatoria de nuevas elecciones para expulsar a través de las urnas a la clase política que lleva dirigiendo el país a lo largo de los últimos años. Desde que comenzó el ciclo actual de protestas el pasado otoño, las cifras de muertos a manos de las fuerzas de seguridad ascienden a cerca de 500, según la agencia Reuters.

Grandes retos y manos atadas

El vacío de poder actual imposibilita que el inestable país de Oriente Próximo haga frente a los desafíos que tiene por delante. La economía iraquí languidece debido, en parte, a la bajada de los precios del petróleo ocasionada por la expansión mundial del COVID-19. Aparte, el territorio atraviesa problemas estructurales como el alto nivel de desempleo, sobre todo entre la población joven (cercana al 16,5%). La combinación de este factor con los bajos sueldos ha creado un caldo de cultivo óptimo para que descienda el nivel de vida de los ciudadanos.

Independientemente de su impacto económico, el propio coronavirus es una razón de cierta preocupación para las autoridades iraquíes. Irán, uno de sus países vecinos, ha quedado configurado como uno de los nuevos focos de la enfermedad por el aumento en el número de casos que ha registrado a lo largo de la última semana.

Los problemas de Irak no son solamente de índole económica o sanitaria. El aspecto securitario es muy importante. En el actual escenario de tensión entre Irán y Estados Unidos, Irak está en medio. De hecho, recientemente ha vuelto a ser el teatro donde se ha desarrollado la confrontación entre estos dos rivales geopolíticos: fue en Irak donde una operación estadounidense abatió al general de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani y al líder de las Fuerzas de Movilización Popular (PMF) Abu Mahdi al-Muhandis. Fue asimismo en territorio iraquí donde el ataque aéreo iraní en respuesta golpeó dos bases del Ejército que albergaban a soldados estadounidenses. Aunque la escalada no ha ido a más por el momento, la posición de Irak no deja de ser delicada.

Además, dentro de su propio territorio, en los últimos meses, se ha registrado un incremento muy importante de la actividad de grupos terroristas yihadistas. Daesh es uno de los principales responsables de esta circunstancia. Aunque perdió a su líder Abu Bakr al-Baghdadi en Siria, la organización se ha rearmado en la clandestinidad, en un proceso similar al que experimentó Al-Qaeda tras la intervención de Estados Unidos en Afganistán derivada de los atentados del 11-S. Del mismo modo, milicias chiíes apoyadas por Irán, como las mencionadas PMF o Kataib Hizbulá, asociada al grupo libanés, han ganado un peso bastante importante. La reciente decisión del legislativo de Bagdad de expulsar a las tropas estadounidenses podría agravar todavía más la situación actual del país.

Bombardeo sobre la Zona Verde

Los ataques se suceden prácticamente a diario. Precisamente, a las pocas horas de que fracasase la sesión parlamentaria, dos proyectiles de mortero han sido lanzados contra la llamada Zona Verde de Bagdad. Es en ese distrito donde se encuentran la mayor parte de instituciones del país y también las embajadas. Uno de los impactos se ha registrado cerca de la representación diplomática de Estados Unidos.

Según las declaraciones de un oficial del Ministerio del Interior, los morteros no han causado daños humanos, ya que cayeron en una zona despejada. La autoría del ataque no ha sido reclamada por el momento.

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