Un caso de corrupción pone en duda las labores de la OMS en Yemen

Conflicto en Yemen. @Getty
Conflicto en Yemen. @Getty
  • Javier García Gómez | atalayar.com

Un escandaloso caso de corrupción dentro de las actividades que estaba llevando a cabo en Yemen la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha empezado a suscitar dudas sobre cómo son las gestiones de sus empleados que operan en el país asiático en conflicto. En un informe recogido por la agencia AP se desvela que funcionarios de la OMS han participado en el desvío de comida, medicinas, combustible y dinero que supuestamente debían de ir a parar a los beneficiarios de ayuda humanitaria. Además, más de doce trabajadores de las Naciones Unidas han sido acusados de colaboración con combatientes en el conflicto para acceder a miles de millones de dólares.

La OMS ha declarado que tendrá “tolerancia cero” hacia la corrupción y que ya se ha abierto una investigación para esclarecer las actividades de su oficina en Yemen, como así lo ha hecho saber en un comunicado. Una auditoría el pasado año, recogida por la agencia AP, ya determinó que el control de la administración y las finanzas de la sede en Yemen de la OMS era “insatisfactorio” y que existían “conflictos de intereses” y “posibles ilegalidades”, como personas no cualificadas en puestos remunerados, el ingreso de millones de dólares en cuentas bancarias personales sin papeleo previo o la desaparición de material de ayuda humanitaria como medicamentos. La organización supranacional, ante estos hechos, comunicó que se iban a tomar “medidas expresas” ante las recomendaciones de esta auditoría, como fueron el nombramiento de un nuevo directos para la oficina de la OMS en Yemen o la contratación de personal con más experiencia.

Entre las normas de la OMS se permite que los fondos recibidos por la oficina en materia de ayuda humanitaria puedan ser transferidos a cuentas personales de los funcionarios para que puedan comprar bienes en el lugar de conflicto de una forma más rápida; sin embargo, este procedimiento deja la puerta abierta fácilmente a posibles abusos. “El comportamiento es atroz, pero, con todo, el sistema humanitario enfrenta una sobrecarga presupuestaria y operativa y es casi inevitable que incidentes como este surjan regularmente”, ha expresado un ex funcionario de la ONU a la agencia WAM.

La investigación sobre los casos de corrupción sigue su curso dentro de la OMS, pero el temor de que las futuras operaciones de ayuda humanitaria en Yemen puedan tratarse de fraudulentamente no paran de crecer. “Cualquier operación humanitaria de alta presión de este tipo creará espacio para los malos actores”, ha expresado un analista de la Organización de Naciones Unidas (ONU). “La OMS es institucionalmente menos capaz de manejar estas situaciones de crisis que otras agencias de la ONU, como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)”, añadió.

La investigación en curso dentro de la OMS se ha incluido dentro de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de las Naciones Unidas, y se centrará en conocer las actividades de Nevio Zagaria, un médico italiano que dirigió la oficina de la OMS en el sur de Yemen. Sin embargo, Zagaria dejó sus labores en septiembre de 2018 por lo que no se prevén grandes sanciones.

Esto se suma a una segunda investigación, esta vez ligada a las actuaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés); así, un informe ha revelado que trabajadores de la organización permitieron viajar en un vehículo de la ONU a un comandante hutí para que pudiera escaparse de un posible ataque militar.

Un Panel de Expertos de la ONU en Yemen ya advirtió que los rebeldes hutíes, que controlan el sur del país, estaban presionando a las agencias de ayuda humanitaria para que contrataran a gente leal a su bando o amenazaban con interrumpir los visados si no cumplían sus demandas. Sin embargo, incluso antes de que el conflicto se descontrolara en los últimos años, ya se conocía el peligro de sobornos de funcionarios de la ONU a manos de organizaciones locales o internacionales a cambio de financiación. Yemen se encuentra en el número 176, de 180 países, en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, esto hace que las labores de instituciones como la OMS sean muy difíciles de llevar a cabo y propensas a caer en la malversación. Los funcionarios de la ONU tienen pocas opciones más allá de vincularse a organizaciones locales para llevar a cabo las labores de ayuda, administraciones cuyos líderes normalmente quieren enriquecerse con estas actividades. Por su parte, los sistemas bancarios no están desarrollados en esta zona del mundo y solo se puede utilizar el dinero en efectivo.

De esta forma, el escándalo de corrupción y la consecuente investigación llegan en un momento difícil para los trabajos de la ONU en zonas de conflicto y especialmente en Yemen. Desde que se abrió un nuevo frente en la guerra civil yemení  entre las fuerzas del Gobierno y los separatistas del sur, la tensión por el aumento de la violencia está aumentando y podría tener efectos catastróficos en la población civil, que está viviendo desde hace unos años “la peor crisis humanitaria del mundo” como así ha sido calificada por las Naciones Unidas.

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