Estados Unidos

La Casa Blanca se pronuncia sobre el ‘deterioro’ de Biden: «¿sufre alzhéimer o demencia?»

"Creo que los ciudadanos de Estados Unidos necesitan una respuesta, con un sí o un no, a este respecto"

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Joe Biden en un acto en el Centro de Operaciones de Emergencias en Washington (FOTO: E.P.)
Paula M. Gonzálvez

Casi una semana después del primer debate entre Donald Trump y Joe Biden de cara a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la Casa Blanca se ha pronunciado públicamente sobre el rumor -que ha dado lugar a la duda- que circula por prácticamente todo el mundo desde hace tiempo: ¿Sufre el presidente demócrata alzhéimer, demencia o cualquier otra enfermedad degenerativa?

Biden se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de las cabeceras internacionales en los últimos meses, aunque no ha ocupado ese espacio por su condición de presidente de la superpotencia que es Estados Unidos. Han sido los lapsus y tropiezos que ha sufrido en público los que han llevado su nombre a primer plano en conversaciones y debates. El momento en el que Georgia Meloni tuvo que cogerle de la mano porque no sabía dónde estaba se viralizó rápidamente.

De hecho, los demócratas parecían haber asumido el peligro que suponía enfrentar a Biden con Trump en un debate, dado que su equipo de campaña replicó los estudios de la CNN en Atlanta (Georgia) -desde los que se emitió el careo- en el recinto en el que se aisló. Lo hicieron plenamente conscientes de que había que evitar un nuevo resbalón.

Trump ni siquiera necesitó presionarlo en exceso, como se esperaba del líder republicano. Mostró un aplomo inesperado, seguro de que tenía el encuentro ganado, explotó su desorientación en su propio beneficio y dejó que Biden cayera en desgracia por su propio peso. «No sé qué ha dicho y creo que él tampoco lo sabe», espetó en un momento del encuentro.

Apenas con 11 minutos de debate discurridos, Biden evidenció problemas en sus intentos por no perderse en su propio discurso. Pronunció en repetidas ocasiones frases indescifrables y no agotaba el tiempo del que disponía en cada una de sus intervenciones, que finalizaba con incómodos silencios. «Hice dos test cognitivos, Biden no pasó ninguno» fue, quizás, la frase más fuerte de Trump al respecto.

Tras la desastrosa imagen que dio, el Partido Demócrata argumentó que había estado constipado recientemente y por eso su voz era apagada: «Lo que creemos que fue es una mala noche». Por su parte, la familia del presidente de Estados Unidos culpó a sus asesores del esperpento escenificado. Se quejaron de un exceso de trabajo sobre los hombros del mandatario, de mala preparación, falta de ataques y de un maquillaje que no le favoreció.

Por su parte, el propio Biden manifestó este martes que su fallido debate fue fruto del cansancio por los viajes internacionales de las últimas semanas, en las que visitó Francia o Italia. Realizarlos fue una decisión «poco inteligente», valoró.

«Decidí viajar por todo el mundo a través de 15 husos horarios un par de veces poco antes del debate. No escuché a mi equipo. Y luego casi me quedo dormido en el escenario», explicó, para después pedir disculpas por su papel.

El presidente se expresó así el mismo día que la Casa Blanca descartó que se realizara un test cognitivo. Lo justificó con la presentación de un «informe exhaustivo y transparente» sobre su salud que se hace cada año, datos más que suficientes, entiende.

«Espero esa pregunta para el otro tipo»

Aun con todas estas explicaciones, los demócratas no han podido evitar que llegara la pregunta directa con la que un periodista ha buscado despejar la gran incógnita en la rueda de prensa ofrecida por la portavoz Karine Jean-Pierre. «Creo que el pueblo estadounidense necesita una respuesta, con un o un no, a este respecto. ¿El presidente Biden, a los 81 años, sufre de alzhéimer o de cualquier forma de demencia o enfermedad degenerativa que cause este tipo de lapsus? Es una pregunta a la que responder o no», ha planteado con contundencia.

Ha ido al grano y ha logrado con ello que, por fin, la Casa Blanca se pronuncie. «Tengo una respuesta para ti, ¿estás listo? Es un no», ha declarado Karine Jean-Pierre. No se ha quedado ahí, sino que ha aprovechado para lanzar una pulla a la prensa y señalar así lo que entiende como un agravio comparativo: «Y espero que hagas la misma pregunta al otro tipo [Trump]».

Por otro lado, Kamala Harris ha descartado cambios en la candidatura del Partido Demócrata, en la que la vicepresidenta repite como número dos. «Joe Biden es nuestro nominado», ha enfatizado en una entrevista a CBS News, en la que también se ha mostrado»orgullosa» por estar de nuevo en la fórmula con Biden, como en 2020. «Ganamos a Trump una vez y volveremos a hacerlo. Punto», ha sentenciado.

Lo que parecía un camino despejado hasta la convención demócrata de Chicago se ha complicado con la aparición de las dudas que ha generado Biden sobre su capacidad de liderazgo y para repetir como presidente de ser elegido en los comicios del 8 de noviembre. Por ello, los grandes donantes y los congresistas han pedido que Biden abandone la carrera, a la vez que han señalado a Jill Biden, su mujer, como la responsable de la situación por aferrarse al poder.

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