Cameron, que sigue viviendo en mansiones de prestado en Londres, prevé trasladarse a Nueva York

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David Cameron y su familia, el día que abandonó el 10 de Downing Street. (Reuters)

Este lunes anunció que dejaba de ser diputado. Y ahora parece claro que la fortuna (y la familia) de David Cameron no se quedará en la Gran Bretaña del Brexit, sino que viajará con él y su familia a Nueva York. Al menos esto es lo que publica el Daily Mail, quien recuerda que Cameron salió de Downing Street el pasado mes de julio por la puerta grande –esa por todos conocida, pero en su versión de total dignidad y coherencia– tras perder el referéndum que había convocado para sellar la permanencia de Reino Unido en la UE y en este tiempo incluso ha dejado de fumar.

Nueva vida, nuevo Cameron. Aunque haya llegado antes de qlo que él esperaba. Según el rotativo británico, el ex primer ministro conservador confesó a unos amigos esta navidad que cuando abandonara el poder cambiaría completamente de vida y le dejaría la última palabra del destino a su mujer, Samantha. «Aquella noche, nos contó que, después de años de ponerse a sí mismo en primer lugar, sería Sam la que mandara en casa», dice un amigo.

El plan preveía la escapada americana para finales de 2018, pero todo se precipitó al verano de 2016. Cameron preveía abandonar Downing Street dejándolo en manos de un sucesor a su convenciencia (algo similar a lo que hizo Tony Blair con Gordon Brown), a tiempo de que éste (o ésta) pudiese terminar el mandato y preparar unas elecciones, las de 2020, desde el poder.

Entonces, el ex premier se concentraría en escribir sus memorias (como todo buen primer ministro británico que se precie) mientras que su esposa, libre del escrutinio que la había acompañado a lo largo de sus años en el cargo, podría cumplir su sueño de crear su propia marca de ropa.

Por qué deja la política

David Cameron dejó la política este lunes 12 de septiembre tras permanecer en silencio un par de meses, dejando hacer a Theresa May, huyendo él del foco. Y justo a tiempo, antes de que empezaran a mirar a su escaño para ver sus reacciones a las medidas de sus sucesora, el ex premier ha dejado la Cámara de los Comunes de Westminster. Su gesto de dignidad ha sido celebrado por sus partidarios y reconocido por sus rivales políticos.

Aunque también hay quien interpreta que el Cameron triunfador que, líder desde la Escuela de Eton hasta la Universidad de Oxford, y cuya carrera política fue fulgurante al estrellato, no ha sabido encajar la durísima derrota del referéndum del pasado 23 de junio: «Tuve la fuerte impresión antes de la votación de la UE, de que él estaba convencido de que iba a ganar, aunque preveía abandonar la política pronto… sobre todo por el amor de Sam».

Tampoco ha ayudado que desde su salida de Downing Street, él y su familia no han podido establecerse en un hogar estable en Londres. Cameron no preveía la derrota ni su consecuente dimisión, de modo que tenía su vivienda alquilada. Salir de la residencia del primer ministro de manera precipitada le obligó a mandar sus enseres a un guardamuebles e instalarse en la mansión de Holland Park de su amigo personal, el director de cine Sir Alan Parker, valorada en 17 millones de libras (unos 20 millones de euros). Pasado un mes, Cameron se hubo de trasladar con su mujer y sus tres hijos –de prestado también– a una casa del barrio de Chelsea valorada en 4 millones de libras (unos 4,7 millones de euros) de otro antiguo alumno de Eton, el magnate de la inversión Dominic Johnson.

Ahora en octubre, la única solución de Cameron era desalojar al inquilino que le abona 72.000 libras al año (unos 85.000 euros) por su casa de North Kensington, buscarse otro amigo con mansión libre o, definitivamente escuchar a Sam, hacerle caso a su corazón y trasladarse… ¿a Nueva York?

 

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