Anonymous también hackea a Clinton en una «guerra total para que no sea presidenta»

La organización internacional de hackers Anonymous ha iniciado la “guerra total” contra Hillary Clinton. La acusan de “crímenes contra los estadounidenses” y “contra la humanidad”, razón por la que “simplemente no puede ser la próxima presidenta de EEUU”, aseguran. Este jueves, han accedido a algunos documentos intervenidos en sus servidores privados, ésos que han sido tan polémicos por el uso que la presumible candidata demócrata a la Casa Blanca hizo de ellos mientras fue secretaria de Estado, en el primer mandato de Barack Obama. Uno de esos documentos, a los que ha tenido acceso OKDIARIO, es el que reúne las líneas maestras que Clinton pretendía implementar en su mandato al frente de la diplomacia estadounidense. Para Anonymous, todo son “mentiras” que ni se cumplieron ni ayudaron a “asegurar la vida de los americanos”.

En un vídeo publicado por el grupo oculto de hackers internacional, advierten a Clinton de que conocen sus «verdaderas pretensiones», a pesar de que «mucha gente y los grandes medios de comunicación quieren creer» en que es una política «con buenas intenciones». Según dice el locutor de este vídeo, con la voz y la imagen distorsionadas, los apoyos de Clinton «son los mismos que los de todos los presidentes anteriores de EEUU» y, por tanto, sus «verdaderos planes y objetivos» son tan espurios como los de ellos.

Le recuerdan los «30.000 correos electrónicos» de su servidor privado y las «montones de veces» que mintió. «Ni perdonaremos ni olvidaremos», advierten, antes de avisar a la candidata de que expondrán «su verdadera cara a los estadounidenses». Finalmente, el busto parlante sentencia: «Creías que podrías huir de tu pasado, pero estabas equivocada».

Para Anonymous, Clinton actúa con «ansia de poder», sin importarle «el precio a pagar», como en la muerte del embajador estadounidense en Libia en el asalto yihadista al Consulado de Bengasi –»en cuya investigación mentiste», acusan–, o como en la recaudación de fondos para sus campañas y fundaciones –»en el verano de 2007, tuviste que devolver 1.900.000 dólares de tu fundación, porque se reveló que estaban recaudados con tácticas ilegales»–.

Las acusaciones no terminan aquí. Anonymous señala a Hillary Clinton por haber recibido donaciones del Gobierno de Qatar, vinculado al yihadismo. «No te queremos en el poder, pues expandirás la falta de ética en el mundo entero», continúa el vídeo, antes de cerrar con la advertencia «a todas las marionetas que ocupan y ocuparán la Casa Blanca: somos Anonymous, estad atentos a nosotros».

El documento secreto de Clinton

El documento hackeado por los ciberpiratas al que ha tenido acceso este diario consta de 44 páginas, reúne en docena y media de puntos las prioridades de Clinton como secretaria de Estado. El texto está estructurado en sus “Prioridades para los primeros 100 días”, los “Asuntos de personal”, los “Programas significativos que requerirán de nuevo personal de Alto Nivel”, y los “Ajustes significativos en oficinas existentes”. Finalmente, repasa la política que se apresta a aplicar en el mundo por regiones.

En el primer apartado, Clinton ya anuncia que Obama debería dar un “discurso en un foro islámico importante”, como de hecho hizo el presidente en El Cairo, el 4 de junio de 2009, bajo el título ‘Un nuevo comienzo’. Aún gobernaba Hosni Mubarak en Egipto, nadie imaginaba que pocos meses después estallarían las Primaveras Árabes y que el dictador aliado, conocido como El Faraón, caería de su eterno pedestal tus meses de manifestaciones en la Plaza Tahir y después de varios intentos de reprimir las revueltas con violencia gubernamental.

Otros aspectos que ya abordaba en el documento la ex primera dama –y que Anonymous tacha de «fracasos» o «mentiras interesadas»– eran las intenciones de su presidente de acabar con las guerras en Irak y Afganistán –“el presidente no tendrá prioridades mayores”–, y el compromiso de su Administración “y personal del presidente” con el “proceso de paz” entre israelíes y palestinos. pero dos apartados clave llamaban la atención: “la seguridad de los americanos en la península de Corea” y, sobre todo, el “desarrollo de una diplomacia agresiva y basada en los principios” en América Latina.

En los “asuntos de personal”, Clinton preveía, entre otras cosas, la «creación de un Centro de Descalcificación Nacional» –efectivamente creada el 29 de diciembre de 2009 a través de una orden ejecutiva del presidente–, una suerte de oficina para coordinar la transparencia de las diferentes administraciones y agencias federales, y la figura de «un Asesor Nacional en CiberSeguridad» –que al crearse se dio en llamar CiberZar– que reportara directamente con el presidente de su trabajo de coordinación de las agencias federales.

Clinton también quería crear nuevos equipos como el de “Desarrollo de tecnologías Móviles”, con personal militar, del Departamento de Estado y de la USAID (la agencia de cooperación oficial estadounidense), iniciativas de “Valor Añadido para la Agricultura en África”, un cuerpo similar al español de Protección Civil, etcétera.

La secretaria de Estado tenía también proyectos de reforma para la USAID, la Dirección Nacional de Inteligencia, a cuyo titular quería dar rango similar al del presidente de la Reserva Federal, y para reforzar el Consejo de Seguridad Nacional.

Todas estas medidas concretas tenían como objetivo, según describe el documento intervenido en los servidores privados de la hoy candidata Clinton por los hackers de Anonymous, “implicar al pueblo estadounidense en los procesos de política exterior”, además de “promover la transparencia” y “disminuir el partidismo”.

Estos dos últimos fueron propósitos fallidos, evidentemente. “Siempre diré la verdad al pueblo estadounidense. Siempre os diré en qué punto estoy”, recoge el documento como compromiso del Departamento de Estado y del presidente. Pero no se recuerda un mandato más polémico en lo referente al espionaje a políticos y periodistas en Estados Unidos –por ejemplo, en el caso de Jana Winter, que afrontó un proceso por no revelar sus fuentes–, además de la explosión del caso Snowden sobre el espionaje masivo a las telecomunicaciones a nivel global.

Tampoco se recuerda un presidente más bloqueado en cada una de sus iniciativas de calado por la mayoría del otro partido en el Congreso –sin ir más lejos, en su intención de cerrar Guantánamo o de dotar de fondos a su política de “descongelación” con Cuba–.

Anonymous acusa a Clinton de ser corresponsable de la muerte de estadounidenses en el exterior, por las políticas fallidas de la Administración Obama o por la falta de previsión como en el caso del asalto al Consulado de EEUU en la ciudad libia de Bengasi, donde el embajador Christopher Stevens fue asesinado por hordas islamistas.

Y, de hecho, pese a que otro de los compromisos que recoge el texto hacheado es el “refuerzo de la relación civil-militar” para que el “secretario de Defensa sea una persona que acepte el consejo de los profesionales militares”, el Departamento de Defensa ha sido uno de los que más zozobras ha sufrido en estos ocho años de Obama en la Casa Blanca. En noviembre de 2014, Chuck Hagel fue relevado de su cargo como chivo expiatorio de la derrota en las legislativas, aunque en realidad su caída tenía más que ver con la falta de sintonía con sus generales en la lucha contra los terroristas del Estado Islámico.

Una política exterior entre fracasada y errática

El punto referente a las estrategias de Política Exterior leído ahora, pasados los años, es un canto al fracaso. Ningunos de sus cinco puntos se han cumplido. Ni se ha terminado con la guerra de Irak, ni se ha acabado la lucha con los talibanes en Afganistán (ya son 15 años en aquel país), dio se ha logrado asegurar que armas nucleares no acaben en manos terroristas y “Estados gamberros” (ahí está Corea del Norte), ni se ha creado una estructura de seguridad energética ni, por supuesto, se han trazado “nuevas alianzas estratégicas con miras al siglo XXI”… salvo que éstas sean el deshielo con Cuba y la distensión con Irán, dos aldabonazos históricos aún inconclusos y de pasos erráticos que han dado un viraje total a la política exterior estadounidense de los últimos 60 años sin haber sido propuestos en elecciones ni, por tanto, haber pasado el filtro de las urnas.

Es más, el nuevo enfrentamiento con Rusia a raíz de la crisis de los precios del petróleo, de los suministros de gas en Europa y de su relación con Ucrania –a la que el texto, no muy visionario, no le dedicaba más que media línea–; las tensiones militares con China a cuenta del dominio del Pacífico centradas en la militarización que Pekín está desarrollando unilateralmente en las islas del Mar del sur de China reivindicadas por el gigante asiático, Japón, Filipinas y Vietnam; así como el cada vez más débil interés de EEUU en Israel y en Oriente Próximo –una línea a toda la región y centrada sólo en el Líbano–, hacen rememorar más al siglo XIX que en una verdadera política del siglo XXI, como pretendía Hillary Clinton al redactar este documento ahora desvelado por los hackers de Anonymous.