La llegada de los gitanos a España
La llegada de los gitanos a España no solo es un hecho histórico, sino que también es un reflejo de la compleja interacción entre culturas.
Origen de la etnia gitana
Ascendencia gitana de apellidos
Rumana de etnia gitana vende a su hija
En diferentes etapas de la historia, España fue el destino elegido por muchos pueblos que, tras su llegada, dejaron una huella imborrable en nuestra cultura, religión y economía. Pese a no haber permanecido mucho tiempo, hubo un pueblo que, con su dinámica nómada y su anárquica organización, hicieron un valioso aporte a nuestra cultura, tanto en el arte, como en la literatura, la lengua, el comercio y la música. La llegada de los gitanos a España supuso un impacto profundo en nuestra cultura.
El origen del pueblo gitano
A principios del siglo XV, un pueblo nómada, proveniente de Europa central, llegó a la Península. En un principio se pensó erróneamente que eran oriundos de Egipto menor, aunque varios investigadores los situaban en la Capadocia turca o el Peloponeso griego. Fue de este modo como la mayoría los españoles los reconocieron como procedentes de Egipto y se generaron los gentilicios exipciano, egipciano, egitano y, finalmente, gitano.
Durante mucho tiempo no hubo consenso sobre el lugar de procedencia de este pueblo que se estaba disperso por toda Europa. Sin embargo, desde el punto de vista lingüístico existen evidencias de una raíz común de su idioma original con el sánscrito, de forma que los expertos lograron establecer el origen del pueblo Rom en la zona noroeste de la India.
Este hallazgo concuerda con los últimos estudios en genética que apuntan al noroeste de la India como el lugar de origen del pueblo gitano. Los resultados, no obstante, también hacen énfasis en la sucesiva mezcla con la población no gitana de Europa, lo que confirma que la verdadera formación de los gitanos tuvo lugar en Europa.
De la India a Occidente
Los estudios filológicos más aceptados sugieren que los primeros inmigrantes gitanos salieron de la India alrededor del año 1000. Entre los siglos XI y XIII las invasiones de los ejércitos turco y mongol obligaron a las tribus gitanas a partir hacia Occidente, pasando por varios destinos. El grupo de los Ben viajaría a través de Siria hacia próximo oriente y por el Mediterráneo hasta el valle del Nilo. El grupo de los Phen, en cambio, lo hizo a través de Armenia hasta Bizancio.
Fue durante su paso por Persia, Armenia o Asia Menor, pero, sobre todo, en Europa, cuando las tribus nómadas comenzaron a forjar los aspectos culturales que llegaron a dar a luz a la etnicidad gitana. De ahí que muchos expertos aseguren que el pueblo gitano es ante todo europeo, siendo el viejo continente, especialmente la zona de los Balcanes, su verdadera cuna.
La llegada de los gitanos a España
Los primeros gitanos que llegaron a territorio español lo hicieron por los Pirineos, desde Europa Central y Egipto menor, a comienzos del siglo XV. La primera referencia documental data de 1425, cuando Alfonso V de Aragón autorizó a don Juan de Egipto Menor a viajar por sus tierras durante un trimestre.
En la segunda mitad del siglo XV, llegó a la península ibérica una posterior inmigración de gitanos a través del Mediterráneo, siendo conocidos como los gitanos de Grecia. Este grupo en particular recibió el nombre de grecianos. Tanto la primera inmigración como la segunda, se presentaban como emigrados políticos o religiosos, penitentes y peregrinos, por lo que no fueron vistos o tratados de manera peyorativa por los habitantes de la península. Debido a esto, la llegada de los gitanos supuso una incógnita para legisladores y mandatarios, que no sabían con exactitud cómo abordar su registro.
Entre los años 1425 y 1499, los gitanos fueron recibidos con amabilidad y comprensión, ya que se amparaban a los salvoconductos y cartas de protección emitidos por monarcas, gracias a su condición de peregrinos en situación penitente.
De la acogida a la persecución
A finales de 1499, los habitantes dejaron de considerar a los gitanos como aristócratas desarrapados y comenzaron a ver a estos grupos nómadas como la causa de todo tipo de problemas de orden público. Los Reyes Católicos exigieron a los gitanos que se avecinaran en las ciudades, de lo contrario serían castigados con penas de cárcel y de alistamiento forzoso.
Este periodo de persecución se prolongó hasta 1633, cuando el rey Felipe IV, convencido por los criterios poblacionistas de la época, decide mantener a los gitanos en tierras españolas.
Cultura y tradiciones gitanas
La cultura gitana es rica y diversa, y se refleja en su música, danza, vestimenta y gastronomía. Uno de los aspectos más destacados de la cultura gitana en España es el flamenco, un arte que combina la música y la danza, y que ha sido influenciado por varias culturas, incluyendo la árabe y la judía. El flamenco, que tiene sus raíces en Andalucía, se considera un símbolo de la identidad cultural española, pero su verdadera esencia está profundamente ligada a la comunidad gitana.
Las tradiciones gitana también se manifiestan en su forma de vida. La familia es un pilar fundamental en la cultura gitana, y las relaciones familiares son muy valoradas. Las celebraciones, como bodas y rituales de paso, son ocasiones donde se expresan sus costumbres, con danzas y cantares que trasmiten sus historias y vivencias.
Conclusión
La llegada de los gitanos a España es una parte integral de la historia del país. Su presencia ha enriquecido la cultura española, aportando elementos únicos a la música, la danza y las tradiciones.
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