Estupefacción ante el hallazgo de una nueva civilización en Marruecos: tiene 5000 años y era tan grande como Troya

Durante décadas, arqueólogos e historiadores se han preguntado qué sociedades antiguas poblaban el noroeste de África antes de las civilizaciones clásicas.
Un hallazgo en Marruecos ha revolucionado esta área de estudio, descubriéndose una civilización agrícola de hace unos 5000 años, comparable en tamaño a la legendaria Troya.
Este descubrimiento cierra una laguna en la historia del Mediterráneo y también cambia por completo la visión sobre el papel clave que tuvo el Magreb en el desarrollo de las primeras sociedades complejas.
Descubrimiento en Marruecos: hallazgo de una civilización de 5000 años
El sitio de Oued Beht, situado en Marruecos, ha sido el escenario de una investigación multidisciplinaria que ha puesto al descubierto una comunidad agrícola hasta ahora desconocida.
Este proyecto, liderado por expertos de instituciones como la Universidad de Cambridge, el INSAP y el CNR-ISPC/ISMEO, ha aportado pruebas contundentes que desafían la percepción previa de una escasa actividad prehistórica en el Mediterráneo occidental africano.
Los trabajos de campo han demostrado que esta zona fue un centro dinámico durante el período comprendido entre 3400 y 2900 a.C., época en la que surgieron importantes transformaciones culturales y sociales en la región.
Este descubrimiento confirma la existencia del asentamiento agrícola más grande y antiguo fuera del valle del Nilo, con dimensiones similares a la Troya de la Edad del Bronce Temprano.
Entre los hallazgos, destacan restos de plantas y animales domesticados, así como cerámicas y herramientas de piedra que evidencian una sociedad organizada y productiva.
La presencia de fosas profundas para almacenar alimentos refleja una agricultura avanzada capaz de generar excedentes, algo fundamental para el desarrollo de sociedades complejas.
Importancia del asentamiento agrícola de Oued Beht
La ubicación del Magreb, con su entorno mediterráneo y proximidad al Sahara, le confería un papel estratégico en las interacciones culturales entre África y Europa. Este territorio funcionó como un puente natural para el intercambio de bienes, ideas y tecnologías entre continentes.
Hasta ahora, su relevancia había sido reconocida en períodos posteriores, pero la nueva evidencia arqueológica lo posiciona como un actor clave ya en la prehistoria tardía.
Los investigadores destacan que Oued Beht no fue una entidad aislada sino parte de una red intercontinental que incluye sitios contemporáneos en la Península Ibérica.
Restos encontrados en ambos lados del Estrecho de Gibraltar, como huesos de animales exóticos y objetos de marfil, sugieren vínculos comerciales y culturales que reforzaron el desarrollo de sociedades complejas en la región mediterránea occidental.
El papel del Magreb en el desarrollo de sociedades complejas mediterráneas
Este hallazgo obliga a reconsiderar las aportaciones africanas al surgimiento de las primeras civilizaciones mediterráneas.
El descubrimiento en Marruecos abre la posibilidad de estudiar cómo estas comunidades agrícolas influyeron y se integraron en un ecosistema cultural mucho más amplio.
Se trata de un descubrimiento que no revela una civilización perdida únicamente, sino que también promueve un nuevo enfoque en el estudio de la historia prehistórica global.
La investigación en Oued Beht representa un avance significativo en la comprensión del Magreb como un epicentro vital para las primeras sociedades mediterráneas, rompiendo con la idea de que África occidental fue periférica en este proceso. Todos los resultados de este estudio están disponibles en la revista Antiquity.