Televisión

Una soltera de ‘First Dates’ tiene una impactante reacción con su cita: «¡Qué asco!»

Marina se quedó petrificada

Marina en el reservado de First Dates con Duque. (Mediaset)
Marina en el reservado de First Dates con Duque. (Mediaset)
Laura Hernández
  • Laura Hernández
  • Periodista. Redactora de Happy FM. Pendiente de los nuevos éxitos musicales, los salseos en realities, los dramas de las series turcas, ¡y del Benidorm Fest & Eurovisión!

No es ningún secreto que First Dates, poco a poco y con el paso de los años, se ha convertido en uno de los programas de televisión que más éxito continúa cosechando en Cuatro. Esto no es producto de la casualidad, ya que todo el equipo hace un trabajo verdaderamente excepcional para conseguir dejar sin palabras a los espectadores. A su vez, cada vez son más los solteros que no dudan en acudir al restaurante más famoso de la televisión con el objetivo de intentar encontrar a su media naranja. El pasado lunes 18 de noviembre pudimos disfrutar de una nueva entrega. De esta manera, pudimos conocer a Marina, una soltera madrileña de 33 años que tenía algo muy claro, y es que no quería formar una familia: «Me he hecho una ligadura. Me parece una responsabilidad muy grande, y creo que los niños de hoy en día son insoportables».

Lejos de que todo quede ahí, la soltera reconoció que, de primeras, no solía dar una buena impresión ni mucho menos: «Creo que suelo caer mal porque tengo mucho carácter y tengo pinta de borde». Por si fuera poco, Marina quiso incidir en algo muy concreto: «Además, soy excesivamente sincera». Su objetivo era conocer a un hombre simpático, sincero y animalista. Su cita para esa noche era Eduardo ‘Duque’, un bailarín chileno de 31 años. Nada más entrar al restaurante, el soltero consiguió dejar completamente sin palabras a la soltera. «¿Duque de dónde viene? ¿Es tu apellido?», preguntó Carlos Sobera. El comensal respondió: «Duque es mi apellido y Eduardo mi nombre». Entre risas, el presentador de First Dates fue mucho más allá: «Tienes aspecto de duque». Todo ello mientras Marina se quedó tan impactada que era verdaderamente incapaz de dejar de pensar en el curioso bigote que su cita estaba luciendo esa noche.

Marina en First Dates. (Mediaset)
Marina en First Dates. (Mediaset)

«Me flipan los bigotes, pero yo soy más del bigote de Aznar, ese bigote denso y poblado», comenzó diciendo la comensal, y añadió: «O el de Freddie Mercury. Podía haber dicho este ejemplo y no José María Aznar», aseguró, entre risas. Los dos pasaron a la mesa que tenían reservada para disfrutar de la velada, mientras que comenzaron a sincerarse respecto a sus vidas.

Fue entonces cuando Duque le hizo saber que llevaba un par de años viviendo en Barcelona y que está siendo una de las grandes experiencias de su vida: «Ha sido una aventura, he conocido mucha gente. Yo bailo y doy clases». Fue entonces cuando ella quiso ser sincera: «Yo soy completamente arrítmica, se me da fatal bailar». A pesar de todo, la soltera dio a conocer su gran pasión: «Me gustan mucho las manualidades. Recojo cosas y las intento restaurar».

Marina y Duque en First Dates. (Mediaset)
Marina y Duque en First Dates. (Mediaset)

Los dos solteros no tardaron en pronunciarse sobre lo que realmente buscaban durante su paso por el programa. María dejó muy claro que su objetivo no era encontrar una relación monógama puesto que detestaba la exclusividad: «Tuve una relación extraña de tres años que llamábamos polisolteros jerárquicos», reconoció la comensal, dejando sin palabras a Duque.

Es más, el soltero quiso sincerarse ante las cámaras de First Dates: «Que Marina tenga una filosofía más poliamorosa me gusta porque hablamos un lenguaje parecido». Ella, por su parte, llegaba a otra conclusión: «Yo creo que vemos las relaciones de la misma manera». Llegó la recta final de la cita, donde ambos se trasladaron al reservado.

Duque da un lengüetazo a Marina en First Dates. (Mediaset)
Duque da un lengüetazo a Marina en First Dates. (Mediaset)

Él intentó enseñar a la comensal algún que otro paso de baile. Pero todo se truncó cuando el juego del programa les propuso darse un beso. Ella se negó en rotundo a dar ese paso, reconociendo públicamente el motivo: «Tengo un asco a la saliva…» Fue entonces cuando el chileno quiso sorprenderla dándole un lengüetazo en la mano. Ella no tardó en reaccionar: «¡Qué asco! Un beso de vaca total». A pesar de este instante, en la decisión final en First Dates, los dos estuvieron de acuerdo en tener una segunda cita fuera del programa.

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