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‘La Resistencia’: El programa trolea a la actriz Marina Salas

Esta fue la reacción de la actriz

La Resistencia
La Resistencia

Una noche más, la ‘La Resistencia’ dio la bienvenida a invitado muy especial. En esta ocasión fue Marina Salas quien hizo su aparición por el programa más conocido del prime time de Movistar +. La actriz acudía por primera vez al programa y en él se desveló que se había comprometido a ser la invitada sustituta del año, para que cuando algún invitado fallase ella pudiera estar «de guardia» y presentarse.

Sin embargo, lo que prometía ser una noche de risas y diversión, se convirtió en determinados momentos en situaciones incómodas para Marina Salas. La intérprete llegó al programa presentado por David Broncano con regalos, pero acabó marchándose tras haber sido víctima de un humorístico «troleo» y «chantaje» por parte del conductor del programa.

Todo comenzó cuando el presentador le comentó que habían entrado en su cuenta de Twitter, la cual ella no utilizaba desde hacía cinco años. Asimismo, le explicaron que al comprobar que los dominios marinasalas.com, .net y .es estaban libres, los había comprado para poner en uno de ellos la cara y papada de Grison. Palabras que no le hicieron nada de gracia a la actriz.

Pero no fue todo, la broma fue mucho más lejos y Broncano le mostró que en otro dominio habían subido los enlaces de toda la filmografía de Marina para descargarla gratis. «Yo no quiero una web con mi nombre y que haya esto», declaraba en shock la actriz. «Haberte espabilado y haberlo renovado. Te lo vendo por 5000 euros», respondió David Broncano.

Tras ello, la rociaron con la nueva ráfaga de aire Megatrón que acaban de incorporar en el programa. Como resultado, Marina solamente pidió una cosa: «No sé muy bien qué pensar. Vengo aquí, te traigo regalos, te aplaudo desde arriba, te miro con amor… ¿qué puedo hacer? No queréis que vuelva más, ¿no? Menos mal que te dicen antes de entrar, ‘pásalo bien, diviértete’», dijo con ironía.

Consistentes de que quizás se les había ido un poco de las manos, el presentador le preguntó si se había pasado y le dejó «castigarle» sentándose en el sillón de invitados, dejando así que ella probara la silla de presentador. Un final de programa que sin duda nadie vio venir.

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