Ernesto Sevilla confiesa su broma más pesada a Joaquín Reyes: «Lo hice con paciencia»
Una broma muy pesada


Tras comenzar la semana con la visita de la cantante Ana Belén, que contó la verdad sobre su matrimonio con Víctor Manuel, la noche del martes estuvo dedicada en El Hormiguero a Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes. Los actores y humoristas han acudido a presentar la película Sin cobertura, que se estrenará en cines el próximo 22 de agosto y en la que se cuenta la historia de una niña que desea que desaparezcan los móviles. Aunque su deseo se cumple, las cosas no salen como esperaba y su mundo cambia por completo con efectos impredecibles para su familia y amigos.
Tal y como han explicado, la protagonista viaja al pueblo de sus abuelos para pasar el verano, pero se cansa de que todo el mundo esté más pendiente de las redes sociales que de hablar con la gente de su alrededor. El deseo se cumple, pero llevando a todos a vivir en la Edad Media, algo por lo que han sido preguntados los dos protagonistas. «A mí me encantaría porque yo soy muy ‘medievalista’. A lo mejor duraba un finde, porque ahí cualquier cosa que dijeras podía ser una herejía y había cosillas, pero bebían vino y se lo pasaban bien», ha dicho Joaquín con su habitual humor.
Ambos son invitados habituales desde hace años de El Hormiguero, por lo que Pablo Motos conoce muchos de sus secretos, por eso ha pedido a Joaquín que recordase una de sus mayores rarezas, que ya contó en una visita anterior. «La sinestesia es el cruce de sentidos que hace que para mí los números sean colores. Eso ya lo expliqué y tuvo mucha repercusión», así ha contado que tiene esta percepción neurológica, ya que no se puede decir que sea una enfermedad. Otros famosos que tienen esta condición son Miguel Bosé, Kanye West, Pharrell Williams, Stevie Wonder, Lorde, Lady Gaga o Billie Eilish, entre otros.
Pero no acaban ahí las rarezas de Joaquín, pues también ha contado a los espectadores que también padece, si así se puede decir, de clinofilia. «Eso es que me gusta estar tumbado. O sea, mi posición ideal no es estar erguido, sino que es estar tumbado sin que haya una causa fisiológica, simplemente por gusto», ha explicado. Aunque pueda parecer una de sus bromas, es cierto que es un problema que puede llevar a que los que lo sufren tengan dificultad para socializar y falta de energía que les dificulte mucho el día a día.
Para terminar de contar su cuadro de enfermedades curiosas, el humorista ha explicado otra que también sufre. «Cuando me da la luz, estornudo. Me pasa con la luz del sol, por supuesto, y también con la luz eléctrica, pero esto es una cosa que no es tan rara», algo que se conoce como reflejo del estornudo fótico.
Pablo Motos ha querido entrar en el terrero de las anécdotas, por eso ha pedido a Ernesto Sevilla que contase la broma que gastó a su amigo y compañero en un viaje en Ave. «Tengo que decir que Joaquín acepta muy bien las bromas, las encaja muy bien», ha puntualizado el actor y director antes de contarla.
«Un día se quedó dormido en el AVE y le cogí uno de los rotuladores con los que pinta él, porque él siempre está haciendo dibujitos. Entonces, le cogí un rotulador que, por cierto, era indeleble, que es que no se puede quitar, y con mucha paciencia estuve pintándole toda la cara con diferentes motivos: alguna polla con alas…», ha comenzado a explicar.
«Al final se despertó, vinieron ofreciéndonos bebidas y tal y el tío que vino a ofrecernos bebidas, cuando vio a Joaquín, casi se murió de la risa. Joaquín se quedó extrañado, pero no se olió nada hasta que pasamos por un túnel y, de repente, se vio reflejado en la ventanilla», ha continuado.
Joaquín Reyes tuvo que salir así del tren y pasearse por la estación de Chamartín y volver a su casa con esa decoración especial, aunque no le guarda rencor por aquello. «Bueno, en realidad lo que parecía era un trapero de los que se van tatuando cosas en la cara. Era como Duki con 40 años», ha bromeado.
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