Vicente Gil: «¿Por qué no se ha hecho nada en 20 años para saber más del 11M?

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Este lunes se han cumplido 20 años del 11M. Ni Pedro Sánchez ni ninguno de sus ministros han estado en los actos junto a las víctimas del atentado.

Desconozco la dificultad para haber organizado junto al Rey, el Gobierno y la oposición el acto del Día Europeo de las Víctimas (instaurado precisamente el 11 de marzo) haciéndolo compatible con el acto que, desde hace 20 años, se celebra en la Puerta del Sol y en el Bosque del Recuerdo. Con el Rey al frente.

En cualquier caso, los discursos de Sánchez, como el de hoy, sobre las víctimas del terrorismo producen asco. Sánchez y el PSOE han hecho de los herederos de ETA un socio preferente del Gobierno. Se sostiene en el poder gracias a sus socios etarras.

La utilización política del 11M no ha cesado estos días. Empezó por los cálculos de unos y otros a tres días de unas elecciones generales que debieron suspenderse. Y siguió por ligar los atentados a la guerra de Irak. El propio juez Gómez Bermudez lo rechaza en sus entrevistas de estos días: «Eso es como decir que los atentados de ETA se produjeron porque no dábamos la independencia al País Vasco. Los únicos responsables fueron los terroristas».

El intento del sanchismo de seguir manipulando el 11M ha continuado estos días. No ha habido más que leer el diario oficial El País. O escuchar la semana pasada a Sánchez escudarse en el 11M para desviar sus responsabilidades en el caso Koldo. «Es un bulo del PP -dijo- como los del 11M». ¿Se puede ser más miserable?

Hoy prescriben aquellos delitos. Muchas víctimas sienten que no pueden cerrar su duelo pensando, legítimamente, que no se llegó al fondo de los atentados. La propia sentencia dejó numerosas incógnitas sin resolver.

No se sabe quiénes fueron los autores intelectuales y financiadores de los atentados. Se dice que no era la causa del proceso. Pero los tres señalados como tales por la Físcalía (El Egipcio, El Haski y Belhald) fueron absueltos. Otros de los posibles autores intelectuales, fugados de la Operación Dátil, murieron en Siria.

No se sabe quién fue el noveno terrorista en poner las bombas. No se sabe quiénes fueron las tres personas que aparcaron la Kangoo con las mochilas en la estación de Alcalá de Henares. Quedó la sospecha de que alguna fue subida a los trenes en Entrevías.

Se sabe que El Chino escondió las bombas en un agujero de la finca de Morata, pero quedó sin determinar quién montó aquellas bombas. ¿De verdad aquellos chorizos de medio pelo tenían la capacitación de hacerlo? Usaron la única marca de móvil en el mercado de entonces que activaba la alarma pese a estar apagado el aparato.

Y quedó por saber cómo un grupo de individuos radicalizados, islamistas, contactaron con un grupo de chorizos marroquíes que vendían hachís en Lavapiés. El propio juez Gómez Bermudez cuenta que le quedó por saber cómo entraron en contacto o gracias a quién radicales islamistas como El Tunecino (muerto en Leganés) con choricetes de baja estofa de Lavapiés ligados a ese hachís que llega de Marruecos por el Estrecho.

Sorprende que nadie diera la voz de aviso, máxime con el control detallado que los servicios de inteligencia de Marruecos tienen sobre su población en España. Y más si se dedican al tráfico de hachís.

Muchos de ellos eran confidentes policiales. Rafa Zouhier, al que mandaron a Marruecos hace diez años en un Falcon del Ministerio del Interior sin explicación alguna y sin haber terminado de cumplir la condena, contó que él avisó de que había un grupo de marroquíes tratando de vender hachís a cambio de los explosivos que llegaron de la Mina Conchita de Asturias.

Es cierto que la policía no tenía ni traductores de árabe para combatir el terrorismo islamista y que todos los esfuerzos se centraban en ETA. Y es cierto que un atentado en el fondo siempre es un fallo de seguridad. Pero, ¿cómo es posible que nadie detectara aquellos movimientos de esta gente y el tráfico de explosivos en unos meses en los que ETA había intentado llegar a Madrid con dos furgonetas cargadas con casi una tonelada de explosivos con el objetivo de volar trenes?

¿Cómo es posible que nadie viera nada si tres meses antes, en diciembre de 2003, un terrorista de ETA había metido una bomba de 25 kilos en el tren Irún-Madrid para hacerla estallar a las cuatro de la tarde de la Nochebuena en la estación de Chamartín y cometer una masacre? La policía la desactivó en Burgos por suerte.

¿Nos hemos olvidado ya de todo esto? Qué fácil es sacar las cosas de contexto para entender el momento o dejar de entenderlo y poder manipularlo.

¿Cómo es posible que se destruyeran los trenes, escenario del delito, con aquella rapidez inusitada y que el único trozo que quedó de uno de ellos permaneciera durante años sin custodia alguna en un almacén de Villaverde? Dos trenes fueron recuperados para el servicio, otros tres reparados, y tres quedaron irrecuperables. Diez vagones fueron desguazados.

Plantearse las dudas del mayor atentado sufrido por España y Europa no es ser un conspiranoico, como ha pretendido la izquierda. Es intentar saber si hay algo más que saber del 11M. Es rendir de verdad tributo a las casi 200 víctimas y los 2.000 heridos.

ETA no tuvo nada que ver con el 11M, pero me pregunto: ¿Intentar conocer los autores materiales e intelectuales de los 300 crímenes sin resolver de ETA es ser un conspiranoico? Hay atentados de ETA, como el de la casa cuartel de Zaragoza, donde los autores materiales fueron juzgados y condenados, pero donde quedó por saber los autores intelectuales. La Fiscalía ha acusado a la cúpula de ETA para que no prescribieran los delitos y saber quién dio la orden. ¿Por qué en el caso del 11M no puede reclamarse lo mismo a fuer de que te llamen loco?

¿Cómo es posible que, 20 años después, 16 de los 19 condenados estén en la calle? Muchos de ellos se fueron a Marruecos. Sólo tres quedan en prisión. De verdad, ¿esto es normal?

¡Qué barato sale matar en España!

Hoy prescriben unos delitos que no deberían prescribir jamás. Como los crímenes de ETA. Lo demás son falsas palabras de apoyo a las víctimas. Lágrimas falsas. Hipocresía. Manoseo político de su dolor, venga de donde venga.

Desde aquella sentencia del 11M, en 20 años, nada se ha hecho, ni ha habido interés en buscar más, en tratar de encontrar más respuestas.

Y yo me pregunto. ¿Cuál era el problema para hacerlo? ¿Cuál era el problema para intentar hallar una verdad más completa del 11M?

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