Uno de los cerebros financieros del 11-S entre los yihadistas detenidos en Madrid
'Abu Talha' envió dinero a miembros de Al Qaeda muy próximos a Mohamed Atta, el jefe del comando de pilotos suicidas del 11-S
Un diputado de ERC pidió en el Congreso la liberación del cabecilla de Al Qaeda detenido en Madrid
Entre los presuntos yihadistas detenidos esta semana en Madrid hay un nombre que destaca especialmente: Muhammed Galeb Kalaje. Este sirio con pasaporte español, viejo conocido de la Policía, ya fue detenido y condenado tras el 11-S como responsable de financiación del grupo de Bin Laden en España. Se detectaron transferencias de su empresa a miembros muy cercanos a Mohamed Atta, el jefe del comando suicida de las Torres Gemelas.
La Audiencia Nacional ha decretado prisión provisional para siete de los diez presuntos miembros de Al Qaeda detenidos en Madrid esta semana. Existen pruebas que les relacionan presuntamente con la gestión de un entramado societario cuyo último objetivo era el envío de dinero a Siria. Sus destinatarios serían células de Al Qaeda que continúan combatiendo en la provincia siria de Idlib, el último reducto terrorista que queda en el país.
Entre los detenidos y enviados a prisión se encuentra, según ha podido saber OKDIARIO, el empresario sirio-español Muhammed Galeb Kalaje, más conocido como ‘Abu Talha’. Un nombre vinculado a diversas tramas de financiación del terrorismo yihadista desde los años 90 y que fue detenido, procesado y condenado por sus vínculos con Al Qaeda y el 11-S.
Galeb Kalaje, que salió de prisión a mediados de esta década, ha administrado en su carrera como empresario de varias firmas dedicadas a la construcción y al sector inmobiliario.
La investigación de la Audiencia Nacional, bajo secreto de sumario, muestra indicios de colaboración entre ‘Abu Talha’ y el clan de los Kutayni: la familia siria que presuntamente coordinaba el envío de dinero a terroristas en Siria y a la que pertenecen casi todos los detenidos esta semana.
Detenido tras el 11-S
‘Abu Talha’ fue detenido en Madrid en noviembre de 2001, dos meses después de los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas y el Pentágono en Nueva York y Washington.
Tras aquel golpe policial denominado ‘Operación Dátil’, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dictó orden de búsqueda y captura para Osama Bin Laden y otros 34 miembros de Al Qaeda. La investigación judicial acusó a ‘Abu Talha’ de ser el ‘gestor’ y financiero del grupo terrorista en España, así como de haber ordenado transferencias de dinero a miembros de Al Qaeda muy próximos a algunos de los ejecutores del 11-S.
Dinero para los suicidas
Según el auto del juez Garzón, entre 1996 y 2001 ‘Abu Talha’ remitió cantidades próximas a los 700.000 euros a distintas entidades y personas vinculadas con la red mundial de Al Qaeda sirviéndose de algunas de sus empresas.
Pero si hubo una transferencia que llamó especialmente la atención de los investigadores fue un ingreso de 17.000 euros que realizó su empresa ‘Proyectos y Promociones Iso’ a la cuenta de Mamoun Darkazanli, ‘Abu Ilyas’, miembro de Al Qaeda residente en Hamburgo (Alemania).
‘Abu Ilyas’ pertenecía al círculo de máxima confianza de Mohammed Atta, el jefe del comando de pilotos suicidas que ejecutó los atentados del 11-S. Atta residió en la ciudad alemana desde 1990 hasta el año 2000, cuando se trasladó a Estados Unidos para comenzar un curso de pilotaje de aviones.
En 2005 la Audiencia Nacional condenó a once años de prisión a ‘Abu Talha’ por un delito de financiación del terrorismo. Le consideró uno de los cerebros financieros de Al Qaeda en España y estrecho colaborador de ‘Abu Dahdah’, el líder del grupo en España, lugarteniente de Osama Bin Laden y figura clave en la fase de diseño del 11-S.
Al banquillo en 2008
Pocos años después, en 2008, la Audiencia Nacional volvía a procesar a ‘Abu Talha’ por otro delito de financiación del yihadismo. Desde la cárcel, y sirviéndose de su esposa, entregó dinero a ‘Abu Dahdah’, que también cumplía condena en otro centro.
Pese a hallar indicios de que ese dinero estaba siendo utilizado para reclutar muyahidines y enviarlos a la guerra de Afganistán, la causa finalmente quedó archivada al entender la Audiencia que no podía probarse delito alguno.
«Admitir una hipótesis de este tipo, si no viene acompañada de otros elementos, implicaría poco menos que venir a considerar que cualquier operación económica que pudiera existir entre personas que hayan sido previamente condenadas por pertenecer a una organización terrorista tiene de por si fines terroristas», advirtió la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.