MODIFICACIÓN DEL CÓDIGO CIVIL

Tres meses sin ver a su hija: un cambio legal de Iglesias le condena sin mediar violencia de género

Ver vídeo
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Iván tiene a su disposición unos segundos para lanzar el mensaje que él desee. Es el final de la entrevista que este padre ha concedido a OKDIARIO pero es la mejor manera de comenzar a contar su historia. “A mi hija le diría que sabe que la quiero y que lucharé por ella el tiempo que sea. Que este tiempo del que nos han privado es un tiempo que no podremos recuperar, pero que lo único que me importa es que ella sea feliz, y si es feliz con su madre, pues su padre encantado”.

Este es el único mensaje de un hombre para el que pedían tres años de cárcel por violencia de género, al que han absuelto y quien pese a eso lleva sin poder ver a su hija desde el mes de septiembre gracias a una modificación de la Ley impulsada por Pablo Iglesias.

La historia de Iván llegó a las páginas de OKDIARIO hace unas semanas cuando este periódico publicó en exclusiva un documento audiovisual imprescindible para comprender su historia y una prueba anhelada por cualquiera a la hora de tener que decidir entre la versión de quien denuncia y quien es denunciado. Iván grabó en vídeo el incidente por el que su mujer lo acabó denunciando ante un juzgado de violencia de Género.

Aquel día la hija de Iván debía regresar con su madre tras pasar unos días con su progenitor y con sus abuelos. La separación entre sus padres no había sido ni de lejos amistosa, hasta el punto de que Iván ya había sido denunciado varias veces por la madre de su hija por delitos relacionados con la violencia de género. Iván fue absuelto una y otra vez, siempre. Y ahora se avecinaba otra denuncia, pese a las cautelas del padre, quien sabedor de la facilidad de su exmujer para denunciar, pidió a sus padres, los abuelos de su hija, que fueran ellos quienes la devolvieran. No sirvió de nada. La niña entró en cólera, gritó y pataleó hasta la extenuación por no querer volver con su madre. Iván no intervino físicamente en la escena. Sólo grabó con su móvil lo que allí sucedía. Grabó incluso la llegada de la Guardia Civil. Grabó cómo los agentes le detuvieron esposándolo en presencia de su hija y de sus propios padres.

No fue una denuncia más

Al principio Iván pensó que sería un bache más en el periodo de separación de su exmujer. Durmió en el calabozo, pasó ante el juez y su mujer lo denunció por delitos de malos tratos y coacciones, por los que pidió tres años de cárcel y una orden de alejamiento. Iván creyó estar ante una denuncia más, pero no, algo había cambiado. Su mujer lo había denunciado horas después de que entrara en vigor la reforma legal impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales cuando aún lo dirigía el ex vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias: cualquier hombre denunciado por violencia de género perdía automáticamente el derecho de ver a sus hijos.

Ni la juez que lo recibió tras ser detenido, ni el juez que lo juzgó semanas más tarde en Móstoles, quisieron ver el vídeo que Iván grabó y que sí puede verse íntegro en este artículo. Pero es que, sin ni siquiera ver el vídeo, el juez de Móstoles, tras escuchar declaraciones contradictorias de la ex mujer de Iván, la hermana de ésta y los agentes de la Guardia Civil, redactó esto: “Los hechos relatados en modo alguno pueden ser considerados constitutivos de un delito de maltrato” o “en el presente caso no existe prueba alguna de que el acusado realizara algún tipo de influencia en su hija”.

Con estos argumentos el juez absolvió a Iván de los delitos de violencia de género y lo condenó por unas coacciones leves al asumir que lo contado por la madre de la niña era cierto: que interpuso su cuerpo entre ella y la menor para impedir que se marchara con ella. El vídeo no muestra ese comportamiento, pero lo importante es que al no haber violencia de género Iván debería poder volver a ver a su hija. Pues no.

“Mi ex mujer puso otras denuncias y ha interpuesto otra demanda para que se me quite la patria potestad y así poder decidir el régimen de visitas, cambiarla de colegio, llevarla al médico o sacarla del país sin que importe mi opinión como padre”. Mientras esas demandas no se resuelvan Iván seguirá sin poder ver a su hija.

Este padre sabe que su caso es casi una guerra perdida y se aboga porque se luche contra la violencia de género y contra los maltratadores, pero no si en el camino se producen historias como estas en las que ni siquiera tener un vídeo de los hechos sirve para equilibrar la balanza de la Justicia.

Lo último en España

Últimas noticias