Puigdemont firma su rendición vía sms

Toni Comín, un político paracaidista que ha hecho carrera a base de traiciones

Toni Comín
Toni Comín, ex conseller de Sanidad de Cataluña (Foto: Generalitat)
Joan Guirado

Toni Comín, ex consejero de Salud de la Generalitat de Cataluña, es uno de los protagonistas de este miércoles junto con el ex presidente Carles Puigdemont. La grabación del móvil personal de Comín leyendo una serie de mensajes que le había mandado Puigdemont, mientras le sustituía en un acto del partido flamenco N-VA en Lovaina, ha suscitado todo tipo de comentarios e interpretaciones por los pasillos del Parlament, entre periodistas y políticos, sobre si fue un descuido del ex consejero o posó directamente ante la cámara para que se difundiera el contenido de esa conversación.

Motivos para creer que no fue solo una distracción hay de sobra repasando su trayectoria política. Hijo del histórico Alfonso Comín, el receptor de los mensajes empezó su carrera política en el PSC, donde nunca llegó a ocupar ninguna responsabilidad importante. Cuando empezó el desafío independentista, Comín y una decena más de personas abandonaron el PSC para fundar la asociación ‘Socialisme, Catalunya y Llibertat’, acercándose a ERC, consiguiendo la confianza del presidente del partido, Oriol Junqueras, que llegó a confiar más en él que en Marta Rovira.

Fue tanta la confianza de Junqueras en Comín, que en las elecciones del 2015 le integró en la lista de Junts pel Sí, y cuando se formó gobierno se le ofreció la cartera de Sanidad, sin tener conocimiento alguno sobre el tema. En su paso por el departamento hasta el cese con el 155 tuvo más de una polémica, pero aún así Junqueras continuaba apoyándole y acompañándolo a visitar urgencias de hospitales por sorpresa.

Fue durante esa etapa cuando Toni Comín entabló amistad con otros ex consejeros como Meritxell Serret, llegando a organizar incluso cenas privadas sin avisar a Junqueras y otros dirigentes de ERC hasta altas horas en reservados de Barcelona, el día antes de la celebración de reuniones ejecutivas del Govern. Durante esa etapa, Toni Comín también se acercó más a Marta Rovira, enfrentada por la dirección orgánica de ERC con Junqueras.

No ha renunciado a su acta de diputado

Comín, fugado en Bruselas desde el 29 de octubre, ha sido el único de los ex consellers que, a pesar de las presiones recibidas por su partido, no ha querido entregar el acta de diputado en el Parlament, para facilitar las votaciones a los independentistas. Fuentes de su entorno aseguran que lo hace por el sueldo, pero también hay una cuestión de protagonismo de un hombre a quien siempre le ha gustado figurar. Así, ante su negativa a ceder el acta de diputado, en ERC se le empezaron a cerrar puertas. Tantas que, en caso de repetición electoral, no tiene garantizada su plaza en esa lista.

Por ese motivo, durante su estancia en Bruselas, Comín se ha enganchado a Carles Puigdemont prometiéndole ser su fiel escudero, y la única persona de Esquerra en quien poder confiar. Todo ello en pleno clima de traiciones entre ERC y Junts per Catalunya, lo que le venía como anillo al dedo a Puigdemont. Prueba de esa confianza es el ultimo mensaje que le mandó Puigdemont a Comín, donde se desnudaba completamente y le llegaba a decir que «no sé cuanto me queda de vida, espero que mucho, pero quiero aprovechar para lavar mi nombre porque durante estos dos años me han hecho mucho daño con calumnias y mentiras»

Ahora, este ‘descuido’ que pone en jaque a Puigdemont y a los partidarios de la independencia, podría engordar más una lista sombras en la vida política de Comín, que le han servido para mantenerse ‘vivito y coleando’.

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