Nueva legislatura

Sus señorías vuelven al colegio: el patio del Congreso se llena de actividad

Se esperaba un arranque de legislatura bronco en el Congreso de los Diputados y de no ser por las fórmulas utilizadas en la promesa o jura del cargo por parte de los independentistas hubiese sido lo más parecido a una paella entre amigos.

Sus señorías vuelven al colegio: el patio del Congreso se llena de actividad
Sánchez y Calvo aplauden ante la presencia de Vox.
Joan Guirado

Había sensación de vuelta al colegio, aunque para muchos era su estreno. Ese día en el que la mayoría de críos no se quieren separar de la mano de sus padres y entrar a un sitio que les es desconocido. Pero para muchos de los 220 nuevos diputados que hoy han ocupado un escaño en la Cámara baja por primera vez, su nueva ocupación es más apasionante e importante que la clase de párvulos, aunque a medida que avance la legislatura, en alguna ocasión, les parecerá estar aún en ella. Por eso han entrado firmes, con la cabeza alta, con ganas de comerse el mundo.

Se esperaba un arranque de legislatura bronco en el Congreso de los Diputados y de no ser por las fórmulas utilizadas en la promesa o jura del cargo por parte de los independentistas hubiese sido lo más parecido a una paella entre amigos. Pero prometer por la república y los presos ha provocado que los 24 diputados de Vox hayan tenido que aprender rápido a quejarse dentro el hemiciclo. Sus colegas de Ciudadanos les han dado el tono para hacer oír ya en la primera sesión el sonido de los pupitres. Como cuando en el colegio se enfadan por no dejarles salir al patio. Ya ha advertido la nueva presidenta Meritxell Batet que «eso ofende a los representados y rebaja a los representantes».

Precisamente el patio del Congreso es el mayor reflejo del inicio de una nueva legislatura. Sus señorías fumadoras, las que repiten y las que se estrenan, ya han encontrado su hueco para apurarse un cigarro. Alguno de los nuevos se sorprendían cuando, entre calada y calada, se les acercaba un periodista para preguntarles sus impresiones: «¿Ni mientras fumamos nos dejáis tranquilos?». Hay cosas que en la guía del nuevo diputado no se explican.

Uno de los que ha salido más veces a fumar ha sido el ministro de Fomento en funciones, José Luís Ábalos, gran conocedor del patio del Congreso. En una de esas salidas, conversando con los periodistas, ha reconocido que los diputados presos estaban «muy afables», y ha desvelado incluso que Josep Rull le aseguró que su homólogo en el Govern Damià Calvet le había hablado muy bien de él.

Ese fair play se ha notado también dentro del hemiciclo, cuando tanto Rull, como Oriol Junqueras, Jordi Turull y Jordi Sánchez se han saludado con miembros de todos los grupos excepto Vox. También con Ciudadanos, aunque no con Albert Rivera, el principal azote de los separatistas. Ha sido Inés Arrimadas quien se ha saludado con los que han sido sus compañeros. También con Pedro Sánchez y algunos ministros. Ya tienen la foto.

En su primer discurso como tercera autoridad del país, Meritxell Batet ha recordado que «somos la representación de una España plural y diversa» y les ha advertido de que «cada uno de nosotros somos del pueblo, pero no somos el pueblo». La presidenta ha apelado a los grandes consensos para «acercarnos a la aspiración de hablar en nombre del pueblo» y avisa que «el camino es la ley, la razón y el trabajo». Dice que «la historia de España es una historia de conquistas, de paz, de igualdad y convivencia» y que «quiere un futuro de convivencia».

A las 14:36, Batet levantaba la sesión con un nítido: «Declaro constituido el Congreso de los Diputados».

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