La sombra de un nuevo ‘tamayazo’ sobrevuela sobre la Asamblea de Madrid

tamayazo
Teresa Sáez, Alberto Reyero y Eduardo Tamayo.

La dimisión del consejero madrileño de Políticas Sociales, de Ciudadanos, en una de las semanas de más alto voltaje en la madrileña Casa de Correos de la Puerta del Sol ha hecho que sobrevuele sobre la Asamblea la sombra del tamayazo, ópera bufa en dos actos de una traición inesperada.

Las presiones que Ciudadanos parece estar ejerciendo sobre la Presidencia de la Comunidad y su socio de gobernabilidad en esta segunda ola de la pandemia de coronavirus hacen pensar a algún que otro diputado regional que los naranjas están en realidad más pendientes de una reorganización de fuerzas en el Ejecutivo autonómico que en ayudar con lealtad en una labor de Gobierno que está siendo asaetada desde otros frentes políticos.

Las denuncias que viene aireando la presidenta Isabel Díaz Ayuso de que priman los intereses políticos en el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para crear una seria confrontación cuyo único objetivo es romper el Ejecutivo actual liderado por el PP parecen sostenerse con dos hechos insólitos ocurridos esta semana.

La declaración pública del vicepresidente Ignacio Aguado en la que llama a templar ánimos con el Gobierno monclovita y la dimisión de este viernes del consejero Alberto Reyero, del mismo partido, hacen pensar a algunos miembros del hemiciclo regional en una aventurada estrategia política de los naranjas, cuyos intereses parecen situarse en la actualidad más cercanos a la conspiración y al acercamiento al juego de Ferraz que a gobernar con lealtad junto al PP.

Por ello, vista la antinatural cercanía de ambos partidos en cuanto al pacto de Presupuestos y el empeño socialista en que zozobre el Gobierno de Ayuso, muchos han vuelto a rememorar la sesión de aquel 10 de junio de 2003 en la que el socialista Rafael Simancas iba a ser investido presidente de la Comunidad de Madrid y cuya cara fue de la tranquilidad al terror, pasando por la incredulidad a medida que esperaban, y esperaban y esperaban a los diputados del PSOE Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez para la votación de su investidura. Hasta en los aseos los buscaron.

La ausencia en la sesión de Tamayo y Sáez impidió un Gobierno de izquierdas en la región, presidida durante las dos anteriores legislaturas por Alberto Ruiz-Gallardón. Sin sus votos, el PP superaba en uno a los de PSOE e IU, que tenían previsto un Gobierno conjunto. En la sesión de investidura posterior del 27 y 28 de junio, Simancas obtuvo 54 votos a favor, 55 en contra y dos abstenciones, las de Tamayo y Sáez. Se celebraron unas nuevas elecciones autonómicas en las que el PSOE perdió dos parlamentarios y en las que el PP logró la mayoría absoluta: Esperanza Aguirre fue elegida nueva presidenta madrileña tras el quintacolumnismo del tamayazo.

«¿Quizá a ese peligroso juego se dediquen ahora el PSOE y su aliado fantasma, a propugnar otra moción de censura que rompa el actual Ejecutivo desde dentro?», se preguntan muchos en el PP.

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