Sánchez deja a los valencianos sin 3.400 millones del FLA y la recaudación fiscal para castigar a Mazón
El Gobierno valenciano aprobará este martes medidas para un plan de ajuste generado por la demora de Sánchez en los pagos
Las nóminas de los trabajadores de la Generalitat Valenciana no están en peligro


La obsesión de Pedro Sánchez por castigar al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, no parece tener límites. El Gobierno de España ha rechazado, por vez primera hasta la fecha en 12 años, abonar el Fondo de Liquidación Autonómica extraordinario reclamado hace más de siete meses y que asciende a 2.495 millones de euros. Sánchez tampoco ha abonado al Gobierno valenciano las entregas a cuenta hasta junio por la parte correspondiente en la participación de los tributos del Estado, que asciende a otros 900 millones. En cifras absolutas, la asfixia económica a la que Sánchez somete a Mazón se eleva a 3.400 millones de euros. Una cantidad que obliga a la Generalitat a aprobar un plan de ajuste. Las nóminas públicas de la Administración valenciana no está en peligro, pero sí está abierta una mayor demora en el pago a algunos proveedores.
La Generalitat Valenciana tiene un déficit estructural de su presupuesto de 1.800 millones anuales a consecuencia de la infrafinanciación a la que se ve sometida también por el Gobierno de Pedro Sánchez. Y ello, a pesar de que Mazón lleva toda la legislatura reclamando un fondo de nivelación transitorio hasta que se apruebe una nueva financiación autonómica que permita equilibrar los ingresos con los gastos. Y no partir cada año de un -1.800 millones en las cuentas autonómicas.
A la infrafinanciación, hay que sumar la DANA. La riada del 29 de octubre ha obligado a la Generalitat Valenciana a establecer dos presupuestos autonómicos. Uno, el ordinario. Y otro, el extraordinario, para atender a las tareas de la reconstrucción y las necesidades de los afectados por la riada.
Tan descomunal esfuerzo, debería contar con la ayuda del Gobierno de Sánchez. Sobre todo, en dos materias. Una, el fondo de liquidez autonómica. Y otra, el adelanto de las entregas a cuenta. Mazón ya solicitó el fondo de liquidez extraordinario por valor de 2.500 millones de euros, lo que se conoce como el Extra FLA, hace siete meses.
Lo hizo confiado en que no deberían existir problemas para su abono. Esencialmente, porque en los 12 años anteriores no los había habido. Sin embargo, siete meses después de pedirlo, el Gobierno de Sánchez no se ha pronunciado al respecto. Y ese silencio es el que se entiende, hasta la fecha, como una negativa.
¿En qué afecta esa negativa al Gobierno valenciano? Pues esencialmente en que no le permite organizarse a la hora de estructurar el pago a los proveedores. Hasta el punto de que la consellera de Hacienda ya advirtió hace algunos días que la fecha límite para que el Gobierno manifestase si iba a abonar esos 2.500 millones de euros con cargo al fondo de liquidez concluía este 7 de julio. Si bien otras fuentes afirman que el Ejecutivo estaría en disposición de llegar a tiempo si diese una respuesta a lo largo de esta misma semana que acaba que comenzar.
Otra posibilidad, para ir cubriendo los pagos más urgentes a proveedores, son las entregas a cuenta. Pero éstas, tampoco se han producido. Con lo que ahora mismo la situación es muy complicada.
Mazón, como ya ha contado OKDIARIO, ha solicitado a todas las Consellerias que pongan en marcha un plan de ajuste, cuyas primeras medidas se aprobarán este martes. Se trata de retirar todo lo posible para pagar lo esencial.
No corren peligro las nóminas de la Administración. Pero sí está bajo la lupa la posibilidad de una mayor demora en el pago a algunos proveedores hasta que la situación se consiga regularizar. Tampoco, está en peligro la renta vital ni ningún otro tipo de gasto social. Pero hay que comenzar a deshacerse de grasa económica para afrontar lo importante y lo acuciante.
Según fuentes consultadas, detrás de toda esta situación está la intención del Gobierno de Sánchez de desgastar a Mazón. El presidente valenciano no sólo está controlando los tiempos políticos, sino que también está recuperando a pasos agigantados credibilidad en las encuestas frente a la socialista Diana Morant, que no arranca. Hasta el punto de que, según una encuesta que no es del PP, volvería a gobernar la Generalitat si hubiera elecciones con la ayuda de Vox.
Otras fuentes sostienen que a Sánchez lo que más le preocupa son las encuestas a corto plazo en caso de que se adelanten las Elecciones Generales. Y que en esa tesitura hay algunos diputados sometidos a los vaivenes de la balanza política, pero que se inclinan más hacia PP y Vox que hacia PSOE y Compromís.