El Retiro y la Casa de Campo cerrarán al menos 2 meses por Filomena, que ha destruido 750.000 árboles

Gaetán que provocará hoy lluvias fuertes y rachas de vientos fuertes, por lo que piden a la población que extreme las precauciones

árboles Filomena
Árboles caídos por Filomena. (Europa Press)

El paso de la borrasca Filomena ha sido catastrófico para los árboles de Madrid, que lleva a gala ser la capital europea con más masa arbórea. Según los datos aportados por el Ayuntamiento de la capital, un total de  749.000 árboles de los 1,8 millones que hay en conservación municipal se han visto afectados: 150.000 en el eje viario, 11.000 en El Retiro y 559.000 en la Casa de Campo. Precisamente, estos dos recintos seguirán al menos cerrados al público durante dos meses, según ha asegurado el alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida por razones de seguridad.

Las malas noticias para los árboles de Madrid no acaban, porque, el Colegio de Ingenieros Forestales ha alertado del riesgo de nueva caída de ramas y árboles en la ciudad a consecuencia de la borrasca Gaetán que provocará lluvias fuertes y rachas de vientos fuertes, por lo que piden a la población que extreme las precauciones y adopte las medidas oportunas para evitar «alguna consecuencia fatal».

Ante la previsión de la llegada de una nueva borrasca con aviso de lluvias importantes y rachas moderadas de viento desde este miércoles, además del riesgo de inundaciones y dificultades en los sistemas de alcantarillado, los ingenieros forestales creen necesario tomar medidas preventivas frente a nuevas posibles situaciones relacionadas con el riesgo de caída de ramas o árboles u otros riesgos derivados de las condiciones meteorológicas previstas, especialmente por las rachas de viento.

Volviendo a los árboles dañados por Filomena, afectados por una catástrofe sin precedentes cuya magnitud todavía no se puede vislumbrar, el Ayuntamiento informa de que los árboles de hoja perenne, como el piñonero, y las coníferas en general, han sido los más damnificados tras treinta horas ininterrumpidas de nieve que dejó Filomena a su paso y que se ha traducido en ramas caídas y troncos partidos a lo largo y ancho de la ciudad.

No están adaptados 

«Estos árboles, como cualquier árbol típico de clima mediterráneo, no tienen unas estructuras adaptadas a estos eventos que realmente son históricos y muy singulares, que pasan muy de tarde en tarde», explica a Efe el subdirector general de Conservación de Zonas Verdes y Arbolado del Ayuntamiento de Madrid, Antonio Morcillo.

Dice que no tienen constancia «de ningún acontecimiento de tipo atmosférico, climático, que haya causado una afección tan importante en el arbolado» como el paso de Filomena.

«Evidentemente esos daños son muy variados, desde árboles que se han caído, se han tronchado, y que habrá que eliminar, hasta otros muchos que con los trabajos adecuados de poda y de mantenimiento, y con la evolución de los próximos años, se podrán recuperar», comenta Morcillo.

Para Juan García Vicente, de Ecologistas en Acción, una de las lecciones es evitar los árboles de hoja perenne en los viales y propiciar en las calles el uso de las especies de hoja caduca, porque «se adecúan a la climatología», y en verano protegen del sol con sus sombras mientras que en invierno dejan pasar los rayos a través de sus ramas desnudas, y también potenciar la encina.

«No veremos ningún abeto, ningún cedro, con afecciones apenas. Los que más se han visto afectados es el pino piñonero», agrega García Vicente sobre esa especie que abunda en la Casa de Campo, donde «da grima echar un vistazo, aquello es terrible».

Define el paso de Filomena como una «catástrofe absoluta», al tiempo que reconoce que «tampoco se podía hacer nada» para evitarlo porque el arbolado es el adecuado a la meteorología mesetaria, si bien pone el acento en el «déficit de plantilla y recursos» histórico que hay que paliar, mientras apunta que «no hay capacidad para reciclar» el volumen de ramas y árboles perdido.

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