Al menos 11 agentes heridos entre Policía y Guardia Civil en los altercados de los desalojos
Los desalojos y precintos que están llevado a cabo la Policía Nacional y la Guardia Civil en las sedes electorales del referéndum ilegal independentista convocado en Cataluña se han saldado hasta las 13.00 horas de este domingo con nueve agentes del Cuerpo de Policía heridos leves y dos de la Guardia Civil, según informaron a Europa Press fuentes del Gobierno.
Se trata en total de 11 agentes que han resultado heridos leves al entrar en los lugares que se habían habilitado como sedes electorales o al salir de las mismas, por la oposición de los independentistas a que les incautaran las urnas y les cerraran los colegios.
Los agentes se han visto obligados a levantar a multitud de personas que se encontraban sentadas en las puertas de estas sedes para poder acceder a ellas, pero también ha habido enfrentamientos en la calle una vez que han salido, ante el elevado número de independentistas que se ha concentrado para protestar.
Concretamente, donde se ha producido un mayor altercado ha sido en el colegio Ramón Llull de Barcelona, donde agentes antidisturbios de la Policía Nacional se han visto obligados incluso a disparar disparado pelotas de goma al quedar bloqueados cuando intentaban abandonar el colegio Ramon Llull de Barcelona, donde acababan de requisar las urnas del referéndum ilegal de este domingo 1-O, después de que algunas personas les arrojaran objetos, como paraguas o vallas.
Estos incidentes han ocurrido en la calle Cerdenya de Barcelona, cuando grupos de concentrados han logrado bloquear a los agentes antidisturbios de la Policía Nacional que intentaban abandonar con sus furgonetas los alrededores del colegio Ramon Llull, donde habían intervenido las urnas del 1-O.
Los concentrados han impedido el paso de las furgonetas y han arrojado algunos objetos contra los agentes, como paraguas o vallas de protección.
En medio de una gran tensión, algunos agentes han disparado sus escopetas de pelotas de goma, en trayectorias bombeadas, para mantener una línea de seguridad y poder abrir el paso a las furgonetas.