¿Por qué se retrasa la sentencia del Caso Urdangarin?
La expectación es grande y nadie, salvo los magistrados del Tribunal Supremo, sabe por qué no se ha dado a conocer aún la sentencia del Alto Tribunal que determinará finalmente la pena que tendrá que cumplir Iñaki Urdangarin y el resto de sentenciados del Caso Urdangarin. Después de la vista celebrada el pasado mes de marzo para revisar los recursos presentados ante el Supremo, se esperaba que la sentencia definitiva se diera a conocer durante el mes de abril o a primeros de mayo, pero la espera continúa sin que se conozcan las razones del retraso.
En la casa del matrimonio Urdangarin Borbón, todos están mentalizados con lo que les espera en un futuro próximo y que, salvo que se produzca un poco probable milagro, el padre de familia deberá ingresar en prisión para cumplir con la pena que le impongan. O bien seis años, porque se mantenga la sentencia de la Audiencia Provincial de Baleares, o diez años, si se acepta la petición de la Fiscalía del Tribunal Supremo de aumentar el tiempo de condena al considerar a Urdangarin “instigador” de los delitos económicos probados contra él.
Según personas próximas a la Infanta Cristina, ella mantiene la serenidad en esta difícil situación y trata de preparar a sus cuatro hijos para que entiendan y acepten que su padre, a pesar de que ella lo considere inocente, tendrán que entrar en prisión por orden de los jueces. Sin embargo, esas mismas personas temen que cuando se haga realidad la entrada de su marido en la cárcel, el ánimo de la Infanta se desplome y tenga que echar mano de toda su fuerza para hacer frente a la situación. Afortunadamente, doña Cristina cuenta en estos momentos con el apoyo de la familia de su marido y la de gran parte de su propia familia, con excepción de los actuales Reyes don Felipe y doña Letizia.
Prueba de ello es la presencia de sus padres, los Reyes Juan Carlos y Sofía, así como de su hermana la Infanta Elena el pasado 15 de enero en Ginebra para celebrar el 50 cumpleaños de Iñaki. La Infanta Cristina, en principio, seguirá viviendo en la ciudad suiza donde sus dos hijos pequeños continuarán sus estudios en el mismo colegio en el que fueron matriculados al llegar a Ginebra. Se ha descartado por completo el traslado a Lisboa que causaría más inquietud a los chicos al tener que dejar a sus amigos y acostumbrarse a vivir en una ciudad nueva.