ELECCIONES CATALUÑA

El PSC ofrecerá al PP la Vicepresidencia del Parlament si apoya un presidente socialista en la Mesa

PSC, Salvador Illa
Salvador Illa, candidato del PSC. (Foto: EP)
Joan Guirado

El PSC ya ha comenzado el intercambio de cromos para garantizarse la gobernabilidad en Cataluña. El partido que lidera Salvador Illa, según ha podido saber OKDIARIO, ofrecerá al Partido Popular de Alejandro Fernández una de las dos vicepresidencias del Parlament y una de las ocho plazas de senador por designación parlamentaria. Ni una ni otra cosa les pertenecería por el resultado obtenido en las elecciones del pasado domingo 12 de mayo.

Pese a haber ganado los comicios y ser el primer grupo parlamentario en número de escaños, con una notable diferencia de nueve diputados respecto al segundo partido en la Cámara catalana, el PSC va a necesitar de alianzas para ostentar el poder que se arrogaron en las urnas. Tanto para asegurarse el control de la Mesa del Parlament como para, posteriormente, lograr la presidencia de la Generalitat. Y en todas las ecuaciones posibles necesita al PP para que salgan adelante.

La cesión al PP de una de las sillas que el PSC tiene en la Mesa, así como de una de las tres o cuatro plazas de senador por designación autonómica, una cifra que depende del acuerdo que logren alcanzar con Junts y ERC, no persigue otra cosa que favorecer el voto de los de Alejandro Fernández a la propuesta de presidencia socialista del Parlamento catalán.

Se trata de un movimiento estratégico clave para, posteriormente, asegurarse que Salvador Illa sea el primer candidato a someterse a un debate de investidura frente a una eventual candidatura de Carles Puigdemont.

El presidenciable de Junts ya ha trasladado su intención de presentarse a un debate para pedir la confianza de la Cámara catalana. Si los separatistas logran hacerse con el control de la Mesa -a día de hoy suman más votos a favor que la propuesta del PSC-, será un president de ERC o Junts el que decida si debe ser Puigdemont o Illa el primero en intentarlo. Algo que obligaría a ERC a posicionarse y que marcaría las futuras votaciones. Lo que ocurra el 10 de junio, pues, tiene más trascendencia de lo que uno pueda pensar.

El poder de la Mesa

Aunque en condiciones normales el trabajo de la Mesa del Parlament se reduce a gestionar el día a día de la Cámara y a ordenar los debates, en el caso de Cataluña el poder de la segunda autoridad catalana va más allá.

Pues depende de su voluntad que los tres diputados fugados, en esta legislatura Puigdemont y Lluís Puig (Junts) y Rubén Wagensberg (ERC), puedan votar en las votaciones parlamentarias y puedan cobrar como parlamentarios. También depende de la presidencia proponer a uno u otro diputado como candidato a la investidura.

La autorización del presidente o la presidenta del Parlament a que puedan ejercer desde fuera de España, en el caso de que no retornen por temor a ser procesados, es clave también de cara a las futuras mayorías a izquierda o derecha en un próximo debate de investidura antes de una repetición electoral.

Sin Wagensberg -investigado por terrorismo- presente físicamente en el Parlament, o con autorización expresa de quién ejerza la presidencia para que pueda votar telemáticamente desde su refugio de Suiza, el bloque de izquierdas que podría dar apoyo a un tripartito se quedaría a un voto para que esta alternativa de gobierno con ERC y la CUP saliera adelante.

El PSC también negociará con ERC

En paralelo a la negociación con el PP, que permitiría al PSC articular una mayoría al margen de los partidos independentistas, los socialistas catalanes también negociarán con ERC. En este caso, por eso, en lugar de cederles una vicepresidencia, sopesan ir más allá y entregarles directamente la presidencia del Parlament. Aunque los socialistas seguirían teniendo el control de la Mesa.

Aunque ERC quedó como tercera fuerza en las elecciones del pasado 12 de mayo, el partido independentista tiene muchas posibilidades de presidir el Parlament. Sea mediante un pacto con el PSC, facilitando a cambio la investidura de Salvador Illa, o con Junts, favoreciendo a su vez la elección de Carles Puigdemont como president de la Generalitat. La Presidencia del Parlament es el máximo cargo al que puede optar ERC tras el 12-M.

El partido liderado por el dimisionario Oriol Junqueras, que abandonará la presidencia de ERC el próximo 10 de junio, piensa en el cerebro del procés, Josep Maria Jové, como nuevo presidente del Parlament de Cataluña. Éste será el nombre que los republicanos pondrán sobre la mesa al PSC para alcanzar un acuerdo que, en este caso, impediría cualquier eventual apoyo del PP catalán.

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