España
Ayuntamiento de Madrid

Podemos impulsa la resistencia de los 22 centros okupas de Madrid ante los desalojos de Almeida

Podemos, a través de su sector anticapitalista, ha mostrado su apoyo a la nueva alianza de todos los centros okupas de la capital. Ante la amenaza del Ayuntamiento de Madrid de desalojar estos espacios para construir centros de salud o instalaciones públicas para toda la ciudadanía, estos colectivos han unido fuerzas para seguir manteniendo bajo su control propiedades ajenas.

Como ha podido saber OKDIARIO, llevan meses trabajando en una unión de grupos okupas de la capital. Una coalición que ahora se ha materializado en la REMA, la nueva ‘Red de Espacios de Madrid Autogestionados’. Forman parte de esta alianza 22 grupos madrileños de okupas. Entre otros, algunos muy conocidos como La Ingobernable –que ya fue desalojado–, el Solar Maravillas –herederos del Patio Maravillas–, La Yaya, La Traba, La Eskalera Karakola o el EVA (Espacio Vecinal Arganzuela).

Para hacer su apoyo explícito, el sector ‘anticapi’ de Podemos ha publicado en tuit en el que proclaman: «Seguimos construyendo espacios para las vecinas y vecinos de Madrid». Todo ello junto a una fotografía para mostrar que han acudido a un acto de esta macroagrupación okupa.

Apuntan, en clara alusión al gobierno municipal del PP y Ciudadanos, que «en los últimos tiempos se está recrudeciendo el acoso de las instituciones a los centros sociales, espacios autogestionados, comunitarios y de gestión ciudadana, que llevan contribuyendo desde hace muchas décadas a la construcción solidaria y democrática de los barrios de Madrid».

«Legítima desobediencia civil»

En su manifiesto hablan de «una legítima desobediencia civil» que justificaría estas usurpaciones de propiedades públicas y privadas. «Estos espacios, creados desde la reivindicación ciudadana, la auto-organización, y a menudo desde una legítima desobediencia civil como forma de expresión colectiva del derecho a la ciudad, cuestionan las lógicas de un sistema que nos convierten a todas las personas en usuarias o clientes de una ciudad en la que deberíamos ser protagonistas principales de su construcción», subrayan.

Aunque detrás de estos centros muchas veces se encuentran focos de droga, violencia, altercados y otros problemas, estos grupos prookupación señalan: «Somos espacios horizontales, de construcción de democracia directa y autogobierno. Somos redes de apoyo mutuo, de cuidados y participación comunitaria. Somos espacios de lucha y resistencia ante las injusticias y desigualdades del sistema. Somos espacios cercanos, de barrio, alegres, rebeldes y combativos. Somos diversos, igualitarios, espacios seguros e inclusivos. Somos la única posibilidad para muchas personas de acceder a una cultura y a un ocio alternativo no mediados por el interés comercial».

Mapa de centros okupas miembros de la red.

Cargan contra la iniciativa pública por no ser capaz, dicen, de trabajar por el beneficio común. «Somos espacios rescatados colectivamente de la especulación o del abandono de la administración para el beneficio común. Somos espacios autogestionados donde la cooperación y la comunidad sustituyen a la competitividad y el progreso individualista».

«Durante todos estos años estos espacios hemos generado una enorme riqueza colectiva a la ciudad de Madrid, una riqueza real que no se mide en beneficios comerciales sino en un patrimonio común incalculable de valores de solidaridad, innovación, inteligencia colectiva, sostenibilidad y justicia social que han convertido nuestra ciudad en un lugar un poco menos inhóspito y más humano», afirman.

Por otra parte, esta red okupa critica a los medios de comunicación. «Frente a la campaña mediática para desprestigiar a nuestros espacios y a la persecución desde las instituciones, queremos hacer un llamamiento a la vecindad de Madrid, a todos los movimientos y asociaciones que participan o han participado de estos espacios: no se trata de la supervivencia de un espacio en concreto sino de la defensa de un patrimonio que pertenece a la comunidad», proclaman.

«Hoy más que nunca es el necesario contrapeso al retroceso en políticas sociales, de igualdad, ambientales y de participación democrática en nuestra ciudad. Cada espacio en peligro, cada cierre o desalojo no sólo supone una pérdida para la comunidad para la que trabaja sino para toda la ciudad. Debemos defender con determinación no sólo la continuidad de estos espacios, sino su reconocimiento como sujetos políticos de nuestra ciudad y su legitimidad basada en el trabajo colectivo para el beneficio común. Sigamos tejiendo sueños para demostrar que otro mundo es posible», concluyen.