Persecución de película en Madrid y 5 agentes heridos para detener otra vez a ‘El Piojo’
A las 9 de la noche de ayer un amplio dispositivo policial desplegado en Colonia Jardín, en Madrid, acababa con una fuga de película protagonizada por el considerado como uno de los delincuentes más peligrosos y activos en la actualidad.
El operativo detectó la presencia de Jonathan Moñiz pero fiel a su estilo el butronero no se amilanó y al volante del enésimo coche robado de su vida delictiva pisó a fondo para llevarse por delante a dos coches patrulla. Cinco agentes del Cuerpo Nacional de Policía han resultado heridos en el operativo, pero ‘El Piojo’ ya está detenido. La operación sigue abierta para intentar encontrar y detener a su hermano y compañero de fuga, Miguel Ángel. Era una piedra en el zapato de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desde el pasado 5 de diciembre, y no una piedra precisamente pequeña. Ese día uno de los peores y más peligrosos delincuentes de la historia reciente criminal de nuestro país decidió poner punto final a su reclusión en la cárcel de Valdemoro, en Madrid. Para hacerse una idea de las dimensiones del historial criminal de Jonathan Moñiz, alias ‘El Piojo’, y de su hermano Miguel Ángel baste recordar que en 2012 la Guardia Civil les llegó a atribuir 50 delitos cometidos por el método del butrón, la lanza térmica y el alunizaje. Fuentes policiales aseguran que los hermanos Moñiz no son sólo peligrosos por su habilidad para robar lo que no les pertenece, sino que realmente lo son porque para hacerlo son capaces de llevarse por delante lo que haga falta. Y tanto en la fuga de la cárcel de Valdemoro de los dos hermanos como ayer mismo en la detención de Jonathan, volvieron a demostrar que las vidas ajenas les importa bien poco.
Ayer, en el barrio madrileño de Ciudad Jardín, decenas de agentes del Cuerpo Nacional de Policía se desplegaban de forma sigilosa. Sus pesquisas los habían llevado hasta esta zona residencial del distrito de Chamartín. Allí se estaba escondiendo uno de los hermanos Moñiz, Jonathan, y había que tomar todas las medidas de seguridad posibles no sólo para garantizar su detención sino para evitar que durante el operativo no hubiera personas heridas, ni policías, ni ciudadanos ni siquiera los propios Moñiz.
Los agentes detectaron a Jonathan, ‘El Piojo’, a bordo de un vehículo robado. Eran las 9 de la noche y todo estaba listo en la calle Villacarriedo de la capital. Los agentes sabían lo que iba a pasar cuando le dieron el alto a Jonathan.
«Encalomados en Madrid»
El delincuente fugado, de apenas 32 años, pisó a fondo el acelerador y se llevó por delante dos coches patrulla que trataron de cortarle el paso. Varios metros de persecución después, en el que resultaron heridos 5 agentes de Policía, finalmente Jonathan era neutralizado y detenido. Lo que le espera en los calabozos de la Policía es una retahíla de preguntas sobre dónde ha estado y, lo más importante, dónde está ahora Miguel Ángel, su hermano, el que se fugó con el del talego sacrificando a otro compañero para garantizar su escapada. Pese a su juventud ‘El Piojo’ ya tiene callo con los interrogatorios policiales así que los investigadores tienen pocas esperanzas en los datos que pueda aportar, así que, tal y como explican a OKDIARIO, prefieren fiarse de sus propias investigaciones más que de lo que Jonathan quiera o no decirles.
Sus pesquisas apuntan a que si alguno de los hermanos ha salido de Madrid en estos meses desde su fuga no han ido lejos. Apuestan por pensar que «han estado encalomados en Madrid y protegido por amigos, cómplices o familia». No descartan que puedan haber visitado provincias limítrofes, de hecho ya lo hacían para cometer delitos, pero descartan que sus pasos les hayan llevado muy lejos.
A Jonathan lo van a devolver a la cárcel en menos de tres días pero antes también se le va a preguntar por lo ocurrido el 5 de diciembre de 2020 en Valdemoro. Ese día dos de los presos más peligrosos del país, en primer grado, el más severo, en otras cárceles en las que habían estado, disfrutaban de un régimen muy laxo en el penal madrileño. Eran presos de confianza en su módulo lo que les otorgaba una mayor libertad de movimientos. Y lo aprovecharon bien. Una alarma convenientemente desconectada porque sonaba mucho y de forma accidental, una copia de una llave, una ruta segura hasta los muros de la prisión y un cebo. Los hermanos Moñiz se valieron de todo eso para escapar y además llevaron consigo a otro preso que fue al que dejaron atrás para que fuera detenido. Los investigadores enfatizan el «para» porque no descartan que para eso lo reclutaron en la fuga, para que su detención permitiera su huida.
Interior anunció que investigaría a funcionarios y guardias civiles de la cárcel porque les pareció una fuga que requería de colaboración. Ahora gracias a la Policía Nacional tienen otra oportunidad para custodiar un poco mejor al butronero más peligroso de la historia reciente de nuestro país.