Sánchez acelerará la salida de Iglesias de Moncloa para que no llegue a la campaña como vicepresidente
En el entorno del presidente recuerdan que "Iglesias no es Illa" y defienden que Pedro Sánchez remodelará el Ejecutivo en los próximos días
Aunque Pablo Iglesias quiere seguir como vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 hasta mediados de abril, cuando dará inicio la campaña electoral de las elecciones madrileñas, su presencia en el Consejo de Ministros está a punto de llegar al fin de sus días. De hecho, fuentes cercanas al presidente, Pedro Sánchez, señalan que la de este martes podría ser la última reunión a la que asista el líder de Podemos. Aunque Sánchez acatará, en buena manera, los cambios que le propone, no cederá en sus exigencias respecto a los tiempos. Es el as en la manga de un presidente cansado de mantener obligado una relación forzosa y forzada.
El movimiento sorpresivo de Iglesias, este lunes, anunciando su salida del Ejecutivo para liderar la candidatura de Podemos en Madrid, no es más que otra jugada en la partida entre los dos líderes políticos para liderar la izquierda. El anuncio de los nombres para relevarle, como con la conformación del Gobierno hace más de un año, añaden en Moncloa, «otra deslealtad» que deja desarmado momentáneamente a Sánchez. Y es que eso ha cabreado mucho al presidente. Pero se la devolverá. Si el vicepresidente le debía una, por los desplantes en la reunión que hace semanas el socialista le está postergando, y se la ha hecho pagar con una crisis de Gobierno inesperada, el jefe del Ejecutivo no va a ser menos. La batalla en el ring político monclovita todavía no ha terminado. Hay quien incluso utiliza el discurso bélico hablando de «guerra política».
«Iglesias no es Illa»
El calendario que le impone Podemos para los relevos no es del agrado del presidente. Y para muestra lo que ha sucedido este martes. Pedro Sánchez no ha asumido que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, asumiera la vicepresidencia segunda que dejará el líder de Podemos, y ha colocado en ese lugar jerárquico a Nadia Calviño. «Iglesias no es Salvador Illa, que estaba gestionando una pandemia», recuerdan en el PSOE, por bien que en su despedida el jefe del Ejecutivo pusiera en valor la labor del vicepresidente segundo al frente de las residencias durante la crisis del coronavirus. «No tiene sentido mantener como miembro del Gobierno al líder de otro partido, que se presenta en unas elecciones contra ti, otorgándole durante este tiempo los beneficios mediáticos de La Moncloa», apostillan en el entorno del secretario general socialista.
Desde Montauban (Francia), donde compareció junto al primer ministro francés Emmanuel Macron, Pedro Sánchez dijo este lunes que «en los próximos días tomaré las decisiones que deba tomar» respecto a los cambios que deben producirse en el seno del Consejo de Ministros. Todo apunta a otra operación quirúrgica como con la salida de Illa, con la mirada puesta en un adelanto electoral a finales de año, pero en el PSOE no se descarta que pueda aprovechar la ocasión para tocar otras piezas de su propio partido que ya están muy desgastadas. Aunque como con el calendario, en esto, «será Sánchez 100%» bromean en su equipo. Eso quiere decir que lo llevará en secreto hasta el último momento, cuando lo comunicará a su núcleo duro y a las personas afectadas. Por su cabeza pasa una reorganización de las funciones que permita reducir mínimamente la estructura y reorganizar las áreas. Es algo que lleva tiempo meditando para crear un equipo más homogéneo.