El comunicador que dio la primera voz de alarma sobre el virus

Pablo Fuente: «Salvo que te encierres en casa es casi imposible escapar del contagio de Ómicron»

"Muchos creen que esta variante es muy leve y ojalá sea así, pero yo aún no estoy seguro"

"Habría que plantearse seriamente retrasar el comienzo de los colegios e implantar de nuevo el teletrabajo"

"La tercera dosis debería dedicarse a otros países porque los estudios demuestran el refuerzo de la inmunidad celular"

"Me causa rabia e indignación entrar en un local con todas las ventanas cerradas y que te den gel para las manos"

"He llegado a la conclusión de que mucha gente aún no ha entendido que la vía principal de transmisión es el aire"

Ómicron provoca 10 veces menos ingresos en Madrid que en la ola más crítica

Pablo Fuente Contagio de Ómicron
Pablo Fuente en su estudio de El Respeto
Tomeu Maura

Pablo Fuente (Madrid, 1973) fue el primer comunicador en dar la alarma sobre lo que venía a finales de 2019 en el programa Cuarto Milenio y dos años después sigue siendo una de las voces más autorizadas en el análisis de la pandemia porque fue también el primero en señalar que la principal fuente de contagios era la transmisión aérea. Dirige un programa de divulgación científica en YouTube, ‘El Respeto’, por el que han pasado doctores e investigadores del prestigio de Margarita del Val, Alfredo Corell, Pepe Alcamí o José Luis Jiménez cuyos consejos han contribuido a salvar muchas vidas. Fuente se declara «cansado de esto, como todos», pero no arroja la toalla «porque aún nos queda mucho camino por recorrer. Este virus va a permanecer entre nosotros durante bastantes años».

Pregunta.- Cuenta usted ya con casi 100.000 suscriptores en un programa que es básicamente de divulgación científica. ¿Se siente orgulloso?

Respuesta.-Mucho, pero sobre todo sorprendido por la acogida que ha tenido un programa que es un rara avis en YouTube, ya que aquí vamos despacio y no se grita.

P.-¿De qué entrevista se siente más más satisfecho y cuál le queda pendiente?

R.-Tener a científicos como Alfredo Corell o Pepe Alcamí repitiendo programa ha sido un privilegio porque además han podido ayudar a muchas personas con sus consejos, pero quizás me quedo con la intervención del doctor Rafa Toledo por lo sorprendente que fue y porque divergíamos en muchos temas, aunque eso como elegir entre tu hija y tu hijo. A toda la gente que ha pasado por El Respeto le debo mi gratitud y mi más profunda admiración. ¿Pendientes? Quedan muchísimas porque cada día se me ocurren nuevas entrevistas.

P.-¿Cree que la audiencia de su programa bajará cuando definitivamente acabe la pandemia?

R.-Seguro que sí. De hecho cuando la situación parecía más calmada el canal sufrió un bajón tremendo y ahora, con la llegada de Ómicron, ha vuelto a remontar, lo que demuestra la enorme dependencia que tiene del covid, aunque curiosamente se han hecho muchas más entrevistas que no tenían nada que ver con la pandemia que las directamente relacionadas con ella.

P.-¿Qué lección personal y profesional ha aprendido Pablo Fuente en estos dos años?

R.-A nivel personal sin duda aceptar lo duro que es el cambio y lidiar con él. Creía que era una persona adaptada, pero lo que ha pasado en estos casi dos años me ha demostrado que no era así. A nivel profesional mi opinión es que la comunicación política durante esta crisis ha sido lamentable, y no hablo sólo de España, sino también de muchos otros países. Cuando esto acabe necesitamos analizar seriamente lo que tenemos que arreglar para que no vuelva a repetirse algo así.

P.-¿Qué siente cuando dos años después  entras en un local, ves todas las ventanas cerradas y en la puerta te ofrecen gel para desinfectarte las manos?

R.-Frustración profunda e indignación. Que sepamos cuál es la vía principal de contagio del virus y sigamos sin hacer nada al respecto me produce rabia e impotencia.

P.-¿Se siente ahora un poco ridículo al pensar el tiempo que le dedicamos todos a desinfectar la compra que traíamos de los supermercados porque creíamos que los fómites eran la principal vía de infección?

R.-Yo no diría ridículo porque en aquel momento estábamos lidiando con algo desconocido y nadie sabía si hacíamos o no lo correcto. Siempre es fácil mirar para atrás y reírse de tus propios errores. Yo ahora visualizo un vídeo mío saliendo a correr por el monte con la mascarilla puesta y entiendo por qué la gente me criticó tanto. He ido aprendiendo y adaptándome y como yo supongo que el resto del planeta.

P.-¿Cree que la calle es consciente ya de que la principal vía de transmisión de este virus es aérea o aún hay dudas al respecto?

R.-He llegado a la conclusión de que la gran mayoría todavía lo ignora, porque si no es así no me explico ver locales cerrados y mal ventilados completamente llenos.

P.-¿Qué le parece que la OMS sitúe la ventilación como la quinta opción para acabar con el virus tras  vacunas, lavado de manos, distanciamiento y mascarillas?

R.-Es muy triste que una organización que debe velar por la salud de la humanidad, sabiendo como yo estoy convencido que saben que la principal vía de transmisión es aérea, no haya verbalizado desde el minuto uno la necesidad de mejorar la ventilación. Además, eso no es lo único que ha gestionado mal la OMS en esta pandemia.

P.-¿Cómo se explica que a estas alturas no haya todavía un mensaje contundente de todos los gobiernos sobre la ventilación?

R.-La única explicación que se me ocurre es que los intereses económicos puedan más que la salud. Existen muchos protocolos legislativos que deberían haber sido modificados y quiero pensar que no lo han hecho porque les hubiera supuesto una pérdida importante de votos. Como siempre el cortoplacismo se ha impuesto a un plan más contundente que hubiera sido de lejos más efectivo.

P.-¿Qué es más efectivo, cerrar la restauración o obligar a instalar en todos los locales un medidor de CO2?

R.-Sin duda, como decía antes, la clave pasaba por modificar la legislación vigente en materia de ventilación. Las restricciones deberían haber sido lo último, sobre todo cuando se disponía de la posibilidad de medir la calidad del aire interior a través de dispositivos muy económicos pero a la vez muy efectivos. Introducir medidas de ventilación forzada ya no era tan barato, pero debería haberse adaptado porque nos va a tocar vivir con este virus durante muchos años.

P.-¿Está de acuerdo con la exigencia del pasaporte Covid?

R.-No estoy de acuerdo en imponer nada. En algún momento determinado parecía que podía tener algo de sentido, pero el virus nos ha enseñado que tampoco es garantía de nada.

P.-¿Qué opina de la medida de recuperar las mascarillas en exteriores?

R.-Totalmente absurda. La única explicación que se me ocurre es que los políticos pretendan demostrar que están haciendo algo, pero no es nada más que un puro maquillaje.

P.-Desde negar la existencia del virus hasta desaconsejar el uso de las mascarillas, pasando por entorpecer la venta de tests en farmacias o una errática política de rastreadores. De todos los errores que ha cometido el Gobierno, ¿cuál le parece el más grave?

R.-Sin duda las mascarillas. Que se nos dijera que no valían para nada fue tremendo por el impacto que tuvo en la primera ola. Mucha gente acudió a eventos masivos sin estar protegida y también afectó gravemente a nuestros sanitarios. Esa falta absoluta de preparación causó miles de muertos en España y algún día alguien tendrá que analizar y si procede juzgar.

P.-¿Cómo valora el precio de los tests de antígenos en España comparado con el de otros países?

R.-Es muy triste ver que hay países de nuestro entorno que realmente se han preocupado de la salud pública, bien haciendo entrega de tests gratuitos o bien haciéndolos realmente accesibles con precios muy bajos. En España estamos sin ellos y los que se encuentran son bochornosamente caros. ¿Por qué?

P.-¿Qué le parece que se esté reduciendo de diez a cinco días el periodo de cuarentena para positivos?

R.-Con la variante Ómicron me parece un error. Podría haber tenido sentido con anterioridad, pero ahora mismo no hay evidencias suficientes para implantarlo. La política inglesa, exigiendo un número determinado de antígenos negativos para acabar la cuarentena, es mucho más acertada porque va a producir menos contagios a largo plazo.

P.-¿Esperaba una variante tan contagiosa pero tan diferente a las demás como Ómicron?

R.-Yo no porque no soy un experto, pero algunos de los científicos y virólogos a los que he entrevistado, como Miguel Ángel Jiménez, sí que dicen que no les ha sorprendido nada. Hablando incluso con veterinarios, todos me decían que ésta era una posibilidad muy plausible.

P.-Por sus cálculos, ¿cuándo cree que será Ómicron prevalente en España?

R.-Los informes del Ministerio creo que van muy retrasados sobre lo que es la situación real. Los laboratorios que están secuenciando insisten en porcentajes mucho más altos, por lo que yo diría que si no es ya la mayoritaria lo será en la primera semana de enero.

P.-¿Cree que los contagios que desencadenan cuadros clínicos graves son este momento debidos a Delta o a Ómicron?

R.-Ahora mismo diría que con Delta, pero incluso he leído que hay gente contagiada con las dos variantes, algo que ya había sucedido en Brasil con dos cepas anteriores. Se nos dice que Ómicron es mucho más leve pero yo sigo teniendo aún dudas al respecto.

P.-¿Cree que el enorme número de ingresos hospitalarios que se están viendo en EEUU obedecen a la agresividad de alguna variante o al hecho de que siga habiendo tanta gente que no quiere vacunarse?

R.-Hay estados en los que las cifras de vacunación de doble pauta no llegan ni al 40%. Esos números a día de hoy son impresentables.

P.-¿Por qué, si en Europa y USA los cuadros clínicos grave corresponden a no vacunados no ha habido una escabechina en África, donde el porcentaje de vacunación es tan bajo?

R.-Se lo he consultado a muchos científicos y casi todos coinciden en señalar varios factores: en primer lugar la media de edad africana es muchísimo más baja, pero además todo hace indicar que su inmunidad adquirida es bastante más potente que la europea porque llevan muchos años lidiando con virus. Y por encima de eso puede que exista algún componente genético que aún no conocemos.

P.-¿Qué ha pasado en la India? ¿Por qué hemos pasado del caos absoluto que provocó la variante Delta a una situación de aparente normalidad, si sobre el papel no ha aumentado exponencialmente el porcentaje de vacunados?

R.-Es probable que la forma en la que les arrasó Delta les haya proporcionado algún tipo de inmunidad temporal, pero una de las cosas que he aprendido en esta pandemia es que no debemos analizar situaciones temporales porque luego llega el virus a países que parece lo que lo tienen todo controlado y les destroza sin piedad. Por eso es prematuro, porque posiblemente Ómicron aún no les haya alcanzado.

P.-Un aspecto preocupante es el gran aumento de hospitalizaciones pediátricas en Estados Unidos, especialmente en Nueva York y en concreto en la franja de los más pequeñitos, de 0 a 5 años. ¿Cree que tenemos motivos para preocuparnos en España?

R.-He investigado sobre eso y aunque es cierto que ha habido un gran aumento los números absolutos en niños siguen siendo muy bajos. Sin embargo debemos seguir muy vigilantes porque la protección de los pequeñitos tiene que ser nuestra absoluta prioridad.

P.-¿Deben comenzar con normalidad las clases después de Reyes?

R.-Es algo que me plantearía muy seriamente tal y como está la situación actualmente en España. Sería un grave error por lo menos no estudiarlo en profundidad. Estamos ante un aumento de casos exponencial que debemos frenar sí o sí y quizás retrasar una semana el inicio de los colegios o volver a las clases on line sería una medida prudente.

P.-Por lo que estamos viendo en Sudáfrica y en Reino Unido, ¿cuánto tiempo de vida le da a Ómicron?

R.-Mentiría si diera alguna cifra. No creo que exista nadie en el mundo que pueda saberlo.

P.-Acaba de decir Margarita del Val que todos nos vamos a infectar con esta variante. ¿Cree que es imposible escapar de Ómicron?

R.-Salvo que te encierres a cal y canto en tu casa es muy difícil no acabar contagiado con esta variante a poco que hagas una vida normal. Muchos científicos coinciden en ese pronóstico.

P.-Dado que la mayoría de casos relacionados con Ómicron son leves. ¿Cree que es el mejor momento para contagiarse, si hubiera que elegir uno?

R.-Me parece que ese es un mensaje muy peligroso porque seguimos sin saber muchos aspectos del virus. Personalmente voy a tratar de evitar infectarme por todas las formas posibles. Ojalá se confirme que Ómicron es menos grave, pero aún tengo muchas dudas.

P.-¿Es Ómicron la variante perfecta para adquirir inmunidad de rebaño?

R.-Por lo que yo estoy leyendo, y es la interpretación de un profano, no lo creo. También pensábamos que eso sucedería con Delta y estamos viendo que Ómicron contagia a los que ya se habían infectado con la anterior variante.

P.-Dijo el doctor Alfredo Corell en su programa que creía que no era necesaria la tercera dosis, pero eso fue hace varias semanas, antes de la explosión de Ómicron. ¿Cree que sigue pensando lo mismo?

R.-He tenido conversaciones recientes con él y continúa pensando igual. Acaban de aparecer estudios muy recientes sobre el papel de la inmunidad celular y se está demostrando que tiene mucho más sentido utilizar esas terceras dosis en otros países con un mucho menos índice de vacunación.

P.-Eduardo López Collazo acaba de publicar un preproof en el que afirma que tras analizar el efecto de Pfeizer durante ocho meses se aprecia mantenimiento de la inmunidad celular. ¿Está de acuerdo?

R.-Es un estudio muy relevante. Hay gente muy potente que ha participado en él y es imprescindible divulgarlo. Parece que la consigna es inyectar la tercera o incluso la cuarta dosis y nos olvidamos que los principios del sistema inmunitario siguen estando vigentes.

P.-¿Prevé una explosión de contagios aún mayor a partir de la primera semana de enero?

R.-Pues fíjate que pienso que va a pasar lo mismo que en Inglaterra. La gente ha adaptado su comportamiento y se han cancelado muchas reuniones. Al final esta vez el sentido común ha ido por delante y eso nos va a ayudar. Al menos es lo que espero.

P.-¿Debería volver a implantarse el teletrabajo hasta que se recupere la normalidad?

R.-Al igual que con los colegios, esa es una medida que nos debemos plantear muy seriamente.

P.-¿Qué va a venir después de Ómicron? ¿Algo mejor para la humanidad o algo peor?

R.-Siempre soy positivo y creo que la situación va a mejorar, pero no tengo una bola de cristal y me he equivocado muchas veces.

P.-Israel ya plantea la cuarta dosis. ¿Cuántas van a ser necesarias hasta que esto desaparezca?

R.-Hay algunos expertos que dicen que este virus se va a convertir en algo parecido a la gripe y va a ser necesario ponerse vacunas de refuerzo anualmente, pero yo esperaría a que se pronunciara la ciencia. Parece que acabará siendo una endemia, pero pienso que es necesario que la gente entienda lo que significa que algo se transforme en endémico porque, sin ir más lejos, el ébola es un virus endémico en África.

P.-¿Sigue pensando que el origen es una zoonosis vulgar o cree que en algún momento del proceso pudo haber intervención humana?

R.-Sigo considerándola la hipótesis principal, aún no he visto pruebas sobre un posible escape de laboratorio.

P.-Hizo usted un excelente programa sobre resiliencia. ¿Se ha vuelto más resiliente la humanidad o cuando esto pase se va a olvidar sin más?

R.-Los datos que leo sobre suicidios y consumo de antidepresivos me preocupan muchísimo y me parece urgente actuar sobre los efectos mentales que esta pandemia ha causado entre la población porque me temo que va a tener consecuencias graves.

P.-Le hice esta pregunta hace justo un año y se la vuelvo a repetir para acabar. ¿Cómo vaticina que será el próximo verano?

R.-Dije que creía que sería un verano tranquilo y acabo siendo una locura. Ya no me atrevo a decir absolutamente nada. Leo a mucha gente que cree que a esto le queda poco fuelle, pero personalmente tengo muchas dudas aún

 

 

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